El presupuesto del instituto se reducirá un 13,9% en 2013. Es preciso corregir algunos modelos que se han quedado anticuados, según el director
Imagen nocturna de la sede del Instituto Cervantes en la madrileña calle de Alcalá. /Luis Magán./Elpais.com |
Si una marca país empieza por su idioma, hay malas noticias —y van ni
se sabe— para la marca España. El Instituto Cervantes, que nació en
1991, ha anunciado un repliegue histórico. Su director, Víctor García de
la Concha, ha explicado ante la comisión de Asuntos Exteriores del
Congreso que en 2013 se cerrarán tres centros —el futuro de un cuarto,
en Sofía, depende de la contribución del Gobierno búlgaro— y se estudia
la venta de algunos inmuebles.
Porque tampoco el Cervantes sale indemne de la tijera de Hacienda. El
Gobierno le dará un 37% menos de dinero que en 2012 (50 millones de
euros frente a 80). El organismo pretende compensar la reducción con
ventas de edificios —se barajan las de Tel Aviv y Bruselas— y recortes
en partidas de personal (17% menos) o inversiones (caen el 42%), que
obligarán a paralizar proyectos de rehabilitación de edificios. El
presupuesto total del organismo para 2013 asciende a 83,7 millones de
euros, que significa una reducción del 13,9%. Incluso sin reducción, sus
cifras son raquíticas en comparación con las que manejan institutos
equivalentes (los 814 millones del British en 2011).
Las medidas más drásticas se tomarán en Brasil, donde se cerrarán las
sedes de Recife y Curitiba, “como parte de un plan de
redimensionamiento de nuestra presencia”, planteó Víctor García De la
Concha. El Cervantes cuenta con ocho centros en Brasil, un país
estratégico para la difusión del español tras la introducción del idioma
en el sistema educativo. “Hay que potenciar el español en Brasil”,
afirmaba el director hace unos meses. A pesar del cierre de ambas sedes,
el director aseguró que seguirá siendo un país estratégico para el
Cervantes, que posiblemente se implante en nuevas ciudades brasileñas de
la mano de universidades.
El director de la delegación de Curitiba,
Salvador López Becerra, se sorprende al enterarse por una llamada de
este periódico de que su sede es una de las nombradas: "Yo no sé nada,
no me han dicho nada. Ya que no es seguro no quiero ni pensarlo". López
Becerra cuenta que el centro se inauguró en 2007 y que allí trabajan
siete personas: él, dos profesores y cuatro funcionarios, además de una
decena de maestros colaboradores.Unos 20 empleados trabajan en cambio en la sede de Recife,
donde un funcionario cuenta que tampoco sabían nada del cierre de la
delegación: “Es usted la primera persona que me lo cuenta”.
El Instituto Cervantes también se retira de Damasco por razones que
no tienen que ver con el dinero. “Se trata de oficializar la suspensión
de actividades”, explica García De la Concha. Desde abril, la guerra que
se vive en Siria obligó a cancelar la actividad del centro.
El caso de Sofía está en el aire. El Gobierno de Bulgaria no desea el
cierre, como evidencia el hecho de que ayer el embajador búlgaro en
España se entrevistó con Víctor García de la Concha para hablar del
futuro del organismo. “En el pasado se han hecho contratos de alquileres
costosísimos que ahora pesan como una losa sobre el Cervantes”, señala
su director. El mantenimiento de la sede de Sofía desde que se abrió
hace dos años ha costado alrededor de 2,5 millones de euros.
El Instituto se plantea también compartir sedes con otros organismos
como el British Council o el Instituto Goethe para ahorrar. A pesar de
estas medidas, Víctor García de la Concha destaca que el Cervantes
crecerá en 2013. Su intención es llegar a acuerdos con universidades
para continuar la expansión a menor coste.
Pese a los cierres anunciados, García de la Concha ha sostenido
también en el Congreso que el Instituto "no se va a detener", sino todo
lo contrario: "Se propone metas concretas para cumplir sus objetivos con
mayor fuerza".
Aunque tendrá que hacerlo con menos dinero. Desglosando el 13,9%
menos con el que contará el presupuesto del Cervantes para 2013, el
director ha explicado que la mayor partida de la institución es la que
destinan a los recursos humanos: el año próximo tendrá 50,6 millones, es
decir 10,6 millones menos que en 2012.
El capítulo destinado a gastos corrientes también sufrirá una
reducción: perderá uno de sus 30,17 millones de euros. En términos
concretos, significa que el instituto buscará renegociar los alquileres
de algunas de sus sedes, ya que estos gastos representan el 40% de esta
partida. "Hay contratos costosísimos que ahora pesan como una losa sobre
el Cervantes", afirma García de la Concha.
Entre tantos menos el Cervantes tiene por lo menos un más: las ventas
de edificios, las reducciones de gasto y el aumento del resultado
comercial, estimado en 10,88 millones, es decir un 98% más que en el
ejercicio anterior, provocarán en 2013 un aumento del remanente de
tesorería.
Si en el pasado los tajos presupuestarios han tratado con más
delicadeza las grandes instituciones culturales, para 2013 nadie tiene
bula. José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, ha
reconocido rante la comisión de Cultura del Congreso que la aportación
del Gobierno cae un 31% en el Prado y un 25,5% en el Reina Sofía. A
pesar de los recortes del presupuesto, defendió que en 2013 “la cultura
no se paraliza”.
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