La muerte de Carlos Fuentes
Ese reconocimiento ha sumido en la frustración a los familiares y compañeros de batalla de Pizarro tras el fallecimiento del gran genio de las letras
Carlos Fuentes en un evento en la Universidad Veracruzana, del estado mexicano de Veracruz. foto:Efe.fuente:lainformacion.com |
Más de 20 años de investigaciones y entrevistas a familiares y
compañeros del ideólogo del M-19 no fueron suficientes para que el
mexicano Carlos Fuentes concluyera su novela sobre la vida y muerte del exguerrillero Carlos Pizarro, el artífice de un emblemático proceso de paz en Colombia.
La última vez que Fuentes se refirió a su obra
inconclusa fue en enero pasado, en el Hay Festival de Cartagena de
Indias, donde confesó que después de tantos años no podía cerrarla
porque era "demasiado cercana a la realidad y sufría desvíos",
convencido de que los novelistas no pueden "competir con la realidad".
Ese
reconocimiento ha sumido en la frustración a los familiares y
compañeros de batalla de Pizarro tras el fallecimiento del gran genio de
las letras.
También a su editorial, Alfaguara, que siente no
haber podido ofrecer a los lectores la gran novela que se esperaba sobre
un personaje clave de la historia contemporánea de Latinoamérica.
Pizarro nació en 1951 en el seno de una familia
acomodada de Cartagena, su padre fue almirante, de joven abrazó las
ideas revolucionarias y fundó el Movimiento 19 de abril (M-19), pero en
1990 dejó las armas y concretó un histórico proceso de paz.
Meses
después, como candidato a la presidencia por el movimiento político que
había gestado, fue asesinado a tiros por un sicario.
Al Premio
Cervantes le apasionó el personaje y buscó a su familia. "Hubo varias
reuniones, en la primera estábamos todos, mi suegra, los hermanos y yo. A
Fuentes siempre le acompañaba su esposa Silvia", recordó a Efe Ana
Martha de Pizarro, esposa de Juan Antonio, uno de los hermanos del exguerrillero.
Fuentes
"nos decía que la de Carlos Pizarro era la vida de un gran líder de
este continente porque tenía todos los elementos: locura, personalidad
muy atractiva, había estudiado con sacerdotes, hijo de militar,
guerrillero, poeta", agregó la ahora directora del Festival
Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB).
Según
Ana Martha, el escritor lo vio como un hombre "que quiso transformar el
mundo y acabar con la injusticia, un hombre de su época".
Esa
personalidad apasionante fue la que "apabulló" a Fuentes porque cuando
avanzaba en la novela "ocurría algo nuevo y distinto respecto a su
legado y le impedía continuar".
De ahí deriva la tristeza de la
familia Pizarro tras la muerte el martes último del escritor,
estremecida porque ahora la novela no vea la luz.
En términos
similares se expresó María José Pizarro, hija del político asesinado,
quien ofreció a Fuentes los documentos que ha recabado sobre su padre a
lo largo de su vida, plasmados en una gran exposición ya exhibida en Barcelona y Bogotá.
"La
familia ha estado ilusionada durante 20 años. La publicación hubiera
dimensionado muchísimo la figura de mi padre, hubiera sido una ventana
para que lo conocieran en todo el mundo", indicó a Efe María José.
La
obra no concluyó "porque la situación en Colombia era tan cambiante y
convulsa que cada vez que la iba a acabar sucedía algo nuevo", se
lamentó, al manifestar que Fuentes veía a su padre "como un Aquiles que
le había apostado a la paz".
El último allegado que se reunió con
el escritor fue el también exguerrillero Rafael Vergara, quien era
representante del M-19 en México cuando su amigo, el líder e ideólogo
del movimiento, fue asesinado.
"Fue en Cartagena en 2010, durante
cinco horas", reveló Vergara a Efe, seguro de que el motivo que impidió
al mexicano llegar al final de la obra fue el conflicto que se planteó
sobre las circunstancias que rodearon su muerte.
"Siento que donde se pudo atrancar fue ahí, en quien lo mató, porque está claro que fue un crimen de Estado", afirmó.
Para
Vergara, "un libro de Fuentes sobre Carlos (Pizarro) era revivirlo, era
otra vez ponerlo a batallar, era rescatar su ideario maravilloso, ese
latinoamericanismo que apasionó a Carlos Fuentes".
El autor
mexicano "es universal en la medida en que es local e histórico, y
Carlos Pizarro era también eso, un gran soñador, extrañamente dogmático,
una mezcla rara", apuntó, para matizar que "la novela era un encuentro
de dos grandes".
Pero la familia y sus compañeros no han perdido
la esperanza y en sus sueños apuestan a que la novela, aún inconclusa,
se publique a título póstumo.
La directora de Ediciones Generales
de Prisa en Colombia, Andrea López, confirmó a Efe que en su ultima
reunión con Fuentes, el pasado febrero en Bogotá, éste le confirmó que
no estaba concluida, y, por eso, tras su muerte se ha sumado a la
frustración.
"Esta novela nos intrigaba y nos ilusionaba a todos
en Colombia", indicó López, a quien el autor mexicano reconoció que "era
complicada porque no dejaba nunca de escribirla".
Pero Vergara,
su compañero de batalla, está convencido de que "sí la terminó",
mientras la hija de Pizarro, María José, ve posible su publicación, aún
inconclusa, porque así ocurrió con "El Proceso" de Kafka.
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