30.9.11

'Cien años de soledad', al paredón

La obra del colombiano Gabriel García Márquez es acusada de promover pedofilia
Cien años de soledad, obra acusada de incitar la pedofilia, según la reaccionaria ortodoxia cristiana rusa.foto.fuente:vive.in

La declaración fue hecha por Vsevolod Chaplin, representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), citado por las agencias rusas, haciendo referencia obra del nobel colombiano, Gabriel García Márquez y de la novela 'Lolita' de Vladímir Nabokov.

Chaplin opina que "la popularización de esas novelas en la escuela no contribuyen a la salud moral del pueblo, de la que depende el futuro de la sociedad".

El religioso criticó "los cínicos y monstruosos intentos de justificación de la pedofilia que tienen lugar en la Rusia actual" y añadió que la IOR tiene "derecho a juzgar desde el punto de vista moral cualquier expresión artística, nueva o antigua".

"A día de hoy es necesario revisar con decisión la relación con la moral social, en particular con el desenfreno sexual. Sin esta revisión, la sociedad rusa simplemente dejará de existir dentro de cine años. Esto está claro", comentó.

"¿Qué hacemos con Nabokov y Márquez? ¿Prohibimos sus libros? Esta gente no entiende que parecen personas que se han bajado del árbol del progreso", dijo el escritor, historiados y opositor político, Eduard Limonoy.

A su vez, el periodista y presentador Nikolái Svanidze aseguró que, en caso de que la IOR esté en lo cierto, habría que analizar por su contenido de violencia, pedofilia y otras cosas inaceptables, toda la literatura universal desde Homero, incluida la rusa. "De ahí a quemar libros en las plazas hay un paso", dijo.

La IOR ha incrementado notablemente su influencia en la sociedad desde que llegó al poder en 1999 el actual primer ministro, Vladímir Putin, que anunció el sábado pasado que regresará el Kremlin el próximo año, 2012.

Borges inédito sobre Cervantes

Un texto de 1968 rescata la devoción del escritor argentino hacia Don Quijote, su creador y el valor de la amistad
Jorge Luis Borges siempre fue un profundo admirador de la obra cervantina: Don Quijote. foto. fuente:abc.es

Un titán (Jorge Luis Borges) exhuma a un coloso (Miguel de Cervantes), que fue su modelo. «Siempre hay placer, siempre hay una suerte de felicidad cuando se habla de un amigo. Y creo que todos podemos considerar a Don Quijote como un amigo», escribe Borges, que veía en el prodigio literario nacido en la ciudad de Alcalá de Henares la encarnación de las letras y de las armas. Minutos antes de expirar el 15 de junio de 1986, en Ginebra, le preguntaron:

—«¿Quién es Borges? ¿Cervantes, el Quijote o Alonso Quijano?»

Fulminó Borges: «¡Los tres!».

Ahora, un texto inédito en español reúne a esta santísima trinidad literaria. En 1968, Borges pronunció una conferencia en la Universidad de Austin (Texas) sobre «Don Quijote de la Mancha», pero con una visión particular, diferente y muy enriquecedora. La pieza, rescatada por Julio Ortega, profesor de la Universidad de Brown, la publica en su versión completa y definitiva —que incluye el original en inglés, su traducción al español y la grabación del audio original— Del Centro Editores.

El milagro cervantino

«Hay ciertos personajes —discurría Borges—, y esos son, creo, los más altos de la ficción, a los que con seguridad y humildemente podemos llamar amigos. Pienso en Huckleberry Finn, en Mr. Pickwick, en Peer Gynt, y en no muchos más». Y pensaba, por supuesto, en Alonso Quijano, «un personaje que existe más allá del mundo que lo creó», expresa el autor de «El Aleph». En esta obra inédita, Borges habla de su relación de amor y de amistad con el Quijote, y con Cervantes, «de los que se siente muy cerca», señala a ABC el editor de la obra, Claudio F. Pérez Míguez. Borges consideraba la amistad como una pasión argentina, y ensalza el amor que en él despertaron Quijano y Cervantes para lograr ese «milagro».

Este inédito de Borges sobre el Quijote (del que reproducimos un capítulo) será presentado mañana en el Centro de Arte Moderno de Madrid (Galileo, 52) por la viuda de Borges, María Kodama, presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. Se trata de una edición artesanal, única y numerada, de cien ejemplares, ilustrados por Ricardo Horcajada.

Primer Museo del Libro y la Lengua Española de Suramérica abrirá en noviembre

El único centro de arte que se le asemeja en la región, es el Museo de la Lengua Portuguesa ubicado en Sao Paulo, Brasil
Museo de la Lengua Portuguesa en Sao Paulo, Brasil. foto:Efe.fuente:el-nacional.com

El primer Museo del Libro y de la Lengua Española de Surámerica se abrirá en noviembre en Argentina, anunció este lunes el director de la Biblioteca Nacional, el sociólogo Horacio González.

"No hay un museo como éste en la Argentina. Y no lo hay en Latinoamérica, tampoco; salvo en Sao Paulo, Brasil, donde se hace foco en el idioma portugués", declaró González, según el portal oficial del gobierno.

Agregó que el museo, que estará ubicado en el mismo predio que la Biblioteca Nacional en el barrio capitalino de Recoleta, "es un trabajo surgido a partir de los esfuerzos culturales, intelectuales, de la Biblioteca Nacional en una materia de la cual antes no había nada".

El nuevo museo, cuya estilo moderno fue diseñado por el arquitecto Clorindo Testa, será un espacio en donde se guardará la historia de las lenguas, la escritura y los libros.

"El museo es la historia de cómo se comportaron los argentinos frente a este arcón de joyas que son las palabras a las que no solemos darle mayor importancia y que constituyen el alimento por el cual establecemos el tejido diario de nuestras relaciones", afirmó González.

Un grupo de monos virtuales escriben como Shakespeare

El programador Jesse Anderson consigue, a través de un sistema informático, que los primates tecleen por azar las obras del dramaturgo
Un mono, escribiendo. foto: Wikipedia. fuente:lavanguardia.com

La idea parece disparatada, un juego, un reto sin ton ni son. Pero el programador Jesse Anderson, a través del sistema de cloud computing de Amazon EC2, y un ordenador doméstico, ha conseguido que un grupo de monos virtuales reproduzca textos de William Shakespeare.

Los chimpancés creados por Anderson, según explica la BBC, pueden volver a "crear" las obras completas del dramaturgo tecleando las teclas al azar. Cada secuencia es de nueve caracteres y, al mismo tiempo, cada una se revisa para ver si esa cadena aparece en cualquier fragmento de las obras de Shakespeare. Entonces, se sigue hacia delante.

El programador explica que comenzó el proyecto para poner a prueba los servicios de la web de Amazon. Inmediatamente después, se preguntó: ¿un número infinito de monos aporreando un número infinito de máquinas de escribir sería capaz de producir obras de Shakespeare por accidente?

La única obra que se ha completado, hasta ahora, es el poema A Lover's Complaint. Y se ha realizado así, de forma aleatoria, comprobando la coincidencia de caracteres en cada paso.

Evidentemente, no es tan fácil como parece. Existen alrededor de 5,5 billones de combinaciones posibles según el alfabeto inglés. Ello sugiere, según el doctor Ian Stewart, profesor de matemáticas en la Universidad de Warwick, que los primates - de forma "natural" - tardarían mucho más que la edad del universo para generar completamente al azar una reproducción exacta de los aproximadamente 3.700.000 caracteres que aparecen en las obras del dramaturgo inglés.

La idea de Anderson, de todas formas, no es un nueva. Se trata de una vuelta de tuerca al "Teorema de los infinitos monos", hipótesis creada en 1913 por Émile Borel en su libro Mécanique Statistique et Irréversibilité, donde defendía que era extremadamente improbable que un millón de monos, si mecanografiaran diez horas al día, pudiesen producir un libro ya escrito por un humano. El "extremadamente improbable" abría la condición de posibilidad para que los monos - una metáfora, en realidad - reescribieran un ejemplar a través de una secuencia aleatoria si se realizaba ad infinitum.

El argumento ha dado pie a múltiples juegos de ficción. En La historia interminable, Michael Ende pone de vigilante a un mono en su país fantástico. Sus habitantes, los "antiguos emperadores", lanzan una especie de dados de letras cuyos resultados van almacenando. Se trata de una operación gracias a la cual van surgiendo palabras autónomas e inteligibles. "Si se sigue jugando cien años, mil años, cien mil años, con toda probabilidad saldrá una vez, por casualidad, un poema. Y si se juega eternamente tendrán que surgir todos los poemas, todas las historias posibles, y luego todas las historias de historias, incluida ésta en la que precisamente estamos hablando", se nos explica.

