Schavelzon sigue apostándole a escritores colombianos, argentinos, chilenos y latinoamericanos en general. Recibe tres o cuatro manuscritos al mes de narrativa y no ficción, trabajos que califica por calidad, atractivo, posibilidad de publicación y gusto del lector, que además formen parte del proyecto del escritor
Guillermo Schavelzon representa a más de 50 escritores entre los que están Mario Benedetti, Paul Auster, Ernesto Sábato y Walter Riso.fotos.fuente:kienike.com |
Guillermo Schavelzon aprendió a leer a los cinco años con el libro Upa
de Constancio C. Vigil. Creció escuchando las historias de Natalia
Ginzburg en italiano sobre el regazo de su madre, sin llegar a imaginar
que se convertiría en uno de los asesores de escritores más importantes
de la industria.
Estudió Medicina, por mandato familiar, en la Universidad de Buenos
Aires. Después, por decisión propia, entró a la facultad de cine en la
Universidad de La Plata, se graduó y hoy está a la cabeza de una de las
25 agencias literarias de habla hispana. Es el único hombre negociando
con derechos de autor en un campo que ha sido liderado sólo por mujeres,
pues según Schavelzon, ellas saben escuchar mejor.
Después de ser editor y director del Grupo Planeta, Alfaguara,
Ediciones El País y Editorial Nueva Imagen, Schavelzon dejó el mundo de
los grandes grupos para fundar la agencia que lleva su nombre: Guillermo
Schavelzon Agencia Literaria. Actualmente representa a más de 50
escritores entre los que están Mario Benedetti, Paul Auster, Ernesto
Sábato, Walter Riso y los colombianos: William Ospina, Santiago Gamboa,
Sergio Álvarez, Andrés Felipe Solano y Gerardo Reyes. La mayoría de sus
autores son latinoamericanos, pues a pesar de que su compromiso es con
la literatura, su origen y su región le mueven las entrañas.
Cuando salió de Buenos Aires, América Latina se quedó sin agencias
internacionales. No obstante, desde Europa Schavelzon sigue apostándole a
escritores colombianos, argentinos, chilenos y latinoamericanos en
general. Recibe tres o cuatro manuscritos al mes de narrativa y no
ficción, trabajos que califica por calidad, atractivo, posibilidad de
publicación y gusto del lector, que además formen parte del proyecto del
escritor.
“La experiencia y el paso de los años me enseñan que no hay
recetas, en el medio lo llamamos “olfato”, que no es un instinto innato
sino muchas horas de lectura y trabajo”, precisa Schavelzon sobre la forma como detecta éxitos literarios.
El hecho de ser argentino, haber vivido 10 años en México, después en
Madrid y ahora Barcelona, le facilita el diálogo con escritores de
diferentes lugares. Sus 30 años de trayectoria le permiten entender
tanto la parte editorial del negocio como la de creación de los autores.
“Los editores me escuchan y me dan crédito porque saben que los
respeto y que no les pido imposibles. Se trata simplemente de ser
sensato. Y al final ‘el crédito’ de un agente no depende de otra cosa
que de su historial de éxitos y fracasos.”
Detrás de cada libro que hojea un lector está la sensibilidad de un editor como de un agente literario como Schavelzon. |
Hace 10 años, el mercado liderado por Carmen Balcells conoció a este
hombre que supo aprovechar las nuevas tecnologías para adaptarse a las
necesidades de la globalización en el campo literario. Para Schavelzon
el desafío como agente está en ampliar y sofisticar los canales
comerciales. El agente literario es el encargado de conseguir la mejor
editorial y garantizar el mayor número de lectores- en todo el mundo y
en todos los idiomas- para cada escritor.
Para Schavelzon, profesionalizar un autor es permitirle que viva de
lo que escribe. Meta a la que le ha entregado su vida, pues está
convencido de que sólo a través de lo que hace, un manuscrito puede
llegar a ser un best-seller internacional.
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