"La ganancia política para el lector de esta novela, está en reconocer el lado humano, profundamente humano, y de fracasos, de una icónica figura histórica, de un idealismo revolucionario extremo, cargada de heroísmo, y necesidad de cambio profundo"
Ernesto Guevara de la Serna, también llamado El Che. foto:archivo. fuente:elespectador.com |
Portada Método práctico de la guerrilla, de Marcelo Ferroni. Editorial Alfaguara. |
Cuando leí el título de esta novela, ópera prima de Marcelo Ferroni, escritor brasileño, me llamó muchísimo la
atención la escogencia del nombre, porque en estos tiempos difíciles de auge y
plena derechización del mundo capitalista y planetario, donde el discurso
político del Che, se ha asimilado, ya no como una guía para la acción armada,
sino en una creciente nostalgización de su ideal idílico del llamado Hombre
Nuevo en la Revolución, que está registrado desde las camisetas con su efigie,
que usan los jóvenes roqueros como conspicuos
ejecutivos y nada pasa… También comprendí que el autor lo que quiso hacer desde
el título, fue ironizar con la gesta
subversiva, y sobre todo, con el método
práctico de la guerrilla, que el propio Che entronizó como un manual de insurrección.
Empezaban los tiempos de las sistematizaciones con las instrucciones
político-militares para hacer la revolución.
Pero de esto no trata la novela. El autor Ferroni, se vale y se concentra
con una documentación exhaustiva, para contarnos, con esos testimonios
históricos, las minucias domésticas, de
todos los personajes/personas, profundamente humanas en un tono de suspenso
acumulativo, con una prosa funcional y directa, sin ampulosidades de verbo ni
florituras con el lenguaje, (cabe destacar aquí que es una traducción del
portugués brasilero, hecho en un
español, donde nos disuena bastante a nosotros lectores latinoamericanos, el vaís o el vosotros, pero el texto no
contiene tanto y se deja leer bien en este aspecto del regionalismo que sufre
la lengua del castellano-español) los
últimos combates de la travesía de
Ernesto Guevara de la Serna también llamado El Che, por llevar a cabo su proyecto
político-revolucionario de la revolución continental desde el frio altiplano
boliviano.
El personaje histórico es reconstruido, en una especie de collage especial, de rompecabezas, de
puzzle de comentarios con la indagación desde los diversos testimonios directos
de los involucrados en sus días finales.
El Comandante tiene que vérselas, y
sufrirlas todas, en soledad, asmático,
malhablado y grosero siempre autoritario con todos sus subalternos; con una
desorganización de cuadros, donde cada uno de estos guerrilleros, quería figurar, pues la
cercanía con el personaje, ya de por sí
célebre entonces y de ascendiente famoso, le daban un cariz icónico y de hito
histórico, pues, al fin la cuadrilla de la guerrilla guevarista estaba
tratando, o trataba de crear: uno, dos,
tres Vietnams, en Latinoamérica, para prender
la chispa que nunca encendería la pradera de la revolución continental,
para así dar al traste con el imperialismo norteamericano opresor, la
explotación capitalista, y la lucha de clases. Pero este objetivo revolucionario
guevarista, se va acumulando de imposibles en la situación concreta, que no se
sabía en qué momento ni bajo qué fuerzas
adversas. O sí las había: eran de índole
personalista, de malos entendidos de los burócratas del PC boliviano; la figura
mítica de Mario Monje desdice muchísimo
aquí de su función colaboradora de esta gesta; de unos mismos cuadros
dirigentes, ansiosos de figuración ideológica- recuérdese que estamos, dentro
del contexto histórico de la época, con varias líneas ideológicas, y esos
cuadros no estaban ajenos a seguirlas: línea Pekín, línea, Moscú, etcétera- que
desean realizar un cambio profundo en la
estructura social, pero no estaban con las condiciones sociales plenas para
desarrollar una insurrección popular, al estilo del foquismo cubano, creación original fidelista de esa combinación de todas
las formas de lucha revolucionaria.
En la medida del desarrollo del relato con toda la minucia de las
mezquindades humanas de todos los personajes/personas de la gesta del fracaso
guevarista de su método de la guerrilla. El personaje central/persona, El
Comandante como suele ser llamado durante la narración, queda siempre en un trasfondo
oscuro y de opacidad histórica para que el lector, vaya haciendo un distanciamiento
brechtiano; llamémoslo, con esos días aciagos, “días negros” escribe el propio
Che en su diario.
Todos los pasos malhadados de todos los personajes/personas, en llevar la
contraria con sus decisiones, por cotidianas o simples, van creando el llamado efecto mariposa, para ir empeorando las actividades
de la gesta revolucionaria guevarista. La misma postura orgullosa y soberbia
del Comandante, que siempre se muestra ausente, y ajeno, sintomático de su
última aventura africana de otro fracaso revolucionario, ayudan a ese final
trágico. Donde la claridad por cambiar las cosas, o el estado de esas cosas se
hacía sin chitar pero de mal en peor…
Tania, que asimila y milita
claramente con el discurso de la revolución, y su transformación social pero
cuyo accionar desde su género también fracasa en un posible amor de verano
revolucionario hacia el Che. Habría que recordar aquí el ascendiente que el
propio Che tenía hacia la contraparte de las féminas.
El personaje Joáo Batista, el joven “burgues” brasileño va creciendo en
importancia dramática dentro del relato. Habría que señalarlo si es porque el
autor quiere que un personaje de su nacionalidad, tenga un brillo especial en su
relato ficcional de la gesta revolucionaria del Che Guevara. Yo me digo que era
posible, en esos tiempos de ideales plenos de construir la Utopía de la
Revolución.
La ganancia política para el lector
de esta novela, está en reconocer el
lado humano, profundamente humano, y de fracasos, de una icónica figura histórica, de un idealismo revolucionario extremo,
cargada de heroísmo, y necesidad de cambio profundo, que asimilo individualmente
la divisa marxista del internacionalismo
proletario, llevada en la práctica social hasta sus últimas consecuencias.
Esta novela trata de esto y su
fracaso humano también.
Método práctico de la guerrilla
Marcelo Ferroni
Traducción de Roser Vilagrassa
Alfaguara
232 páginas
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