De momento, los monos "no" digitales parecen estar por otra cosa. El zoo de Paignton, en 2003, probó algo similar. Puso un teclado dentro de la jaula de seis macacos. Después de 30 días, habían escrito sólo cinco páginas, todas con la letra "S". La conclusión principal fue que se tenía que comprar otro teclado. Estaba destrozado.

Herralde: "Puedo defender cada uno de los libros que edité"

Bolaño, Copi y Carver… Se quedó con las ganas de tener a Borges, pero se desquitó publicando casi todo Nabokov, uno de sus escritores favoritos El legendario editor español dialogó, en una de sus primeras entrevistas luego de anunciar la venta de Anagrama a la italiana Feltrinelli
Jorge Herralde siempre se encargó de publicar libros que encajaran en su tiempo.foto.fuente: Revista Ñ

"No somos eternos". La frase fue una de las que Jorge Herralde pronunció a fines del año pasado luego de provocar un pequeño sacudón en el mundo editorial. La razón: la venta de Anagrama, la editorial que había fundado a fines de los ´60 en Barcelona y que durante 40 años había podido mantenerse independiente, armar un catálogo coherente y prestigioso, publicar más de 3.000 libros y crear colecciones exitosísimas como Panorama Narrativa ("la fiebre amarilla") o los compactos de Anagrama, sus libros de bolsillo.

De acuerdo al anuncio, la editorial italiana Feltrinelli iría sumando participación accionaria en Anagrama cada año hasta convertirse en su propietaria en un plazo de cinco años. Hasta entonces, Jorge Herralde y su esposa, Eulalia Gubern, continuarán siendo sus directores.

-Tras la noticia, en algunos medios españoles se especuló con que usted creía que al negocio del libro no le quedaban más de cinco años.
Como es sabido, en la prensa salen artículos bien intenciones y otros que son puras fabulaciones. Lo cierto es que cuando empecé las conversaciones con Carlo Feltrinelli, hace unos tres años, aun no se había producido esta crisis. Con crisis me refiero a dos: por un lado la que esta afectando el consumo en Europa –de todo, ropa, restaurantes, distensión–; y luego la que tiene que ver con el asunto del libro electrónico. Todavía en España su incidencia es bajísima, pero es difícil predecir. Lo que unifica a estas crisis –la económica y la del modelo del libro– es la opacidad, una visión poco clara del futuro próximo.

-Alguna vez, en tiempos de crisis, ¿sintió la tentación de editar un best seller garantizado?
No, la verdad es que no. Y me remito al catálogo. El catálogo no miente. No hemos tenido esa tentación, entre otras cosas porque tuvimos la suerte de tener muchos long sellers y no pocos best sellers que han sido literarios: Sostiene Pereira de Tabucchi, La conjura de los necios, Arundhati Roy, Paul Auster, Ian McEwan, Bolaño.

-En 27 años del premio de narrativa Herralde hubo sólo dos escritoras que lo ganaron, Adelaida García Morales, en 1983, y Paloma Díaz Mas en 1992. ¿A qué lo atribuye?
En este premio no hay patriotismo de ningún sentido, ni español ni latinoamericano ni joven ni adulto ni anciano ni mujeres, gana simplemente el mejor. Entre los presentados al premio ha habido no pocas finalistas, pero en la competición de cada año, bueno, no han quedado.


-Dígame cuál es la parte mas aburrida de ser editor.
Ciertas tareas administrativas que ya he delegado bastante, algunas negociaciones, lidiar con algunos egos, pero las satisfacciones superan por mucho los contratiempos. Claro que hay altibajos y grandes "subidones", hay desencantos, de repente te enamoras de una novela, apuestas por ella y el público no te sigue. Me ha pasado con ciertos autores, por ejemplo con Kapuściński, que hasta el sexto libro, Ébano, en España no triunfó.


Cirugía menor


-El escritor Juan Villoro contó que un original revisado por usted termina siendo una especie de animal que en lugar de piel, tiene post-its pegados por todos lados. ¿Hasta dónde llega su intervención como editor? ¿Alguna vez tan lejos como la de Gordon Lish con Carver, por ejemplo?

Jamás. Esta invasión truculenta no es la que hacemos en la editorial. En algunos casos, como con Bolaño, la intervención era mínima porque entregaba manuscritos casi perfectos. Si el manuscrito tiene muchos problemas entonces se le envía un informe de lectura al autor para que él mismo presente una nueva versión o desista. O vaya por otro camino. Esto que dice mi querido Villoro, un poco exagerado, es una especie de cirugía menor. Intervengo y sugiero, y sugiero naturalmente siempre a favor del texto.

¿Un narrador frustrado puede ser un buen editor?
Podría ser, la psique humana es complicada. En el caso de Gordon Lish, publicó varias novelas con escaso éxito, en cambio Carver…es una historia muy complicada. A ver: no discuto aciertos en la intervención de Lish, pero esta cosa truculenta de enmendar demasiado… Lo hace ingresar con éxito en el mundo editorial pero a costa de que su obra se vea cambiada y mutilada sensiblemente, con lo cual Carver se siente muy agradecido por una parte con Lish, pero por otra casi como un impostor. Luego quedó demostrado con Principiantes que la versión auténtica de sus libros era distinta, pero muy valiosa también.

-Como editor, ¿le parece más valioso el Carver original?
En realidad, para ser totalmente sincero, creo que son dos libros distintos y los dos son muy buenos.


-Es famosa la anécdota de que usted le sugirió a Bolaño desistir del título "Tormenta de mierda" para una de sus novelas, ¿que importancia tiene el título en el éxito de un libro?

El título "Tormenta de mierda" me parecía francamente disuasorio. Insistí bastante, me puse un poco pesado, a favor del texto. Y al cabo de un tiempo de insistencia de mi parte, al final Bolaño me dice: "¿Sabes qué? Este título 'Tormenta de mierda' ya no me gusta nada". Luego me enteré que Juan Villoro también lo había ido trabajando por su lado. Igual es difícil de medir, porque hay títulos no muy buenos que han funcionado muy bien. Pero hombre, yo prefiero uno bueno y lo cierto es que hay muchos autores que me piden que titule sus libros, y lo he hecho en algunas ocasiones. Por ejemplo El viaje vertical de Vila Matas. Me divierte bastante, es un pequeño hobby personal.



-¿Y en el caso de Alan Pauls, cuya novela se llamaba en principio Ex y terminó siendo El pasado?
No, ahí toda la responsabilidad es de Pauls. Del título anterior y del final.


¡Haz lo que quieras!

-En Opiniones mohicanas relata varias reuniones con escritores que luego terminó editando. ¿Cuál fue el primer encuentro que lo impresiono más?
Bueno, casi Copi. Un personaje singularísimo, con una originalidad y un desparpajo increíbles. A Copi lo editaba mi gran amigo y editor francés Christian Bourgeois. Yo lo seguía desde hacía muchos años en Le nouvel observateur, con la tira "La mujer sentada". Luego leí El uruguayo y se lo di a traducir a Vila-Matas y entonces quedé que se lo enviaríamos a Copi para que lo revisara. Pasaban los meses, sólo tenía 40 folios, era una novelita y no había manera. Al final, en un viaje a París me fui a verlo al teatro, al terminar salió con un abrigo blanco largo hasta los pies, fuimos a tomar una copa, muy simpático. Y le dije: "Bueno, ¿qué pasa con la traducción? "¡Haz lo que quieras!", me contestó.

-¿Cree en esa frase que dice que a los editores hay que juzgarlos por los libros malos que editan y no por los buenos que dejan pasar?
La dijo un editor amigo, el de Carver y Ford en Francia, entre otros. Y sí: para los buenos libros hay muchos competidores, incluso te puede haber llegado tarde o cogerte en un mal momento –o sin tener espalda financiera para afrontarlo–, así que la responsabilidad es muy diluida. En cambio, de los malos libros claramente la responsabilidad es total. No quiero pecar de soberbia, pero cada libro que publiqué, en cada momento en particular, me pareció pertinente, siempre me preocupé por publicar libros que encajaran de alguna manera con el zeitgeist, tanto en narrativa como en ensayo como en crónica. No me arrepiento de nada y sería capaz de defenderlos a todos. Lógicamente muchos títulos de ensayo que publicamos en los '70 quedaron obsoletos.

