29.9.12

Fadanelli: "El DF es imposible sin algún tipo de estimulante"

Mis mujeres muertas acaba de recibir el Premio Grijalbo 2012

Guillermo Fadanelli, en Barcelona, en 2007. / Domènec Umbert./elmundo.es

 
Sólo si la cuenta Guillermo Fadanelli es creíble la historia de un hombre que guarda durante meses la lápida de su madre en el maletero del coche. Si encima está inspirada en su propia vida encontraremos un libro con "alma rusa" y cuerpo mexicano.
Cargada de momentos trágicos y almas fatalistas sumidas en el problema cotidiano, Fadanelli utiliza la ironía y una calidad "fuera de lo común" para plasmar el mundo actual en una novela, 'Mis mujeres muertas' con la que se ha hecho merecedor al Premio Grijalbo 2012, fallado anoche y con un premio de 200.000 pesos (15.000 euros, aproximadamente).
"Es la historia de un hombre bueno, un cero a la izquierda, un hombre que no aspira al éxito sino a ser estrictamente mediocre y que se dedica a la bebida y a la contemplación pero que pierde en un lapso corto de tiempo a su mujer y su madre, de ahí las mujeres muertas del título" explica a ELMUNDO.es.
"Sus hermanos que son gente de éxito, un médico y un abogado, le encargan que ponga la lápida en la tumba de su madre. Lo hacen para educarlo, darle una disciplina y que tenga una misión. Pero lo que menos le interesa a este hombre es tener una misión y deja la lápida en el maletero de su coche durante mucho tiempo porque es un hombre distraído, displicente, borracho y además... el cementerio está muy lejos" señala Fadanelli, una de las mentes más lúcidas y rompedoras de las letras mexicanas.
Punzante, rápido, urbano, drogadicto e irónico, sus libros destilan tequila y cantinas pero también asfalto y humo en un viaje a lo mejor y peor del ser un humano. Un texto "con una calidad fuera de lo común", indicó el jurado en el acta.
"Yo no elegí a un borracho como un héroe romántico con el que describir este mundo, sino la borrachera como una forma de soportar la realidad" explica. "Es la mirada de un hombre que anticipa su muerte y pienso que a través de él podemos tener una visión de la Ciudad de México y de nuestra época mejor que si la interpreta un analista político o un sociólogo". "Siempre he pensado que no se puede vivir en el DF sin algún tipo de estimulante, sea etílico, literario o poético...", señala.
"Pero ya sabes que comienzo una novela y no sé nunca hacia dónde voy a terminar y mis explicaciones son siempre después" dice entre risas. El libro está inspirado en un hecho real cuando su madre falleció. "Yo mandé hacer su lápida pero tardé tres años en ponerla. No sólo por ebriedad sino por desidia, guardé la piedra durante todos ese tiempo en mi coche", señala Fadanelli.

Chicas y chicos

¿Cuánto hay en este libro de alma rusa y cuanto hay de Cioran y el pesimismo que aparece en otras novelas? "La vida es un breve paseo alrededor de nuestra tumba y ese temperamento del ser efímero que está en tantos escritores que me interesan como Michel Cioran o Joseph Roth. Pero este es un 'hombre que no le teme a sus sentimiento', como diría Bukowski. He aquí un hombre típico de la literatura rusa que camina rumbo a la tragedia, incluso se alimenta de la tragedia para vivir".
En 'Las mujeres muertas' hay una relación entre un hombre y una mujer, como en casi todas las novelas. Y en las de Fadanelli, en particular, ese tipo de relaciones ha dado a algunos acaloramientos. "Los hombres somos innecesarios en mis libros. La mujer ocupa un lugar trascendental. Alguna vez me acusaron de misógino pero yo no odio a las mujeres, sino que les tengo miedo porque sé el daño que son capaces de hacerme", contesta. "En 'Mis mujeres muertas' se acentúa la idea de que no hay varias mujeres; todas son la misma. La hija, la esposa, la hermana... en todas ellas existe el amor filial, sexual, materno". Y continúa: "Mi relación con el mundo femenino es más bien la relación con un universo y también con una influencia pero también con una fatalidad".

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