Con más entusiasmo que afinación, algo de ronquera y algún gallo, los seguidores de Tarzán festejaron su centenario invocando su famosa llamada de la selva, la misma que popularizó Johnny Weissmuller en la década de 1930 y con la que hoy reclaman a gritos la vigencia de su héroe
Max Thomas, uno de los seguidores de Tarzán que han festejado el centenario de este personaje de ficción invocando su famosa llamada de la selva, la misma que popularizó Johnny Weissmuller en la década de 1930 y con la que hoy reclaman a gritos la vigencia de su héroe.foto.fuente:lainformacion.com |
En un hotel de Los Ángeles, entre una jungla de asfalto y
palmeras ornamentales, se celebró el concurso anual de alaridos de
Tarzán, uno de los momentos más destacados de la convención "Dum Dum"
que año tras año reúne a los fanáticos del personaje más conocido de los
creados por el novelista Edgar Rice Burroughs.
Más allá de la
calidad del sonido, el modesto evento simbolizó una llamada de atención
de quienes se resisten a que el paso del tiempo silencie el legado del
hombre criado entre monos y ataviado con un simple taparrabos de piel,
que se movía de liana en liana.
"Él era esencialmente un guerrero
ecologista. Quería proteger los árboles, los animales, cosas que nos
damos cuenta ahora que son importantes, como el calentamiento global,
que no habrían pasado si Tarzán fuera el rey", dijo a Efe el nieto del
autor, John Burroughs.
A sus 70 años, John Burroughs recuerda cómo
aprendió a leer con las historias de su temperamental abuelo quien
llegó a cansarse del hombre mono, que era lo que le demandaba el público
y las editoriales, y de soportar las acusaciones de los críticos.
"Igual que Arthur Conan Doyle
estaba forzado a escribir de Sherlock Holmes, él tenía que hacerlo con
Tarzán. Le decían que estaba en contra de los negros por las matanzas de
algunos salvajes en sus libros, pero él no era un racista", insistió su
nieto, que apuntó que los personajes de raza negra eran la clase alta
en la saga literaria "John Carter of Mars".
Tarzán, que significa
"piel blanca" en el lenguaje simio de ficción, protagonizó 24 novelas
desde que apareció por primera vez en octubre de 1912 en la revista "The
All-Story" con la historia "Tarzan of the Apes: A Romance of the
Jungle", y un siglo después atesora más de 100 millones de copias
vendidas.
El héroe selvático saltó del papel a la gran pantalla
donde se le pudo ver en medio centenar de películas, así como en 32
producciones de dibujos animados para la televisión y en 450 cómics.
Fue
Johnny Weissmuller, nadador ganador de cinco oros olímpicos, quien
inmortalizó físicamente a "Tarzan de los monos" que posteriormente
encarnaron entre otros Christopher Lambert
("Greystoke: La leyenda de Tarzan, el rey de los monos", 1984), o Denny
Miller, quien en 1959 hizo el "remake" de "Tarzan, el hombre mono".
Miller,
el Tarzán número doce, tiene hoy 78 años pero aún tiene fresco en la
memoria el divertido el rodaje de aquel filme que resultó muy exigente
físicamente.
"La mayoría de los actores que hicieron de Tarzán no
solo eran atletas, eran de los mejores en su disciplina. Tuve que nadar,
que es algo que hago muy bien, también gritar, pero sonaba como un gato
herido así que acabaron editando eso y usando el alarido de Johnny
Weissmuller", reconoció Miller a Efe.
Ese veterano actor acudió
hoy a la presentación del primer sello de correos de EE.UU. en honor de
Edgar Rice Burroughs y Tarzán que fue desvelado en el distrito angelino
de Tarzana, una zona que tomó su nombre del rancho del autor cuya
oficina, un vergel entre el cemento, aún está en pie.
El edificio
es actualmente la sede de la empresa Edgar Rice Burroughs Inc. (ERB) que
gestiona los derechos sobre las novelas y los contenidos derivados como
producciones audiovisuales, publicaciones y mercadotecnia.
Su
presidente, Jim Sullos, confirmó a Efe que habrá nuevos libros y nuevas
películas de Tarzán, la primera verá la luz en 2013 rodada en 3D y con
tecnología de captura de movimientos, la segunda está en fase de guion,
depende del estudio Warner, y será de acción real con su estreno
estimado para 2014 o 2015.
"Tarzán no es una especie en peligro de
extinción, sus valores son duraderos", afirmo Sullos, para quien el
personaje representa a alguien de buen corazón que "es libre y no puede
ser corrompido porque no necesita nada".
"Perdió popularidad cuando los antihéroes se hicieron famosos en Hollywood con actores como James Dean, pero ese ciclo está terminando y puede ser el tiempo para el regreso de un héroe de verdad", afirmó Sullos.
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