La experiencia que le otorgan sus 70 años, cincuenta de ellos enfrentándose al ejercicio solitario de escribir, permite asegurar al nicaragüense Sergio Ramírez que su oficio conlleva más gratitudes que sinsabores pero que nunca se debe buscar la fama sino al lector exigente
Sergio Ramírez busca siempre un lector exigente./archivo/lainformacion.com |
El pasado 5 de agosto el escritor cumplió siete
décadas, un aniversario que el Centro de Arte Moderno de Madrid ha
querido aprovechar para homenajear mañana al autor con una cuidada
edición especial de un cuento inédito y un encuentro con sus
admiradores.
El lector siempre ha estado en el punto de mira de la creación de Sergio Ramírez, quien en una conversación telefónica con Efe, confiesa que la relación con este es "delicada".
"Uno
no puede pensar en un lector fácil, que se conforma con poco, porque el
oficio perdería riesgo, siempre me imagino un lector exigente", precisa
Ramírez, que define de "incertidumbre" el juicio de la crítica y del
público.
El proceso de escritura se divide para Sergio Ramírez en
dos partes: la dura, que la identifica con la "tarea de corregir", y la
grata, que la define como el "momento de imaginar".
Reconocido con
premios como el Alfaguara de Novela por "Margarita, está linda la mar",
le quedan muchas historias por contar, sin embargo, es consciente de
que el tiempo es un reto a superar, "porque las historias se cuentan una
detrás de otra".
Y para ello no le importa experimentar. "Como
escritor nunca es tarde para experimentar nuevas formas, en el lenguaje y
la estructura de la novela" y, como ejemplo, cita "La fugitiva".
En
esta obra el escritor se metió en la piel de tres mujeres que evocan
desde su ancianidad sus recuerdos, su forma de ver el mundo y su amistad
con Amanda Solano, la protagonista de esta ficción inspirada en la
costarricense Yolanda Oreamuno.
Pese a mostrar su inclinación por
la novela, a Ramírez le gusta regresar al cuento, el género con el que
dio sus primeros pasos y con el que le gusta "probarse" como literato.
Y
un ejemplo será su próximo libro, una colección de doce cuentos, de los
que el Centro de Arte Moderno ha escogido "Las alas de la gloria" para
editar una cuidada edición artesanal y única de cien ejemplares,
numerados y firmados por Ramírez y el ilustrador Agustín Esteban
Escalante.
Después de esta recopilación, que aparecerá bajo el
título de "Flores oscuras", Ramírez baraja varios proyectos persuadido
de que "siempre hay que sacrificar", de que hay que "escoger" entre los
placeres que ofrece la calle y la soledad de la escritura.
"No hay obra que no surja sino es frente a la soledad", afirma tajante Ramírez, quien publicó su primer libro a los 20 años.
Reclama respeto por el oficio de escribir y aconseja no buscar la fama, "algo que es volátil", sino la buena literatura.
A
Sergio Ramírez le resulta difícil elegir entre alguna de sus obras,
porque, dice, "cada una está jalonada por circunstancias distintas".
Y
recuerda como en 1973 obtuvo una beca de intercambio cultural, en el
entonces Berlín Occidental, y de ahí surgió "Te dio miedo la sangre"; en
circunstancias muy distintas se gestó "Castigo divino", que escribió en
las madrugadas mientras ocupaba la vicepresidencia de Nicaragua durante
el primer Gobierno sandinista (1979-1990).
No en vano, el escritor reconoce que "el poder" es un argumento que recorre toda su obra "por la anormalidad que tiene en América Latina",
porque, a veces, "es un asunto que sale con llamaradas violentas y tiñe
la escritura", afirma Ramírez, al referirse tanto al "poder político
como al ejercido por el narcotráfico".
Pese a que abandonó de la
arena política definitivamente en 1996 y "sin ninguna intención de
volver a entrar", Ramírez destaca los avances de América Latina, una
región en la que en la mayoría de los casos "se ha ganado el respeto" a
las reglas democráticas.
Mientras, que en su país cree que las
circunstancias son distintas. "No se ha respetado el voto popular, lo
que saca a Nicaragua del modelo general del panorama, el país necesita
regresar a las reglas de juego democráticas", concluye.
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