especial filbo 2012
El autor de La rebelión de las ratas y Mientras llueve sigue escribiendo y opina sobre el propio oficio de escribir y la literatura colombiana
Fernando Soto Aparicio tiene 58 títulos y treinta y cinco están en la FILbo 2012. foto.fuente:elespectador.com |
Maestro, ¿está trabajando actualmente en algún proyecto?
Uno no para de trabajar.
¿Una novela pendiente?
Uno
siempre tiene pendiente una novela. No se sabe si en la cabeza, en el
computador, en el cajón de la mesa: por todos lados. Yo empiezo un libro
y no puedo parar hasta acabarlo. Soy compulsivo para trabajar.
‘Bendita sea tu pureza’ es, a mi parecer, el mejor libro de cuentos colombianos, pero no se reeditó.
No,
no se reeditó. Y es una lástima, porque yo pienso que es, de alguna
manera, una radiografía del país, de los desplazados. Todos somos
desplazados de alguna parte. Nos desplazamos del amor hacia el olvido,
del campo a la ciudad, de la riqueza a la pobreza o de la posición de
victimario a la posición de víctima.
¿Hay posibilidades de reeditarlo?
Con
Caza de Libros, que ha sacado esta colección de 12 libros, hay un
proyecto para revisar otros 10 en el año entrante, y ese sería uno de
los revisables, porque yo también quiero mucho ese libro. Hay unos
cuentos crueles, por ejemplo, ‘El primer gol’, pero son cuentos
absolutamente nuestros.
Recuerdo ‘Una sóla sombra’. Es una fuerte denuncia contra Dios.
Yo
siempre he estado de pelea con Dios. Una de las obras que más quiero es
‘Y el hombre creó a Dios’, que fue publicado por Panamericana, pero
como con miedo, como para el olvido, pero ahí anda.
Hablemos de su labor como periodista.
Yo hice mucho periodismo. En El Espectador
trabajé con don Guillermo Cano 10 años en el Magazín. Escribía una
columna que se llamaba Libros contemporáneos. Yo comentaba 3 ó 4 libros.
Todas las semanas, durante 10 años, don Guillermo Cano no me dejó
desmayar. En esa época me publicaron cantidad de cuentos, poemas. Fue
una época para mí muy importante.
¿Sabe que revivió el ‘Magazín’ en formato digital?
¿Ah,
sí? ¡Qué maravilla! En este momento los grandes periódicos no tienen
suplementos literarios, los dejaron morir. Pero son grandes empresas que
valen la pena. El magazín literario de un periódico es el alimento
espiritual de un país. Los periódicos narran una cantidad de cosas
aterradoras, pero el magazín es para respirar. A mí me parece muy
importante que eso regrese y nos dé una pausa de esperanza cada semana.
¿Qué recuerdo tiene de don Guillermo Cano?
Un
afecto inmenso. Pasaron 10 años en que nos veíamos todas las semanas,
en que nos consultábamos las cosas de el Magazín, en que él me recibió
todo lo que yo quise enviarle: no pasaban dos entregas sin que se
publicara un cuento mío, una selección de poemas. Para mí fue la época
dorada, y eso se lo debo en una infinita medida a don Guillermo, una
persona extraordinaria, de un valor inmenso. Su muerte me sigue doliendo
en el alma como una de las grandes pérdidas de este país.
¿Cómo ve esta versión de la Filbo?
Bueno,
esto es una pausa, una recesión, una cita con la inteligencia. A mí la
Feria me encanta. Tengo un capital humano maravilloso, el afecto de la
gente. Me buscan para una o dos fotos, esta con el niño menor, que la
abuelita, que mi mujer. En estas ferias me toman mil fotos, y bueno, yo
escribo para los lectores, y los lectores son ellos. Tengo libros en
ocho stands distintos, son 35 libros, y me alegra ver que no he perdido
el afecto de la gente. Esa es mi mayor riqueza. Puede que los libros no
den dinero, pero la fidelidad de los lectores después de 60 años para mí
es lo más importante.
Cuando Gonzalo Arango le preguntó
por qué no hacía parte del nadaísmo, usted respondió: “Porque si todos
gritan, ¿quién escucha?” ¿La literatura colombiana sigue gritando?
No.
Yo pienso que la literatura colombiana ha entrado en un ascenso muy
importante. Hay escritores que entendieron que escribir no es ‘llegó la
inspiración y hay que escribir’. No: la literatura es una disciplina
draconiana, terrible, pero maravillosa. Hay gente muy valiosa, no diré
nombres porque se me escaparía alguno, pero hay gente que ha recogido
las banderas que tal vez nosotros vamos a dejar. Hay gente que nos
reemplazará con lujo, que nos está ganando, que ha aceptado el reto
internacional de la literatura. Yo estoy muy complacido por eso, cada
nuevo autor es como si yo lo hubiera descubierto, es una gran alegría.
¿Juan Gabriel Vásquez?
No
te quise dar nombres, pero hay mucha gente como él que ya tiene una
profesión, un sitio definido en la literatura mundial y eso para mí es
una satisfacción y felicidad, porque veo que Colombia después de una
época de silencio, de una época de aislamiento, de una época de
imitación de la literatura europea. Ahora, está construyendo su propia
literatura, su propia voz y con autores muy valiosos y para rato.
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