-Hace poco el editor de un suplemento cultural afirmaba que había que olvidarse de los no lectores y preocuparse de los lectores habituales de literatura. ¿Comparte esta opinión?
Yo me he dedicado toda la vida a los lectores. Y, especialmente, a los lectores fuertes como les dicen en Francia. Aquellos que leen por placer, por pasión y por todo lo que se debe leer. Sí, me encanta que por fenómenos de boca-oreja un libro que habitualmente tendría unos 3000 ó 5000 lectores se convierta en una onda expansiva y pueda vender hasta 100 mil ejemplares.

Entre los últimos libros que editó, ¿qué voces le llamaron la atención?
Bueno, De vidas ajenas de Emmanuel Carrère creo es que uno de los mejores libros que he publicado en los últimos años. Una temática dura, la muerte de una niña en un tsunami, luego una historia de dos amigos con cáncer, pero de una fuerza y una inteligencia superiores. Consciente de lo difícil del tema, llamé personalmente a directores de suplementos, a periodistas, empecé a hacer sonar el tan tan para vencer esta resistencia y con bastante éxito, no tanto como en Francia, donde fue un best seller. Antes habíamos publicado Una novela rusa, que no había funcionado nada, así que pensé que ésta también tendría un destino aciago, pero afortunadamente me equivoqué. Otro escritor que me hace ilusión es Niccolò Ammaniti. Su libro Que empiece la fiesta es uno de los tres que más me han hecho reír en mi vida, a carcajadas, junto con La conjura de los necios y Wilt, de Tom Sharpe. Es una sátira muy desopilante sobre la Italia contemporánea.


-En El optimismo de la voluntad nombra de pasada un proyecto de libro –Itinerario argentino– sobre su vínculo con Argentina, sus escritores y sus editoriales, ¿en qué quedó ese proyecto?

En 7 u 8 cuartillas. Estas cosas empiezan un poco como hobby, tomaba notas, diarios de viajes, encuentros con escritores, y empecé a fabular sobre ello. Y al final no quedó en nada, solo en algunos retratos que se fueron publicando en otros de mis libros. Uno de Copi, uno de Piglia, uno de Pauls.


-¿Tiene pensando publicar algún libro más?
No, me he cansado un poco. Podría contar mucho más, pero la verdad es esa: me he cansado un poco.

29.9.11

Una pluma finlandesa que encanta

Con su libro Purga, la joven escritora Sofi Oksanen tiene cautivada a Europa


Portada de Purga, de Sofi OksanenSofi Oksanen también es autora 'Stalinin lehmät' ('Las vacas de Stalin', 2003) y 'Baby Jane' (2005), de temática lésbica. fotos.fuente:vive.in

Si Lisbeth Salander, la enigmática joven creada por el escritor sueco Stieg Larsson existiera en la realidad, de seguro tendría entre sus mejores amigas a Sofi Oksanen (1977), la escritora finlandesa, considerada por la crítica como uno de los jóvenes prodigios de la literatura nórdica. Al país, acaba de llegar 'Purga', su tercera novela, que ya acumula varios galardones de prestigio.

A primera vista, con su pinta gótica, rastas de tonos azules y rosas, y ojos pintados igual que su pelo, algunos podrían equiparar con una especie de Amy Winehouse de la literatura contemporánea, detrás de cuya semblanza física se esconde un alma sensible y firme activista en favor de las minorías que no tienen voz, a través de sus columnas y libros. De seguro, el propio Larsson también hubiera sucumbido ante ella, de haberla conocido.

Hija de un electricista finlandés y de una ingeniera de Estonia, Oksanen se formó como dramaturga en la Academia de Teatro de Helsinki. En efecto, 'Purga' nació como una obra de teatro, que se estrenó con éxito en el Teatro Nacional de Helsinki en el 2007, pero cuyo personaje fue creciendo hasta migrar al terreno de la novela.

Narrada en capítulos cortos, 'Purga' aborda la historia de Aliide Truu, una anciana que vive en un bosque en las afueras de Estonia, quien conoce a Zara, una joven rusa que llega al jardín de la casa de Aliide, luego de huir de sus captores, miembros de una mafia de trata de mujeres, en 1992.

Es una conmovedora reflexión sobre el miedo, la humillación y la lucha humana para sobrevivir, que le ha permitido a la autora cosechar los premios más importantes de su patria (el Mika Waltari, el Finlandia, el Runeberg) y el Premio de Literatura del Consejo Nórdico. Además, fue libro revelación en Francia, donde ganó el Premio Femina de Literatura Extranjera y fue galardonada con el Premio a la Mejor Novela Europea del Año 2010.

Purga
Sofi Oksanen
Novela
Editorial Salamandra
384 páginas
$ 49.000

Encerrados en el mundo

Inspirados en el fenómeno japonés de los hikikomoris, adolescentes antisociales relacionados con el mundo sólo por Internet, dos escritores estadounidenses, Tao Lin y Ellen Kennedy, narran el vacío y la intrascendencia. Sobre ellos y su obra habla la artista Miranda July
Tao Lin y Ellen Kennedy, narran el vacío y la intrascendencia. Sobre ellos y su obra habla la artista Miranda July. foto.fuente:Revista Ñ

Escribir de forma natural es un truco difícil. Pero es el desafío que parece haber asumido una nueva camada de jóvenes escritores norteamericanos entre los que sobresalen las voces de Tao Lin, Ellen Kennedy y Miranda July. Ellos cultivan un tono a primera vista apático y cool que, en los mejores casos, les ha valido la denominación de "etéreos" o "delicados" y, en los peores, las de "abúlicos" o "inconsistentes". Es cierto, trabajan con la literatura como unidad mínima y escriben desde situaciones y humores que, a primera vista, parecen lugares muertos. Al mismo tiempo, los combinan con registros como el chat, los fragmentos hallados en Internet y los correos electrónicos. Todos soportes de escritura relacionados al encierro y la inacción. Pero es justamente cuando el curso natural de las cosas se detiene que se ilumina una posibilidad radicalmente inesperada, que inventa su propia secuencia narrativa y los límites lógicos de su devenir singular.

Por eso, si fuera legítima la enunciación de ciertas consecuencias de la virtualidad en la forma de mantras, habría uno que ya desde hace un tiempo diría "la soledad en el mundo está creciendo, la soledad en el mundo está creciendo". Unos segundos más tarde y haciendo interferencia, llegaría un eco más alentador, "pero también las formas de la belleza están creciendo alredor suyo...".

Hikikomori

"Mi productividad –se anima a decir él refiriéndose a su escritura– tiene que ver con que no miro televisión, ni juego juegos de video y tengo problemas sociales". Se llama Tao Lin, nació en 1983, creció en Florida, y desde la publicación de sus dos primeras obras de ficción en 2007 (el libro de cuentos Bed y la novela corta Eeee Eee Eeee, editadas por el sello independiente Melville House de New Jersey) se convirtió en la sensación underground de la literatura joven. Tao Lin escribe acerca de estados de ánimo y, al hacerlo, consigue demostrar que sensaciones a primera vista vacuas como la pereza, el aburrimiento o el vacío están en permanente movimiento y son necesarias. Acaba de aparecer en español su último libro, que también es una novela: Richard Yates (Alpha Decay).

"Estoy preparándome para un extenso período de soledad que creo que comenzará muy pronto", anuncia ella en un poema, "así que ya bajé dos nuevas canciones deprimentes de forma ilegal". Se llama Ellen Kennedy, nació en 1989 en Boston y es autora de varios e-books y del poemario Sometimes My Heart Pushes My Ribs (publicado en 2008 por Muumuuu House, el proyecto editorial de Tao Lin). En ese primer libro es posible leer versos enteros de la tónica de este: "Voy a armar cajas y meter cosas adentro, después voy a escribir tu nombre y tu dirección en ellas y las voy a llevar a la oficina de correo para mandártelas, ¿está bien?". En www.elenabella.blogspot.com se pueden seguir, bajo el subtítulo "poéticas de la vida cotidiana", los informes diarios que, siempre acompañados de fotografías, la joven poeta va subiendo a la web.

