1.9.12

Los premios literarios suman otra polémica más

Según el entorno de la editorial que publica actualmente a Miichael Connelly, el estadounidense, fichado con galardón incluido, ganará el premio RBA de novela negra

Michael Connelly, en Barcelona, donde recibió el Premio Carvalho en febrero del 2009. foto: Joan Cortadellas.fuente:elperiodico.com

Que muchos de los premios literarios comerciales en España suelen tener poco de competitivos y mucho de precocinados, no es ni siquiera un secreto a voces, sino una realidad constatada a menudo. Por cada autor revelación que se abre paso a través de los filtros de los lectores profesionales y, finalmente, de un jurado prestigioso, ¿cuántos responden a una estrategia de relanzamiento comercial, o a la necesidad de fidelizar a un autor de la casa garantizándole un plus, o son simplemente una forma de fichar a un autor de la competencia, que los implicados conocen muchos antes de que los originales lleguen a las manos del jurado, que queda digamos que en mal lugar?  Muchos. Entre los fichajes vía premio, solo en lo que va de año, se pueden recordar los de Álvaro Pombo (de Anagrama a Destino vía Premio Nadal, operación que ya había efectuado anteriormente a través del Premio Planeta) o Javier Calvo (de Mondadori a Seix Barral vía Premio Biblioteca Breve).
El próximo Premio Internacional de Novela Negra RBA y los 125.000 euros de su dotación podría ser el último caso de esta práctica tan habitual en el sistema editorial español (que ya no sorprende a nadie pero que deja en una posición incómoda, para empezar, a los jurados). O no. Lo sabremos la semana próxima, cuando se conozca oficialmente si el nombre del ganador es el que anuncia el periodista José Sanclemente en su blog, el escritor estadounidense Michael Connelly.
Sanclemente, autor y socio de Roca Editorial, que a su vez se había hecho anteriormente con los derechos de las novelas de Michael Connelly que publicaba Ediciones B, explica que hace unos meses la editorial los perdió a su vez después de que RBA fichara al autor norteamericano con "una oferta importante, con premio incluido". Antes por supuesto de que finalizase el plazo de entrega de originales del galardón que se entregará la semana próxima.
Fuentes de la editorial RBA se han limitado a apuntar que el ganador se conocerá el próximo 6 de septiembre. En cualquier caso, cabe recordar lo que sucedió el año pasado: esta editorial premió a la escritora norteamericana Patricia Cornwell, a la que fichó, procedente de Ediciones B, con una oferta económica mareante de la que los 125.000 euros cubrían solo una parte. Por cierto, era una novela más de la serie protagonizada por la forense Kay Scarpetta: ¿le podía quedar alguna duda al jurado de qué tenía entre manos? En las tres ediciones anteriores el premio fue una prima de fidelidad para autores de la propia RBA (Harlan Coben y Phillip Kerr) y una aproximación sin fichaje asociado (Andrea Camilleri, que siguió con sus múltiples editores habituales, Salamandra, Destino y Edicions 62). 
Por cierto, ¿qué sucede con los otros autores que se presentan al premio por la puerta delantera? Pues alguno incluso puede ver cómo el jurado acaba recomendando su publicación en la misma editorial, sin los honores del premio (le sucedió a un candidato de este mismo galardón, Aro Sáinz de la Maza, que acaba de ver editada un año después 'El asesino de la Pedrera') o incluso que el jurado se salga del guión previsto, para inmensa irritación de quien creía tener el premio garantizado (pasó, pero hace ya cuatro años, con el Premi Crims de Tinta, del mismo grupo editorial, a 'La mala dona' de Marc Pastor).  

Dos modelos de premios

A diferencia de otros países (EEUU con el Pulitzer y el National Book Award, el Reino Unido con el Booker, Francia con los Goncourt, Femina, Renaudot, el premio de los libreros alemanes...) en España los premios literarios comerciales que promueve cada editorial reciben a menudo un eco mayor al de los premios que eligen entre lo más destacado del año anterior (entre ellos, los nacionales de literatura, Ciutat de Barcelona, de la Crítica....).. Lo que no significa los premios a obra publicada (las polémicas en Francia han sido especialmente notorias) no estén ajenos a las influencias de los intereses editoriales o personales, por supuesto.

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