Vasco Szinetar reúne la mayor serie de autorretratos con famoso. Con su vieja Nikon, ha fotografiado desde Fidel Castro hasta Allen Ginsberg
El fotógrafo Vasco Szinetar con Gabriel García Márquez. foto:Vasco Szinetar. fuente:elpais.com |
Vasco Szinetar
roba un espejo del baño en un café en el centro de Caracas y sale
corriendo a la calle. Coge la cámara y mira intensamente su reflejo.
Aprieta el botón. La foto está lista. Sin ensayos, al natural. Así
trabaja el fotógrafo venezolano que más retratos de gente famosa ha
capturado: Jorge Luis Borges, Umberto Eco, Emile Cioran, la lista es
interminable. Su vieja Nikon ha visto de todo en los cientos de baños
públicos que se han convertido en su estudio y sello particular.
“Siempre ha sido como una performance, algo que surge de manera
natural. No es un trabajo, sino una fiesta, un placer, una cosa muy
excitante que está vinculada a la capacidad y posibilidad de seducir al
otro”, comenta el artista caraqueño mientras toma un café cortado.
Un fotógrafo de la historia y la vanidad, que hace más de treinta
años se “obsesionó” con los personajes famosos y hoy ha perdido la
cuenta de a cuántos ha retratado. “Miles… Tan sólo colombianos hay más
de 250. En total, no lo sé”.
Szinetar era un niño huérfano, creció en un mundo político rodeado de
intelectuales, ministros y artistas. Su abuelo era el último caudillo
que tuvo Venezuela en los años veinte. Aunque su sueño siempre fue ser
cineasta –por eso sus estudios de cine en Polonia–, pronto se vio
atrapado por la cámara de fotos. Empezó fotografiando poetas venezolanos
y personajes de la cultura, y la obsesión fue a más. Cada vez que
viajaba hacía una lista de personajes a plasmar: Allen Ginsberg, John
Ashbery, Geraldine Chaplin, Juan Goytisolo. “Ha sido un trabajo de
hormiga, cada día una persona más”, cuenta el fotógrafo, mientras admite
que el truco de conseguir los retratos está en el ego: “Son unos
vanidosos y yo les proporciono un espejito para que ellos se vean. Hay
un trato perverso. Todos sabemos de qué se trata y jugamos con nuestra
propia vanidad”.
Hasta el propio Borges, que en varios de sus
cuentos solía decir que los espejos y las reproducciones "son
abominables”, sucumbió a sus encantos
Hasta el propio Borges, que en varios de sus cuentos solía decir que
los espejos y las reproducciones "son abominables”, sucumbió a sus
encantos. Fue en junio de 1982. Borges y Tomas Eloy Martínez estaban en
casa del escritor, Miguel Otero Silva, rodeados de periodistas. Szinetar
sabía la dificultad de la misión, así que decidió centrarse en María
Kodama, la mujer de Borges. “Yo me dediqué a ella, hablamos, le hice
retratos y le convencí para que condujese al escritor al baño”, comenta.
Así surgió uno de los retratos más famosos en el que el argentino, a
ciegas, se refleja en el espejo a lado de un Vasco Szinetar de pelo
rizado y sonrisa simpática.
La foto de Borges se convirtió en su tarjeta de presentación, gracias
a la que otros muchos aceptaron ser retratados por él: “Así convencí
Salman Rushdie. Me dijo: 'dame cinco minutos' y nos fuimos al baño”.
Su archivo histórico es una colección de la fama: Gabriel García
Márquez, Mario Vargas Llosa, Álvaro Mutis, Joaquín Sabina, Fernando
Savater (a quien viene fotografiando desde los ochenta). “Si yo le tomo
una foto a Felipe González, todo mundo sabe que tiene un antes y un
después, una impronta particular. Una foto de un anónimo puede ser una
gran foto pero no sabes nada de lo que hay delante y detrás del
personaje”, cuenta el venezolano.
Saliendo del estilo que ha marcado durante años, ha conseguido
retratos de personajes inaccesibles como Fidel Castro: “Vino en el 92 a
la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez. Me asomé a un balcón y le
grité: ¡Fidel!, como si fuera el llamado de un amigo. Él se dio la
vuelta y entendió que era un retrato y se quedó mirando. Es una foto muy
particular”.
Szinetar trabaja actualmente en la curaduría de una exposición
colombo-venezolana, en un libro de 70 años de fotoperiodismo y en las
series Cuerpo en Exilio e Historias Personales, en las
que se retrata a sí mismo y a su familia. Pero entre su lista de
pendientes están todavía Woody Allen, Meryl Streep y J.M. Coetzee, por
decir algunos. Uno de sus proyectos de futuro es retratar a 20
escritores neoyorquinos como Paul Auster, Phillip Roth y Don Delillo.
“Hay quienes necesitan tres días para retratar a una persona. Yo voy a la yugular”, dice el seguidor de Richard Avedon.
– ¿Y para cuando un retrato de Hugo Chávez?, se le pregunta.
– Cuando me deje hacer la foto que le quiero hacer.
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