Confinamiento 2.0

Ellen Kennedy y Tao Lin escribieron juntos un e-book que ellos llaman novela pero de cuya progresión se deduce un largo período de correspondencia virtual. Así que, en todo caso, habría que referirse a ella como novela epistolar. Se trata de noventa y nueve mensajes, cada uno de ellos encabezado a la manera de una carta clásica pero estilísticamente sujetos a la inmediatez de la escritura electrónica: brevedad, coqueteo autobiográfico y fragmentación. A manera de ejemplo, baste citar completo el primero de los mensajes que, escrito de corrido y en minúsculas, dice así: "querido tao, hoy miré el ventilador de techo girar durante seis horas. después hice un agujero en la tele para ver cómo funcionaba. adentro había tres hámsters, caminaban despacio alrededor de una calculadora. ahora me siento más inteligente, ellen".

El libro se llama Hikikomori, que quiere decir "confinamiento". Los "hikikomoris" son, entonces, los confinados y más específicamente, personas que, en Japón y otras partes del mundo, se quedan en sus habitaciones durante semanas, meses. Sólo salen para ir al baño o en medio de la noche para hacer cosas como comprar soja fermentada en almacenes abiertos las veinticuatro horas. En su mayoría, son niños o adolescentes de clase media y alta, que tienen su propia habitación y una buena conexión a Internet. Los padres de los hikikomoris suelen mantener una actitud pasiva frente a esta conducta, que consiste únicamente en alcanzarles comida por debajo de la puerta. Se cree que la remisión de este problema debe ser gradual; entonces, alrededor de los hikikomoris, se construye una serie de figuras sociales como la de las "hermanas alquiladas" que son personas contratadas para convencerlos a salir. Al principio les hablan a través de la puerta cerrada o por teléfono. Con el tiempo, si tienen suerte, logran entrar en las habitaciones y les tocan las manos o los abrazan. Si todo sale bien, los ayudan a reintegrarse al funcionamiento de la sociedad.

Cómo sucedió

Tao Lin entró en conocimiento de la existencia de los hikikomoris a través de un artículo publicado en The New York Times y se familiarizó con el tema a partir de un par de documentales y alguna que otra cosa leída en Wikipedia. El proyecto terminó de tomar forma inspirado en la lectura de una novela del escritor japonés Kobo Abe, publicada en 1973 bajo el título de The Box Man, donde un grupo de personas deciden dejar sus casas para vivir dentro de refrigeradores.

Lin y Kennedy interpretaron ese extraño estilo de vida creado en la ficción de Abe como una forma embrionaria del fenómeno de los hikikomoris. Y fue tras la lectura de aquel libro que empezaron a delinear su propio proyecto. Ninguno de los dos es, estrictamente, un hikikomori aunque sí reconocen compartir con ellos cierta incomodidad con la vida social. En este sentido, los dos confiesan haberse acercado a la literatura durante la adolescencia como una forma de consuelo que compensaba su descontento con el mundo.

Reconocidos lectores de autores como Chuck Palahniuk y Kurt Vonnegut –cuya mención recorre gran parte de este ejercicio escriturario–, Lin y Kennedy construyen una amplia gama de matices en torno de ideas como la soledad y la tristeza. Demuestran así que los sentidos y las posibilidades creativas en torno a los nuevos soportes lejos están, todavía, de agotarse.

La joven etérea

Otro de los proyectos que llamó la atención en los últimos años es el de Miranda July, quien, en repetidas oportunidades, ha sido mencionada como la madrina literaria de Tao Lin. Tiene algunos años más que Lin y Kennedy así como también una vasta producción multifacética que ha servido de referencia para diversos artistas jóvenes contemporáneos. Todo lo que sale de sí es dueño de una levedad purísima, y no es poco: autora de performances y proyectos web, actriz en clubs, videoartista, pintora, cantante, cuentista, guionista de cortos y directora del largometraje Tú y yo y todos los demás.

Al hablar de Tao Lin, Miranda July dice algo que también podría aplicarse a su propia obra: Tao es un autor capaz de descubrir, bajo la superficie de la velocidad y los acontecimientos rimbombantes, las escenas mínimas de lo cotidiano y los sentimientos a primera vista insignificantes que la mayor parte del tiempo rigen nuestras acciones y, de igual modo, algunas veces –como ocurre en el libro Hikikomori– nos impiden actuar.
En España, Seix Barral publicó en 2010 la traducción de Nadie es más de aquí que tú, un volumen de relatos breves de Miranda July. En ese libro, las historias se tejen con los hilos de una realidad a primera vista corriente pero permanentemente dislocada, como en "El equipo de natación", el cuento en el que tras una ruptura amorosa, una joven decide confesar el secreto que podría haber salvado su relación: "Si te hubiera contado esto, tal vez, aún estaríamos juntos", comienza. Lo que sigue es el racconto de cómo, viviendo en un pequeño pueblo de los Estados Unidos, se convirtió en la profesora de natación de un grupo de ancianos. Este retazo ordinario de la vida se tiñe de inmediato de una excepcionalidad genial: no habiendo ninguna pileta en el pueblo, las clases se llevan a cabo en la cocina de la casa de la narradora, en palanganas dispuestas en el piso donde los alumnos aprenden a respirar bajo el agua mientras dan patadas de buceo en el aire.

En los cuentos de Miranda July, todo lo mundano se vuelve trascendente y las personas comunes se convierten en personajes radiantes, que actúan movidos por impulsos secretos. Las experiencias son auténticamente humanas aun cuando por momentos el universo se enrarezca hasta lo inverosímil: cada cual busca las rutas de redención posibles para no estar solo. En diálogo con Ñ, Miranda July deconstruye su universo: "Hacía mucho que venía escribiendo, pero todo era material para ser actuado en obras y películas. Eso me enseñó mucho sobre el diálogo así como también a tener un mejor sentido de la escucha y el ritmo. Pero pasó mucho tiempo antes de que diera con la ficción y creo que fue porque sabía que si fallaba iba a ser devastador. Mis padres son los dos escritores y entonces para mí la escritura era la cosa más sublime que podía llegar a hacer una persona.

En una entrevista, usted cuenta que el libro vino antes de la película pero que esperó hasta el lanzamiento de la película para publicarlo. ¿Cómo se relacionan esos dos proyectos?
Escribí el libro en simultáneo con el guión de Tú y yo y todos los demás, por lo cual se gestaron en los mismos estados de ánimo. Cuando la película estuvo terminada, volví a escribir para terminar la colección de cuentos y descubrí que había evolucionado un poco en relación a las primeras historias en términos de resistencia y energía narrativa. Por eso, las últimas historias que escribí son más largas.

Hay cuentos como "Patio compartido" o "El equipo de natación" donde el límite entre el mundo objetivo y la interioridad es muy lábil. ¿Cómo piensa esa relación?

Las cosas que pensamos son pensamientos reales, entonces pertenecen a la realidad. A mí me interesan las cosas que hacemos y también las que no hacemos y por qué; y eso, inevitablemente, conduce a la vida interior.

¿Qué relación hay entre el libro y el resto de su trabajo?

No tengo diferentes sentimientos para cada medio con el que trabajo. Entonces lo que sucede es que una escultura puede tratarse de lo mismo que un cuento, pero cada cosa toma una forma diferente. Disfruto los distintos tipos de rigor, y cada material se impone, se separa a sí mismo.

¿Cómo fue que se involucró con el arte?
Tenía dieciséis años y escribí una obra de teatro basada en la correspondencia de un preso. Hice un casting con adultos y después lo presenté en un club de punk en Berkeley, que es el pueblo de California en el que crecí. Desde entonces creo que supe que esa era la forma en la que trabajaría el resto de mi vida.

Junto con Harrell Fletcher desarrolló un programa que consta de 70 consignas artísticas que se llama "Aprendiendo a quererte más". ¿Cómo empezó?

Empezó, y todavía es, como una lista de asignaciones, escritas por Harrell y por mí, que cualquiera puede seguir. Por ejemplo: escribir una pelea reciente que tuviste o tomar una fotografía de tus padres besándose. Entre 2000 y 2007 fuimos publicando los resultados de las asignaciones que recibíamos de gente de todo el mundo que seguía el programa en una página web. Ahora ya no lo hacemos, pero es interesante mirar los resultados (learningtoloveyoumore.com). Hay mucha gente que continúa siguiendo las instrucciones del programa y publicando los resultados en sus propios sitios web.

¿De qué forma cree que ser una mujer determina el tratamiento de los personajes y las temáticas en sus historias?

