Rating, del venezolano Alberto Barrera Tyszka, utiliza la televisión para narrar sobre relaciones humanas
Portada de Rating, de Alberto Barrera Tyszka. foto:internet. fuente: Revista Ñ |
Alberto Barrera Tyszka. Además de escritor, es periodista y columnista de El Nacional.foto.fuente: Revista Ñ |
Venezuela no es un país conocido por exportar novelas, pero el
siglo XX lo ha dotado con un género de mayor alcance en nuestro
continente: la telenovela. Sin embargo, en los útlimos años el imperio
de las lágrimas televisadas fue languideciendo y el centro del mercado
latinoamericano lo conquistó Colombia, por razones que nos exceden.
Carolina Acosta-Alzuru, estudiosa del tema, apuntó en una entrevista:
“La telenovela venezolana en mi opinión tiene que volver a hablarnos a
los venezolanos primero y recuperarnos como público. El mercado
internacional vendrá después, y sólo si tenemos una estrategia de
mercadeo más eficiente y honesta. Es clave que nuestra industria
telenovelera nunca subestime la inteligencia del público y luche contra
la fuerte tendencia de la cultura popular a repetirse a sí misma”. Y
ahora que esta expresión de lo popular empieza a ser en Venezuela un
archivo, un recuerdo de décadas anteriores, puede llegar una novela como
Rating que la arrebate como tema y la intervenga desde los mecanismos de la literatura.
En
apariencia, la de Alberto Barrera Tyszka es una novela sobre el
funcionamiento de la televisión y la industria del espectáculo. No está
escrita desde Guy Debord, ni desde Buadrillard, ni desde Pierre
Bourdieu, ni desde Marshal McLuhan; tiene un sesgo teórico más personal y
fracturado, esparcido en pequeñas “historias de vida”, y es más bien un
relato que usa a la televisión para narrar las relaciones humanas.
Vamos a la trama, bien rápido: uno de los principales canales de aire
venezolanos viene en franca decadencia, y a un gerente casi retirado se
le ocurre una idea epifánica, que redimirá las finanzas de la empresa:
montar un reality show con indigentes. Para darle forma recurren a
Manuel Izquierdo, un viejo guionista de telenovelas, resentido y de
vuelta de todo. El contrapunto de aquel personaje es Pablo, un joven
aspirante a poeta que arranca en el mundo de los medios y lo tiene todo
por aprender. El hombre que ya vivió mil batallas y el joven entusiasta,
una vieja fórmula. A partir de las charlas que tienen los dos
guionistas, el libro repasa la estructura y la identidad de la
televisión venezolana bajo la recapitulación de telenovelas exitosas, y
finalmente lo que le está enseñando Izquierdo a Pablo es cómo narrar las
emociones, extremándolas, manipulándolas.
El libro está
codificado bajo una forma narrativa que funciona. Un capítulo es narrado
por Pablo, otro por Izquierdo y otro por un narrador omnisciente. A
medida que avanza la historia, las voces narrativas aparecen en un mismo
capítulo, hasta casi juntarse del todo. La técnica sirve para ofrecer
distintas versiones de una misma escena, y la narración puede navegar
por la conciencia de los personajes con total libertad. La contratapa de
esta edición consigna, por lo demás, que el personaje central, el del
guionista de telenovelas, se ha vuelto “cínico y descreído”. Es cierto,
pero la adjetivación quizá sea un poco desmedida. A diferencia de
novelas de un talante parangonable (y del mismo sello), como Recursos humanos de Antonio Ortuño o Lodo,
de Guillermo Fadanelli, la acidez del personaje es más bien suave. Lo
mismo sucede con el tópico del reality con indigentes: podría ser una
plataforma para lo escabroso y lo perverso, de donde saldría,
felizmente, una buena novela oscura, pero lo “políticamente incorrecto”
se diluye y la idea pasa, si se quiere, a un segundo plano. Quizás,
entonces, no haya que leer este libro como una novela sobre la identidad
venezolana, ni sobre la industria del espectáculo, ni sobre el mundo
del trabajo, sino como una novela más sobre las relaciones entre hombres
y mujeres.
Coda: A quien le queden dudas, en este enlace puede ver una charla del autor sobre el melodrama, titulada "Cómo morir de amor". Es tan divertida como la novela.
Coda: A quien le queden dudas, en este enlace puede ver una charla del autor sobre el melodrama, titulada "Cómo morir de amor". Es tan divertida como la novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario