La muerte es un regalo, Libertad, Alma son solo tres de los más de 200 poemas recopilados en un polémico libro que busca entender qué pensamientos ocupan las cabezas de quienes han sembrado un nuevo tipo de terror en el mundo y de quienes les apoyan... o ponen en duda
Poesía de los Talibanes , otro punto de vista sobre los radicales islamistas. foto: Enrique Herrero.fuente:lainformacion.com |
Nunca aceptaré una vida donde tenga que arrodillarme ante otros (…).
Sacrifico mi cabeza y mi sangre por la gente oprimida.
Tariq Ahmadzai, enero de 2007
Talibán= terrorista. ¿O no necesariamente? Amor por la patria, por una mujer, por la religión... teñidos de rojo.
La confusión o desacuerdo en torno a lo que significa ser “talibán”
se refleja incluso en el propio diccionario de la Real Academia
Española (RAE). Anteriormente, lo definía como el integrante de una
“milicia integrista musulmana”, mientras que la recientemente renovada
23ª edición rectifica la definición y describe al talibán como
integrante de una “secta fundamentalista musulmana que trata de imponer la doctrina del Islam por la fuerza”.
Dos jóvenes europeos estudiosos de los talibanes, Felix Kuehn y Alex Strick van Linschoten, han recopilado poemas publicados originariamente en diversas páginas webs o a través de medios de comunicación afganos bajo el título Poesía de los Talibanes (Poetry of the Taliban, Ed. Hurst Publishers), de momento disponible solo en inglés y en negociaciones con un editor árabe.
Querían “ofrecer diferentes perspectivas, añadir más voces a la discusión”, explica Strick a lainformacion.com.
Voces oscuras
Muchos de los más de 200 poemas ofrecen un trasfondo oscuro, de
muerte o martirio como lo entienden los talibanes, como el poema La Muerte es un Regalo:
No juraré a Washington como mi qibla [dirección de rezo para los musulmanes, actualmente La Meca) ni me arrodillaré ante Bush,
(…)
No besaré la mano de Laura Bush, ni me arrodillaré ante Rice.
Tariq Ahmadzai, enero de 2007
O el poema, más actual y lleno de sed de venganza, Casa Blanca:
Ojalá explotes en llamas y te tornes en cenizas, Casa Blanca (…).
Los asesinos de las tribus oprimidas dentro viven (…).
Ojalá te llenes del dolor de Obama, ¡Casa Blanca!
Ahmadi, enero de 2009
Pero los poemas de los talibanes también ofrecen aspectos fuera del cliché:
no solo George W. Bush o Barack Obama no les caen bien, sino tampoco
las organizaciones humanitarias, que consideran sospechosas (ello
teniendo en cuenta que la visión reflejada en un poema es la visión de
un individuo, sin ser necesariamente representativa de todos, incide
Strick).
¡Cuántas son las ONGs!
Perdiendo el tiempo, simplemente se sientan en sus oficinas,
¡cuántas son las ONGs!
Sus salarios, más que los de los ministros,
¡cuántas son las ONGs! (…)
Ejecutan las trampas, gastan grandes sumas;
No está claro de dónde viene esta gente.
¡Cuántas son las ONGs!
Matiula Sarachaval, diciembre de 2007
Dolor e impotencia también se entremezclan en los versos de los talibanes:
Vivo lleno de espinas, como las flores (…),
Soy un afgano que vive en el valle,
No me gustan los palacios de nadie (…).
La luz ha abandonado mi país.
Caigo en todas direcciones, vivo en la oscuridad.
Abdul Basir Watanyar, junio de 2008
Los poemas muestran “un movimiento diverso y segmentado” que se radicalizó tras el 11S, explica Strick. “No se trata únicamente de gente que apoye la yihad, otros cuestionan la guerra santa y sus consecuencias para el país”, defiende.
La yihad en forma de poesía
Aún así, en los poemas talibanes anteriores a los atentados contra las Torres Gemelas en 2001, ya se detecta el odio y la sed de venganza hacia Occidente de los talibanes:
Os daré una lección a modo de ejemplo
que, si Dios quiere, no olvidaréis.
Abdul Basir Ebrat, en los años 90
Igualmente, descubrimos distintas oraciones elevadas a Alá.
Una busca el martirio para obtener el perdón por sus pecados: “Si me
perdonas, estaré muy orgulloso”, rezaba Bismillah Sahar en 1998. Pero
otra oración expone el temor a acabar como Sahar y ruega:
Quiero un corazón
Quiero llorar como aquellos que visitan a un paciente (…),
No quiero permanecer nunca en una casa gélida como ésta.
Gul Pacha Olfat, diciembre 2007
Polémica humanización de los radicales
“El mayor problema [en Afganistán] son las fuerzas extranjeras”,
opina Strick, que llegó a ese país como turista en 2006 y desde entonces
este experto en el mundo árabe y persa ha compartido tiempo con los talibanes.
No ve problema alguno en publicar este recopilatorio de poemas talibanes. No cree que puedan servir como instrumento de propaganda, como ha reprochado ya un antiguo comandante británico en Afganistán.
Strick argumenta que los soldados británicos también publicaron su propio libro de poemas (Héroes: 100 poemas de la nueva generación de poetas bélicos, Heroes: 100 poems from de new generation of war poets en su título original).
"Esa recopilación muestra lugares comunes, como el momento de la despedida de su madre de un talibán o un soldado británico antes de partir al frente", opina el coeditor de Poesía de los Talibanes.
Está convencido de que servirá para conocer mejor a parte de una
población “incomprendida” tras más de diez años de presencia en su país.
“Estamos negociando con ellos [el futuro de Afganistán] y no les conocemos”, justifica.
Uno de sus poemas talibanes preferidos muestra el aspecto más humano de estos radicales islamistas bajo el título de “Alma”:
El pueblo resulta extraño; es la separación por el abandono de mi amada (..).
Como una flor marchitándose en otoño, el otoño ha llegado ahora a mi amor (…).
¿Quién te dijo que el amor era fácil?
Shazeb Faqir, diciembre 2007
Aparte de una extensa introducción (prefacio incluido) y comentarios
aclaratorios sobre conceptos o personajes desconocidos para los
occidentales poco duchos en el mundo afgano y musulmán, el grueso del
libro expone un poema tras otro, dejando que los talibanes hablen en primera persona: sobre el amor y la naturaleza, la religión, el descontento, la trinchera o el coste humano de la guerra.
Otros libros publicados por Alex Strick van Linschoten previamente son Mi vida con los talibanes (My life with the taliban) y Un enemigo que nosotros creamos (An enemy we created).
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