Creo que lo hace en un sentido muy simple: probablemente estoy más interesada en escribir sobre mujeres de lo que están los hombres –algo que solo es completamente radical en el caso de la industria del cine donde todavía se está muy por debajo de los estándares de la igualdad de género. Expresarse requiere de confianza en uno mismo, pero también creo que se trata de un tipo de seguridad que puede manifestarse de muchas maneras distintas. Lo que sucede es que a veces es difícil reconocer la confianza propia en una mujer, por el simple hecho de que viviendo en un mundo eminentemente masculino, es un tipo de confianza que se ve y que suena distinta. Estoy hablando de cosas muy sutiles, difíciles de señalar con claridad, pero cuando trabajo intento ser lo más transparente posible en expresar la forma en que siento porque soy consciente de que mi trabajo puede volverse útil para otra mujer que está buscando correrse de los puntos de referencia masculinos, que son los que mayormente proliferan.

¿Cuáles son las cosas que señalaría al reconocer las influencias que gravitan en su libro?
La artista Harrell Fletcher, The Blow, los escritores Lorrie Moore, Julie Hecht, Dave Eggers, la historietista Lynda Barry, toda la música de Neutral Milk Hotel. Esas son las cosas que estaba "consumiendo" mientras escribía los cuentos –pero creo que lo que más me influenció, por sobre todas estas cosas, fueron las cosas de las que fui testigo directo o aquellas que escuché sin querer, de casualidad, mientras andaba por el mundo.

Entonces, ¿cómo diría que se escribe una historia?
La duda es un buen lugar para empezar, es algo que todos sentimos, pero después, para escribir, hay que levantar la duda como si fuera una piedra y ver qué se esconde abajo, y después hay que levantar lo que sea que hayamos encontrado que se esconde debajo; probablemente ahí: escondiéndose debajo de lo que se esconde está el libro de cada uno.

Muy a su pesar, Peter Pan cumple cien años

Hace un siglo se publicó la novela del niño que no quería crecer


El actor español Miguel Ángel Gamero, como el capitán Hook, y Miguel Antelo, como Peter Pan. foto.fuente:eluniversal.com.mx

Aunque en 1902 el célebre novelista y dramaturgo escocés James Matthew Barrie (1860-1937) ya había hablado de forma tangencial de Peter Pan en su novela El pequeño pájaro blanco, no fue hasta 1904 cuando este personaje adquirió categoría de inmortal con la obra teatral Peter Pan o el niño que no quería crecer.

Empujado por el éxito obtenido por esta representación, estrenada en Inglaterra en 1904, profundizó en el personaje ya en el formato de novela con Peter Pan en los jardines de Kensington (1906) y Peter Pan y Wendy (1911).

En la novela publicada el 11 de octubre de 1911, Peter Pan continúa con su negativa a crecer, su personalidad inmadura y sus complejos en el País de Nunca Jamás, una isla llena de hadas y piratas, con el capitán Garfio a la cabeza, donde convive con los niños perdidos. En ella, Wendy Darling, una niña de 12 años que vive a las afueras de Londres, acompaña a Peter Pan, junto a sus hermanos pequeños Michael y John, hasta el País de Nunca Jamás para hacer de madre de los niños perdidos, provocando los celos de Campanita, el hada que siempre acompaña a Peter.

James Barrie se inspiró en Peter, el hijo mediano de la familia Llewelyn Davies, amigos suyos, para construir un mito literario infantil en torno al cual surgieron múltiples historias sobre el niño que no quería crecer en distintos formatos, aunque el más conocido es la popular versión de dibujos animados estrenada por Disney en 1953.

Un síndrome muy famoso

Desde entonces, generación tras generación de niños han crecido con las aventuras de este pequeño héroe que se resiste a madurar y que hasta ha dado nombre a un síndrome psicológico, el "síndrome de Peter Pan", popularizado por un libro del mismo nombre publicado en 1983 por el psicólogo Dan Kiley, especializado en el tratamiento de delincuentes juveniles.

Aceptado popularmente como un mal muy extendido en la sociedad moderna, el "síndrome de Peter Pan" se caracteriza por la negativa de las personas a aceptar las responsabilidades adultas, aunque el mismo no aparece en el Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales. La personalidad de Peter Pan ha dado para muchas adaptaciones, entre las que destacan los musicales, a los que abrió camino el estrenado en 1954 en Broadway y los posteriores de finales de los 70 y los 90.

A principios del 2009, la obra regresó a su lugar de origen, los londinenses Jardines de Kensington en los que su creador se inspiró para crear a Peter Pan, con el estreno de una obra de teatro. Tal ha sido el tirón de este clásico de cuentos que el gran productor Steven Spielberg se decidió a llevarlo a la gran pantalla en 1991 con Hook, película en la que se nos presenta a un Peter Pan adulto, casado y con hijos interpretado por Robin Williams y con unos excelentes compañeros de reparto como Dustin Hoffman (capitán Garfio) o Julia Roberts, quien da vida a Campanita, única cinta en la que el hada tiene voz.

Vuelve a Disney

Por su parte, la Factoría Disney decidió retomar la historia, 50 años después de la primera versión animada, llevando al cine Peter Pan y el regreso al País de Nunca Jamás en 2002, así como diversas adaptaciones en DVD.

En versión cuento las adaptaciones de la obra han sido infinitas con la ayuda de las nuevas tecnologías, como el álbum ilustrado publicado por Macmillan con espectaculares desplegables y sonidos como las campanadas del Big Ben, las risas de los piratas, el tictac del reloj que se traga el cocodrilo o el grito de Garfio al caer en sus fauces.

Pero la historia de Peter Pan y Wendy tiene futuro y de hecho ya cuenta con una segunda parte, Peter Pan de rojo escarlata, la segunda parte del libro ganada por Geraldine McCaughrean en un concurso convocado en 2004 por el Hospital Infantil Great Ormond Street, poseedor de los derechos comerciales sobre la historia de James Barrie.

No obstante, Peter Pan no ha estado exento de polémica, al entender la escritora canadiense Emily Somma, autora del libro Después de la lluvia, una nueva aventura para Peter Pan, que los derechos del hospital sobre la obra expiraron en 1987 en EEUU, medio siglo después de la muerte del autor, mientras que el centro médico sostiene que una ley en EU prolongó dicha protección hasta 2023.

Argentina sigue impidiendo las importaciones de libros y coleccionables

Ningún organismo oficial reconoce el cierre de la aduana. España es el principal exportador de publicaciones

Un aspecto de la última feria del libro de Buenos Aires. foto:Diego Levy.fuente:elpais.com

Nueva vuelta de tuerca en las importaciones argentinas de libros, folletos y coleccionables. Cuando parecía que la situación había mejorado y que finalmente se había autorizado la entrada del cerca de un millón de ejemplares detenidos en las aduanas, la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) ha difundido un comunicado en el que lamenta una nueva paralización y denuncia la progresiva acumulación de libros y coleccionables en los depósitos. "El sector editorial manifiesta su sorpresa por la prolongación de una medida que afecta al derecho básico de los ciudadanos a acceder al libro como vehículo de educación y cultura", asegura.

Oficialmente ningún organismo estatal, ni la Secretaria de Comercio ni la subsecretaria de Industria, ambas relacionadas con las normas de importación, han admitido el cierre de la aduana a esos productos. Fuentes cercanas a la distribución de material impreso aseguran que las revistas y periódicos extranjeros no están afectados y llegan libremente al mercado, al contrario que los libros, folletos y coleccionables, de los que puede haber más de 400 embarques paralizados, tanto en el puerto de Buenos Aires como en los pasos de Chile y Uruguay.

Según datos oficiales, en Argentina se comercializaron, en 2010, 95 millones de ejemplares de libros, de los cuales 65 millones (el 68%) son libros editados e impresos en Argentina y 30 millones, libros importados. De esos 30 millones, unos 19 millones corresponden a libros argentinos impresos en el exterior y unos 11 millones a libros "extranjeros".

España es el país del que se importa mayor número de libros, folletos y coleccionables, aproximadamente el 37% del total en 2010. El 10% de los libros importados procede de China, el 8% de Uruguay, el 7% de Estados Unidos y el 6%, de Chile. El mayor incremento se está experimentado en las importaciones procedentes de Chile (un 123% más en lo que va de año), China (83% más) y Uruguay (30%).

Las empresas afectadas por las restricciones (entre las que se encuentran varias que son del Grupo PRISA, editor EL PAÍS), aseguran que no han recibido notificación previa. Aunque no existe tampoco una explicación oficial, consta que el Gobierno argentino está desarrollando una fuerte política proteccionista de su industria y que ha cerrado también la frontera inesperadamente a la importación de otros productos, para obligar a negociaciones que beneficien a las empresas nacionales.

