El debú en la novela adulta de la madre de Harry Potter llega a las librerías
La escritora J. K. Rowling. /Stephen Hird/elpais.com |
El mayor acontecimiento editorial del año en el Reino Unido, al menos
en cuanto a sus réditos comerciales, vuelve a llevar la firma de J. K.
Rowling, cuyo nuevo libro ya ha sido encargado por un millón de lectores
en la antesala de su salida hoy a la venta. Tal es la expectación
generada por el título The Casual Vacancy que muchas librerías
han decidido anticipar la apertura de sus puertas a las ocho de la
mañana, en un ritual que viene replicándose desde hace tres lustros
cuando se trata de la “madre de Harry Potter”. El exitoso niño mago, sin
embargo, es por primera vez el ingrediente ausente de esa ecuación,
porque la autora británica se estrena con una novela para adultos que va
a poner a prueba el toque mágico de su talla literaria.
El éxito de la saga de Harry Potter, de las siete entregas que han
vendido 450 millones de copias en el mundo y de su traslación
cinematográfica, puede ser un arma de doble filo. La atención suscitada
por la primera incursión de Rowling fuera de los confines adolescentes y
juveniles del colegio Hogwarts le augura la condición de superventas,
aunque también un severo escrutinio de la crítica. “Estoy orgullosa del
libro, me gusta mucho y eso es lo que cuenta”, ha zanjado en sendas
entrevistas con el diario The Guardian y la BBC, enmarcadas en una estrategia publicitaria que mide al milímetro sus declaraciones públicas.
La editorial Little Brown solo permitió que se revelara lo justo
antes de que los compradores se hicieran desde esta mañana con un
ejemplar de The Casual Vacancy, la narración en clave de humor
negro de las desavenencias que suscitan unas elecciones locales entre
los vecinos de un pueblecito de la plácida Inglaterra rural. A resultas
de ese secretismo, los empleados de los puntos de venta no han podido
desplegar los ejemplares de la obra en estanterías y escaparates hasta
apenas minutos antes de la entrada de los clientes, mientras un puñado
de críticos tuvo que firmar los preceptivos documentos de
confidencialidad para recibir el libro hace menos de una semana.
Frente al universo fantástico y potteriano que decidiera zanjar en
2007, convertida en una autora más rica que la propia reina Isabel II,
J. K. Rowling recrea en The Casual Vacancy la realidad social y
política de su país con una sátira que carga contra los prejuicios de
clase y reivindica a quienes viven en sus márgenes. Como ella misma en
su juventud, una madre divorciada que subsistió gracias a las ayudas
sociales en Edimburgo, antes de que un editor le comprara el manuscrito
de la primera entrega de Harry Potter (1997) por menos de 3.000 euros.
Una etapa menos conocida de su singladura es la difícil adolescencia
vivida en un pueblo del condado de Gloucestershire (sudoeste de
Inglaterra), Tutshill, un lugar del que siempre quiso huir (a su madre
le diagnosticaron esclerosis múltiple, y nunca se entendió con su
padre), y cuyo perfil es casi calcado al escenario de la novela, el
enclave ficticio de Pagford. El argumento se centra en la súbita muerte
de un concejal y las intrigas que suscitan los comicios para designar a
su reemplazo, considerado por muchos de los residentes de clase media
como una oportunidad para deshacerse de un sector del municipio habitado
por seres marginados y receptores de la ayuda del Estado.
Militante laborista y multimillonaria que paga religiosamente sus
impuestos en apoyo del estado del bienestar, la autora construye con su
libro una metáfora del clasismo inherente en la sociedad británica y la
ignorancia de unas élites “que creen saber lo que es mejor para todos
los demás”. Empezó a escribirlo hace cinco años, cuando el gobierno
conservador todavía no había arribado al poder (2010), pero considera
que su temática es hoy, cuando David Cameron ejerce de primer ministro,
“más relevante” que nunca.
La autora explicará en persona sus motivaciones durante una
comparecencia pública esta tarde en una sala londinense, que incluirá la
lectura de pasajes de su nueva obra, una rueda de preguntas y
respuestas, y la firma de un único ejemplar por asistente. Las entradas
se agotaron a las 48 horas de ponerse a la venta y desde entonces su
precio (12 euros) se ha multiplicado en el portal eBay. Rowling ha
admitido que “lo peor que puede pasar es que todo el mundo diga que
debería haber seguido escribiendo para niños”, si bien apostilla que
siendo “la escritora más libre del mundo”, y cuando “todo el mundo sabe
que puedo pagar mis facturas”, en el fondo “puedo hacer lo que me
plazca”. En su momento barajó firmar con un pseudónimo, pero acabó
optando por dar la cara frente a la crítica, porque al fin y al cabo ha
escrito la novela “exactamente como quería”.
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