Hace unos días, ‘The New Yorker’ publicó un cuento de F. Scott Fitzgerald que había rechazado en 1936 por considerarlo demasiado fantasioso. Con motivo de esta historia recordamos otras obras, de grandes escritores, que fueron rechazadas por las editoriales
Francis Scott Fitzgerald, escritor estadounidense sufrió como muchos grandes escritores rechazos por parte de editores torpes, miopes...foto:archivo.fuente:revistaarcadia.com |
El cuento de F. Scott Fitzgerald, “Gracias por la luz”, fue rechazado en ‘The New Yorker’ porque a los editores les pareció demasiado
fantasioso y muy diferente al tipo de cosas que el autor solía escribir.
Como este caso se conocen muchos más, compartimos algunos de ellos.
1. En busca del tiempo perdido de Marcel Proust
André Gide, que trabajó de lector para Gallimard, devolvió En busca del tiempo perdido
al editor con un comentario del que se arrepintió más tarde: “No puedo
comprender que un señor pueda emplear treinta páginas para describir
cómo da vueltas y más vueltas en su cama antes de encontrar el sueño”.
2. Lolita de Vladimir Nabokov
Muchos editores tuvieron miedo de publicar Lolita por ser demasiado
obscena. Una de las cartas de rechazo decía: “Es nauseabunda, incluso
para un progresista. Para el público será repugnante. No venderá y le
hará un daño inmensurable a su reputación… Recomiendo que la entierre
bajo una piedra durante mil años”.
3. El túnel de Ernesto Sabato
Cuando Sabato ofreció su libro en 1948, fue rechazado por todas las
editoriales de Buenos Aires. Tuvo que resignarse a que lo publicaran en
la revista Sur, que era dirigida por Victoria Ocampo. Pronto, El túnel llegó a las manos de Albert Camus, quien elogió su obra y movió influencias para que fuera publicada por Gallimard.
4. El Aleph de Jorge Luis Borges
La carta de rechazo dirigida a Borges decía: “Lo siento mucho, pero
es absolutamente imposible traducir este texto en algo que se venda.
Está fuera de duda que es extraordinario, pero me parece que su
excepcionalidad va en su contra. Lo rechazo con las apropiadas
expresiones de asombro”.
5. La hojarasca de Gabriel García Márquez
García Márquez envió el manuscrito a la Editorial Losada de Buenos
Aires, fue rechazado por el despistado Guillermo de Torre, el mismo que
25 años atrás había desechado los originales de Residencia en la tierra
de Neruda. En una carta de respuesta al joven escritor de Aracataca, le
aconsejaba que se dedicara a cualquier otro oficio diferente de la
literatura.
6. La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Antes de llegar a la imprenta, fue rechazada por varias editoriales
por lo tremendista de su argumento y el consiguiente miedo a la censura.
"Le va a ser difícil publicar la novela, pero usted es joven y puede
cambiar de oficio", le llegaron a decir.
7. The Bell Jar de Sylvia Plath
Al rechazar su libro le dijeron: “No se evidencia un talento lo
suficientemente genuino para que nosotros lo tengamos en cuenta. Es una
novela mal concebida y pobremente escrita, no le haríamos a nadie ningún
bien si la publicáramos. A la heroína de la historia le falta
profundidad, sensibilidad y autoconocimiento. El sentimiento general al
terminar de leer es de vacío, incomodidad y banalidad”.
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