En este caso, y siempre según versiones no reconocidas por el Gobierno, se trataría de obligar a las empresas a que impriman en Argentina todos los libros y coleccionables que se vendan en el país, lo que estas consideran imposible, por falta de capacidad del sector y porque en muchas ocasiones se importan solo pequeñas cantidades de libros o coleccionables que no estaría justificado imprimir en varios lugares a la vez. En cualquier caso, lo que los empleados de la aduana preguntan insistentemente es por qué esos libros o folletos no han sido impresos dentro de Argentina, y, especialmente, porque han sido importados desde Chile o Uruguay.

La importación de libros no está gravada en Argentina por ningún tipo de arancel, lo que hace todavía más arbitraria la paralización a juicio de los afectados. "Todos los envíos de libros, que antes entraban por el llamado "canal verde" están siendo derivados en aduana directamente al "canal rojo", que impone un control exhaustivo de la mercancía. Pero incluso cuando se supera ese trámite, los envíos siguen paralizados como "sujetos a investigación", explicó a El País un importante distribuidor del sector. "La situación es grave porque esa paralización afecta a todo el trabajo editorial y a las ventas en kioscos y librerías. Además hay muchos ciudadanos que han comenzado ya una colección y que se encuentran con que no pueden proseguirla", se queja.

28.9.11

Fundación de Bill Gates fortalecerá bibliotecas públicas del país

Se presentó el proyecto Uso y apropiación de tecnologías para la información y las comunicaciones en bibliotecas públicas
El proyecto permitirá realizar investigación, diagnóstico y pilotos para dotar de conectividad y tecnologías a las bibliotecas públicas del país, y promover procesos de formación y uso adecuados a las necesidades e intereses de los usuarios. foto:archivo.fuente:elespectador.com

El Gobierno Nacional y la Fundación Bill & Melinda Gates lanzaron este martes el proyecto 'Uso y apropiación de tecnologías para la información y las comunicaciones en bibliotecas públicas', que permitirá realizar investigación, diagnóstico y pilotos para dotar de conectividad y tecnologías a las bibliotecas públicas del país, y promover procesos de formación y uso adecuados a las necesidades e intereses de los usuarios.

Mariana Garcés Córdoba, Ministra de Cultura, explica que con la iniciativa "queremos crear espacios donde las tecnologías de la información y las comunicaciones sean un medio para la participación, la integración y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Esos espacios serían nuestras bibliotecas ideales, esa es la idea que estamos persiguiendo y fomentando".

El sector bibliotecario será el gran protagonista de este proceso, según el Ministerio de Cultura, pues los bibliotecarios, los usuarios y las bibliotecas que harán parte de los pilotos se constituirán en los primeros beneficiados del proyecto que en Colombia se realiza en el marco de los programas Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas (PNLB) y el Plan Nacional de Lectura y Escritura (PNLE).

El proyecto, financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates con un monto de USD$ 3,2 millones, también recibirá el apoyo de Microsoft con la donación de software para la implementación de los pilotos.

Jacobs, directora del programa de Bibliotecas Globales de la Fundación Bill & Melinda Gates, dice que reconoce "la trayectoria de Colombia en el desarrollo de sus bibliotecas y creemos que nuestro apoyo puede tener un efecto positivo".

'Uso y apropiación de tecnologías para la información y las comunicaciones en bibliotecas públicas' durará 24 meses y es parte del plan Bibliotecas Globales (Global Libraries) del Programa Desarrollo Global de la Fundación Bill & Melinda Gates, que busca cerrar la brecha digital, brindando acceso a tecnologías de la información y las comunicaciones a través de las bibliotecas públicas, con el objetivo de mejorar vidas y fortalecer comunidades. Países como México, Chile, Polonia, Vietnam y Rumania ya hacen parte de esta iniciativa.

La nueva tragedia griega

Según algunos de los más destacados escritores y editores helenos, indignados con la clase política
Vassilis Vassilikos, Pietros Márkaris, Apostoles Doxiadis y Yanis Varoufakis. fotos.fuente:elcultural.es

Grecia agoniza a golpe de comunicados interbancarios, inevitables rescates y rumores de quiebra. Son horas (días, semanas, meses ya) muy complicadas, acaso inimaginables para un Sófocles que quizá pudiese escribir una comedia con las conversaciones entre Merkel, Papandreu y Sarkozy, o para un Homero enfrentado a la odisea que el pueblo griego padece hoy. ¿Cómo lo viven los escritores y editores helenos?

El Cultural ha conversado esta semana con algunos de los más destacados de ellos, indignados con una clase política que olvidó a los ciudadanos hace tiempo. Se saben unos privilegiados porque publican en todo el mundo y han ganado y ganan dinero sin suspensiones de pago. Pero, como subraya Vassilis Vassilikos, "sentimos en nuestra carne la crisis, porque somos el alma de nuestros compatriotas".

Vassilis Vassilikos (1934)

Vassilis Vassilikos (Kavala, 1934) es quizá el escritor griego más conocido en todo el mundo, gracias a su novela Z, llevada al cine por Costa Gavras con guión de Jorge Semprún. Tras el golpe de Estado de 1967 se exilió a Francia siete años. Desde 1996 ha representado a Grecia ante la Unesco, viviendo entre París y Atenas. Entre sus 120 libros destacan también The Few Things I Know About Glafkos Thrassakis, Hors les murs, The Harpoon Gun y K.

Comprendí la profundidad de la crisis económica en la primavera de 2010, como todos, pero confieso que estaba más que avisado: sabía lo que se nos venía encima desde septiembre de 2004, cuando George Alogoskoufis, nombrado ministro de economía por el partido demócrata que acababa de llegar al poder, me confesó en privado que íbamos a estar pagando al menos durante una década, y de una manera muy, muy amarga, los elevadísimos gastos que los Juegos Olímpicos de Atenas, que acababan de celebrarse, habían supuesto.


No nos engañemos: la crisis viene de lejos, animada por la euforia de los mercados de los años 90, pero ahora se ha agravado hasta extremos inimaginables, y el saber que estas situaciones estimulan la imaginación, la creatividad de los escritores y artistas, no nos sirve de consuelo, por mucho que seamos conscientes de nuestros privilegios. Quienes ahora lo están pasando realmente mal son, en primer lugar, editores y libreros, pero resulta inevitable que tanto creadores como lectores suframos las consecuencias de la crisis por una suerte de efecto boomerang. Es imposible evitarlo: como escritor, como griego, sufro en mi propia carne nuestro drama económico, porque escritores y artistas somos la piel y el alma de nuestros compatriotas.

Lo sabíamos en los años 90, nos lo confirmaron en 2008: ¿lo denunciamos entonces, lo haremos ahora? Sí. En 1992 en K, una novela traducida a muchísimos idiomas (aunque no al español) , avisé sobre los problemas del "dinero virtual". El eje del libro era algo así como que "los bancos te ofrecen un paraguas cuando sale el sol, y te lo arrancan cuando llueve". Pero, ¿qué quieren?, soy por naturaleza optimista: me gusta ver la botella medio llena. A lo largo de mi vida he comprobado cómo Grecia ha sobrevivido a muchos periodos trágicos, y, sin embargo y por primera vez me siento desarmado. Ahora los griegos nos encontramos en un punto muerto, porque no estamos en una guerra, ni en un conflicto civil o una dictadura. La crisis es algo virtual y no puedes luchar virtualmente contra cambios de cotización virtuales también.

Pietros Márkaris (1937)

Márkaris (Estambul, 1937) ha convertido al comisario Jaritos en un personaje popular en medio mundo. Estudió Economía en Viena y Stuttgart y desde 1965 vive en Atenas. Colaborador de Theo Angelopoulos en filmes como La eternidad y un día, Tusquets publicará en octubre Con el agua al cuello, con la crisis griega como protagonista. Nada explica mejor cómo ve Márkaris la situación que esta novela.

En Con el agua al cuello, que pronto podremos leer en España, el comisario Jaritos investiga el asesinato de un antiguo director de banco. Nada de lo que Márkaris explique sobre la crisis es más elocuente que lo que hace decir a sus personajes ("sólo hay un camino para Grecia: ¡marcha atrás a toda velocidad!", pág. 54). Un alto cargo de una agencia de calificación, que también acabará asesinado, proclama: "Verá, Grecia es como una piedra que cae en el agua: mientras se hunde genera ondas. La primera onda abarca a los países del sur de Europa. Si éstos no se hunden también, Grecia tendrá más posibilidades de salvarse. La segunda onda, más amplia que la primera, abarca a Europa entera, tiene una moneda común pero carece de una política económica general, y se rige por políticas nacionales diferentes y contradictorias. [...] En Europa, como en Grecia, sólo existen grupos e intereses en conflicto, aunque utilicen la misma moneda. En consecuencia corren el riesgo de cobrar todos en la misma moneda: la bancarrota" (pág. 129).


