Balasch desconfía del lenguaje e intenta acercarse a la verdad a través de una escritura que rodea un vacío existencial
Captura del vídeo "A fora" (Marc Capdevila, 2012). foto.fuente:revistadeletras.net |
“Hay escritores que confían en el lenguaje y los hay que no”, me confesó una vez el poeta Albert Balasch
mientras hablábamos de literatura contemporánea en una cafetería de la
plaza de la Virreina. “A pesar de que el debate parece estar pasado de
moda es una cuestión fundamental”, recuerdo que insistió. Aún el
desgaste que puedan sufrir ciertas discusiones, la problemática que
plantean subyace a la misma concepción del hacer literario. Los
que desconfían se pueden hermanar con las teorías nitzscheanas sobre la
verdad en las que se plantea algo así como que sólo el poeta capaz de
mentir, consciente y voluntariamente, puede acercarse a la verdad.
Balasch desconfía del lenguaje e intenta acercarse a la verdad a través
de una escritura que rodea un vacío existencial.
Desde La caça de l’home Balasch ha estado reescribiendo parte de su obra. Fruto de dicho proceso ha creado, junto a Marc Capdevila y Tià Zanoguera, un vídeo que recoge parte del imaginario del poeta catalán que tiene su génesis en una novela breve llamada A fora. Bajo el mismo título, el poeta pone imagen a las palabras y crea un universo visual que obliga a un esfuerzo de comprensión. Paul de Man
afirmaba que “la literatura implica el vaciado, no la afirmación, de
las categorías estéticas. Una de las consecuencias de esto es que,
mientras que hemos estados acostumbrados tradicionalmente a leer
literatura por analogía con las artes plásticas y la música, ahora
debemos reconocer la necesidad de un momento no perceptivo, lingüístico
en la pintura y en la música y aprender a ‘leer’ cuadros en lugar de
‘imaginar’ significados”. Lo que se puede aplicar al vídeo que ofrece
Balasch, en el que se lee la imagen.
Las pinturas fueron realizadas por el artista Tià Zanoguera
que junto a Marc Capdevila animaron las ilustraciones dando movimiento a
la textura. Entre los tres realizaron el montaje. Las pinturas de
Zanoguera consiguen transmitir una fragilidad que va más allá del cuerpo
y alcanza a la forma. De manera que voz, trazo y forma parecen ir de la
mano para retratar un paisaje humano desolador.
La atmósfera que desprenden las imágenes
es opresiva y, cómo comentábamos, es el lector el que acaba dando
sentido a la obra en el intento de comprensión del imaginario al que es
expuesto. Balasch, que pone la voz en off, comienza:
A fora en aquest món. Ves a saber on. I per què? Havent tornat de fora a casa. Ara. Va ser un viatge senzill. De dins a fora i de fora a dins. Al principi d’a fora no hi havia ningú…
El ritmo de la obra refleja un viaje
acompasado con planos que cambian según una voz que, como un demiurgo,
crea la realidad que la envuelve. A partir de este inicio el vídeo
reconstruye una pequeña odisea a través de una mar baldío donde el
narrador parece erigir una identidad entre el vacío y el todo, el negro
sobre el blanco y el dins y el a fora que flotan en un
oxímoron de sentido. Hay escritores que desconfían del lenguaje y aún
así lo habitan. Por eso lo retuercen para ver si en un último suspiro
exhala alguna confesión. El vídeo es un nuevo medio que ha encontrado
Balasch para llenar dicho vacío. De aquella conversación en la Virreina
recuerdo una expresión, se trata de “hacer presente la ausencia”.
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