Entre los ejemplares más valorados por estas librerías estarían aquellas novelas, poemarios o ensayos firmados por el propio autor. Los precios de compra en el mercado del libro antiguo variarían según la talla del escritor o de la peculiaridad de su autógrafo
Un tebeo de Mortadelo firmado por su autor, Francisco Ibáñez, en los anaqueles de la librería Berchi, de la cuesta de Moyano de Madrid. foto.fuente:aviondepapel.tv. |
La crisis obliga a muchos lectores a vender sus bibliotecas personales.
Los libreros de segunda mano lo atestiguan. Entre los ejemplares más
cotizados se encontrarían aquellos que cuenten con un autógrafo de
escritores clásicos ya fallecidos o dedicatorias acompañadas de una
ilustración o dibujo.
Muchos lectores se están desprendiendo de sus bibliotecas personales. Los apuros económicos obligan a la venta de sus libros en el mercado de segunda mano. Así lo atestiguan los libreros de la cuesta de Moyano, en Madrid.
Entre los ejemplares más valorados por estas
librerías estarían aquellas novelas, poemarios o ensayos firmados por el
propio autor. Los precios de compra en el mercado del libro antiguo
variarían según la talla del escritor o de la peculiaridad de su
autógrafo.
Así, son dos motivos los que revalorizan el ejemplar. Uno de ellos es
que el escritor que signó su obra haya fallecido. Otro factor muy
apreciado es que el tiempo transcurrido desde su muerte lo haya
convertido en un clásico de las letras.
En cualquier caso, que aparezca el nombre del lector propietario del
libro en la dedicatorio no merma el valor. Aquí, lo importante es la
rúbrica en sí.
“Si el autor es uno de los asiduos a la Feria del Libro de Madrid, como Javier Marías o Antonio Gala, el autógrafo apenas tiene valor, obviamente”, explica Javier Bayo, de la librería Berchi, de la cuesta de Moyano.
Este librero confirma que libros autografiados muy valorados son los
de escritores fallecidos, “como José Bergamín o Rafael Alberti”, por
ejemplo.
“Y un autógrafo del autor del ejemplar a otro escritor revaloriza muchísimo más el libro”, apostilla Bayo.
De la misma opinión es Ángela Barrios, de la librería Argileto. Esta
librera desvela que se pagan “verdaderas fortunas” por ejemplares
firmados de la generación del 27, aunque también se tasan al alza los
autógrafos de ilustres como Camilo José Cela, Francisco Umbral o José Saramago.
“Lo que realmente da valor al libro es la firma del escritor,
independientemente de que sea una primera o segunda edición. Existe un
circuito con muchos coleccionistas de autógrafos para este tipo de libro
de segunda mano”, añade Barrios.
¿Cuánto se podría revalorizar entonces un libro signado por su
creador? Los libreros no fijan un porcentaje único, porque todo depende
de si el escritor es un clásico, si ha fenecido recientemente, o no, o
si la rúbrica cuenta, además, con un dibujo o una ilustración.
En los anaqueles de la cuesta de Moyano, en Madrid, descubrimos en la
librería Berchi, por ejemplo, un tebeo de Francisco Ibañez. Este cómic
nos puede dar pistas de cómo está el mercado de autógrafos.
El ejemplar de Ibañez se abre con una dedicatoria y, junto a ella, un
esbozo de la silueta de Mortadelo. El precio del ejemplar se ha
duplicado gracias este personal autógrafo.
De esta manera, las dedicatorias crean valor para aquellos lectores
que se ven obligados a vender sus bibliotecas personales. Un acto de
necesidad que aumenta cada año que persiste esta crisis económica.
“He abierto a las 10.00 de la mañana y ya he cerrado tres compras”,
dice Javier Bayo. “Hay domingos en que más de 30 personas nos ofrecen
libros sueltos o bibliotecas personales completas”, añade Ángela
Barrios.
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