Pero sus personajes, desesperados, dicen más: "Toda Grecia funciona a base de préstamos. Sean hipotecarios, al consumo, a las empresas o para ir de vacaciones, los préstamos son la palanca que mueve al mercado griego. Los bancos tienen como rehén a más de la mitad de la población griega. Ahora, con la crisis, las cosas han empeorado" (pág. 231).


Apostolos Doxiadis

(1953)

Nacido en Brisbane, Australia, en 1953, Doxiadis creció en Grecia e ingresó con 15 años en la Universidad de Columbia para cursar estudios de Matemáticas. También estudió en la École pratique des hautes études de París matemáticas aplicadas al sistema nervioso. Novelista, dramaturgo y cineasta, en 1992 publicó El tío Petros y la conjetura de Goldbach. Su último libro es una novela gráfica, Logicomix, sobre ciencia.

Dicen que la crisis comenzó hace apenas 20 meses, pero cualquiera podía ver lo que se nos venía encima. Un país, como un hogar, no puede gastar más de lo que gana ni sobrevivir a base de préstamos. Lo sabíamos, pero políticos, banqueros y gran del sector público siguió empujándonos más y más profundamente en esa senda autodestructiva.


Como consecuencia, hoy los griegos nos sentimos aburridos y deprimidos; apenas hablamos de otra cosa que no sea de política, y la vida cultural se ha resentido. Las editoriales están sufriendo especialmente la crisis. Las ventas de libros se han derrumbado los últimos dos años, descendiendo casi hasta la mitad, aunque paradójicamente la gente lea más, ya que se prestan muchos más libros de los que se compran.

Como a muchos intelectuales griegos, me preocupa que la crisis pueda empujarnos a asumir soluciones destructivas, fáciles y populistas. Creo en Europa, y creo que Grecia debe cumplir con honor con sus compromisos olvidando la corrupción y la incompetencia de muchos políticos. Por eso soy y no soy optimista. Creo que debemos pasar a la acción. Es una de las paradojas de nuestro pasado: cuando un país es pobre como Grecia lo ha sido 30 de los últimos 40 años, el pueblo está lleno de energía, esperanza y voluntad. Cuando se siente rico, pierde su espíritu.¡Déjenme creer que podemos recuperar esa fe en nosotros y en nuestro porvenir!

Yanis Varoufakis (1961)

Desde hace meses su Vocabulary of the crisis figura en los primeros puestos de los libros más vendidos de no ficción en Grecia. Yanis Varoufakis (Atenas, 1961), que rechazó un puesto en el gobierno Papandreu, ha dado clases en universidades de Reino Unido y Australia, y en la actualidad dirige el Departamento de Política Económica de la Universidad de Atenas.

No es la primera vez que Varoufakis lo dice ni será la última: los nuevos planes de ajuste griegos no pueden funcionar porque sólo pretenden "exprimir a los ciudadanos; es como matar a la vaca de la que quieres sacar la leche". Más aún: "ni siquiera si se nombrara a Dios todopoderoso como ministro de Finanzas podría arreglar nuestro tremendo problema actual". Su visión, despiadadamente objetiva, hace furor en su país, donde también son bestsellers títulos como Greece, land of crisis, de Vassilios Markezinis, los libros de Stephane Hessel, o el manifiesto anónimo de los economistas aterrados. De gira los últimos días por Irlanda, Varoufakis ha vuelto a dejar claro que no "podemos permitir que el colapso económico destruya una generación entera de jóvenes griegos. Esa no puede ser la respuesta. No sólo el futuro económico de Europa que está en peligro. Es la misma democracia occidental la que estamos poniendo en juego." Por eso, habla del efecto dominó de la crisis no sólo en Italia o España, sino también en Francia e incluso Alemania. Y sigue pensando que ahora mismo "la Unión Europea es un bebé roto", y que, lamentablemente, todas las medidas comunitarias para proteger al euro y a Grecia sólo han servido para ganar tiempo, "aunque no saben qué van a hacer con él".


Evgenía Fakínou (1945)

De Evgenía Fakínou (Alejandría, 1945) se ha escrito que es mejor que Salman Rushdie o Pamuk. En 1976 creó el Denekedoupoli puppet theatre, se consagró como autora para niños y alcanzó la fama con sus libros para adultos con obras como Astradhení, Tyflómyga : mythistórima, To Évdhomo Roúho, o el libro de poemas Amor, verano y guerra (Sirpus, 2005). Su obra se ha traducido al francés, al inglés, al ruso, al alemán, al italiano y al español.

Dice Evgenía Fakínou que ni en sus peores pesadillas podía imaginar una realidad tan triste como la que atraviesa su país. Sus relatos para niños no contemplaron jamás un monstruo como la crisis, ni sus poemas más tristes contemplaron un dolor peor que la pobreza que amenaza a la mayor parte de Grecia. "No me imagino -ha explicado- lo que las protagonistas de To Évdhomo Roúho, que soportaron sobre sus hombros grandes tragedias, hubieran podido hacer en estas circunstancias". Y eso que las tres generaciones de mujeres de la novela se enfrentaron con la guerra de independencia contra el Imperio Turco o con la invasión nazi durante la segunda guerra mundial. La diferencia, subraya, es que entonces las mujeres dependían de ellos, de los ausentes, esos pares, maridos o amantes asesinados, exiliados, prisioneros, y hoy "nosotras podemos tomar el rumbo de nuestras vidas". No es fácil, subraya, pero parece que el Banco Central Europeo no permite que "nos rindamos precisamente ahora. El futuro de nuestro país, de nuestros hijos, está en juego. Como escritores y como personas, no podemos bajar los brazos".


Lo malo, descubre la escritora, "es que ahora nos sobran argumentos para escribir relatos de terror realmente espeluznantes y cotidianos. Cada familia que no llega a fin de mes porque a lo peor el padre, funcionario, lleva meses sin cobrar, merece que contemos su historia y que ayudemos a la sociedad a no conformarse y a luchar".

Antonis Malliaris (1941)

Antonis Malliaris fundó en 1960 su editorial. Desde entonces, ha publicado más de 1.800 títulos, entre los que destacan enciclipedias como Paedia (20 volúmenes) o Greece, History and Civilization. La editorial posee sus propias librerías, que son las más importantes del país.

La crisis económica está castigando brutalmente a toda la sociedad griega , sin excepciones, y el mundo del libro no ha sido una excepción. No importa si tu trabajo es cultural o económico, si eres editor, librero o tienes un supermercado o un taller... el cataclismo nos ha golpeado a todos, pero quizá más violentamente incluso a quienes nos dedicamos a esas delicadas áreas, más espirituales y menos necesarias aparentemente para la vida cotidiana como las relacionadas con la cultura.


Para que el lector español se haga una idea, nuestras ventas este año han descendido un veinte por ciento respecto al año pasado. Por otra parte, el precio de los libros aumentó por culpa de los impuestos de manera desorbitada, así que títulos que hace diez años costaban unos 13 euros ahora superan los 20, y el número de novedades ha tenido también que descender dramáticamente. ¿Lo mejor? Que a pesar de todo, los lectores no nos han abandonado y siguen comprando libros, pero con las limitaciones que impone la crisis y la falta de ayudas al sector. Las clases más necesitadas son las que están sufriendo la crisis con más fuerza, aunque todos estamos padeciendo un durísimo castigo en nuestros hombros porque los impuestos han aumentado ya tres veces en lo que va de año. Tenemos la sensación de que se ha -de que hemos-, perdido el control.

¿Lo peor? Que eso hace que el futuro parezca incierto y difícil. La situación nos obliga a pensar con inevitable pesimismo que van a hacer falta muchos años para volver a sostenernos en pie nosotros solos.

Stefanos Pataki (1945)

Creada en 1974 por Stefanos y Melpomeni Pataki, la editorial Patakis cuida especialmente los libros educativos, las enciclopedias y los diccionarios. Posee además una importante cadena de librerías que comercializa sus libros en todo el país.

Hace siete años, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Atenas, la editorial Patakis era, según el ministerio griego de Cultura, la más importante del país, con 367 títulos editados. Siete años después conserva el primer puesto, con 381 libros anuales, lo que en realidad no supone un crecimiento muy exagerado teniendo en cuenta que las cifras de ventas han disminuido dramáticamente, "entre un 20 y un 50 por ciento respecto al año anterior".


"Los editores -prosigue un portavoz del sello- estamos sufriendo la crisis muy especialmente porque se han multiplicado los impuestos y disminuido los ingresos, pero ¿cómo quejarnos cuando el país está sumido en la peor crisis económica de su historia y se habla sin cesar de una posible salida del euro?". Y, sin embargo, la editorial ha decidido apostar por el ebook, incluyendo en este formato algunos de sus bestsellers más populares a pesar de que no parezca el mejor momento.

A diferencia de otros editores que se han enfrentado con acusaciones de algunos de sus autores por impagos y deudas, Patakis apuesta por mantener su relación "privilegiada" con sus autores, para conservar, la misma fidelidad que sellos griegos centenarios como Hestia (120 años de historia) o Ikaros (50 años) han perpetuado con los suyos. En cualquier caso, si de algo se lamenta es del desconocimiento que de su labor y de sus autores existe en el resto de Europa, "aunque nos tememos que es algo mutuo. En los últimos años el número de libros traducidos de otros idiomas también se ha visto reducido en más de un 20 por ciento, porque ahora al lector griego le interesa sobre todo leer sobre su crisis".

La academia está tranquila y calentita

Visitamos la sede del Nobel de literatura

Peter Englund, secretario de la Academia Sueca, en su despacho, en Estocolmo. foto:Pau Sanclemente.fuente:que-leer.com

Sucede que el secretario permanente de la Svenska Akademien, el hombre actualmente encargado de anunciar el ganador del Nobel de literatura, es el historiador Peter Englund, responsable de un intenso "collage" de testimonios sobre la Primera Guerra Mundial que lleva por título "La belleza y el dolor de la batalla" (Roca). Por eso, nuestra visita a Estocolmo sirvió para matar dos pájaros de un tiro: hablamos con Englund sobre su obra y le acompañamos en una visita a la institución que año tras año concede el premio gordo de las letras mundiales.

¡Taxi, a la Academia Sueca! Qué ganas tenía de poder decir eso, por favor. Me sentía como Paul Newman en la película El premio. Es aquélla en la que interpretaba a un Nobel de literatura algo cogorciano que se veía metido en un lío de espionaje e iba apurado todo el día por Estocolmo. Yo también tenía prisa. Esa misma mañana había dejado una lluviosa Barcelona para plantarme en la soleada Suecia cuando el secretario permanente de la Academia, Peter Englund, ya llevaba un rato atendiendo a la prensa española. ¡Rápido, a la Academia! Al taxista kurdo, mi destino, ni fu ni fa. Tuvo que teclear "Svenska Akademien" en el GPS para saber por dónde caía lo del Nobel. Este hecho confirmaba (más o menos) la tesis de Englund, quien ya en el 2009 se quejaba de que "el jurado del Nobel es demasiado eurocéntrico".
La Academia tiene el tamaño de un teatro de provincias español y la somnolencia de un casino galdosiano. Es un martes de invierno y está cerrada. Ni bedeles, ni libreas, ni formalismos: nosotros mismos abrimos y cerramos las puertas. Bienvenidos a la república independiente de tu casa, como suelen decir por aquí.
Peter Englund es una persona con una biografía curiosa e intensa. Historiador de formación, ejerció de periodista y como tal cubrió varios conflictos bélicos. Militó contra la guerra de Vietnam, perteneció al partido socialdemócrata y compartió cabecera con Stieg Larsson en la revista Expo. Con pocas esperanzas de conseguir el curro, se presentó a secretario permanente de la Academia, donde destaca por su juventud sobre la Edad Media de los otros miembros.
Los gacetilleros que escribimos en la lengua del Nobel Vargas Llosa, nos esperábamos en la misma sala donde el escritor peruano leyó su speech de agradecimiento. La madera cruje y hay poco oro y mucho yeso. De uno en uno, entramos en el despacho de Englund, que es amplio, luminoso y confortable. Conserva aún mobiliario del siglo XVIII, desmintiendo así la pasíon sueca por la reforma de interiores.

La catástrofe inimaginable
Ahora cambio de tema. De tratar con el secretario de la Academia paso a hacerlo con el historiador y notable prosista que firma La belleza y el dolor de la batalla (Roca Editorial). Su libro es como una cota de malla. Un trabajo de urdimbre delicada pero de factura y consistencia férreas. Se trata de un tapiz donde veinte personajes reales que vivieron de las más divesas maneras la Grande Guerre, nos relatan, como mirando a cámara, sus experiencias. El trabajo de Englund para documentar esas peripecias ha sido primoroso, de asombrosa pericia historiográfica, pero la prosa, desnuda, detallista e íntima hasta el horror, es fruto del otro Englund, el que se avisa como un potentísimo narrador. A pesar de estos elogios, el hombre es calvo, poca cosa para ser sueco y hasta alegre. Me explica: "Europa había vivido antes del 1914 un largo periodo de paz y bienestar. No tenían, pues, capacidad de imaginar una catástrofe así. En nuestra civilización, el desarrollo tecnológico anula nuestra capacidad imaginativa. Se abre una sima entre tecnología y razón por la que caemos una y otra vez". De Ypres a Fukushima, no me diga más. Englund está de acuerdo con las tesis de Siegmund Neumann, que consideraba que las dos guerras mundiales no son más que una sola pero con media parte de descanso. Es decir, una "Segunda Guerra de los Treinta Años". Quizá para vincular ambos conflictos, el libro lo cierra un fragmento del libro que escribiera, años después de la guerra, un cabo llamado Hitler.
Pero Englund, además de como historiador, se ha acercado a la guerra como corresponsal. La brutal diferencia de ángulo entre ambos oficios me interesa: "El problema del periodista bélico es que, por neutral y objetivo que seas, sientes emociones hacia los soldados que tratas. Además, siempre te puedes marchar y esa idea te hace tener una sensación fragmentada y distante del conflicto. En una guerra, la verdad es algo que aparece mucho después. Y ése es el gran dilema, porque también es necesario que alguien te lo cuente en el momento, aunque su relato sea parcial".
La querencia bélica de Englund tiene su origen, como sostenía aquel austriaco del diván, en la infancia. Nuestro autor nació en Boden, una ciudad militar cercana a la frontera finlandesa que durante la Guerra Fría respiraba el aliento helado del otro lado del Telón. Más tarde, buscando emociones intensas, trabajó en el MUST, el servicio de inteligencia militar sueco. "Al final -explica Englund divertido-, acabé detrás de un despacho mirando expedientes".

Suspense sueco
Tras las entrevistas, Peter Englund se aviene a darnos un garbeo por la sede que miles de escritores sueñan con camelar. Los bustos y retratos del rey Gustavo III, fundador de la Academia, nos vigilan. A este rey lo alimentaba el espíritu de la Razón y por eso, convencido de la toxicidad del café, obligó a un condenado a muerte a tomar café cada día, a otro a tomar té, y constituyó un cómite médico de seguimiento. Primero murieron los médicos, después mataron al rey y los presos murieron de viejos con una tacita en la mano. Los límites del pensamiento ilustrado, ya ven.
Los académicos de hoy en día, para decidir el campeón en literatura, son algo más contundentes. Siguiendo el más puro método español, tras una reunion formal en la sede donde se preguntan por la familia, se bajan al bar de abajo a decidir de verdad quién se lleva la rifa. La parte buena es que el bar de abajo es Den Gyldene Freden ("La Paz Dorada"), el figón más antiguo de Estocolmo, que no hace menú, no tiene tragaperras ni la tele a todo trapo.
Los académicos son dieciocho pero sólo quedan dieciséis porque dos están moscas y pasan de ir. Según me pude informar en la Wikipedia, salió rebotado por el Nobel a Elfriede Jelinek y Kerstin Ekman se picó por el de Rushdie. Total, que no van ni a los cafés. Tengo curiosidad por saber si se saludan con los otros académicos cuando se cruzan por la calle. Estocolmo tampoco es tan grande. Suspense sueco.
Englund sigue ejerciendo de cicerone por la modesta y coqueta Academia. "Aquí es donde se decide finalmente el nombre", dice señalando un salón con una larga mesa. Se acerca a la ventana: "Pusimos vidrios blindados después de premiar a Rushdie", afirma medio divertido. "Además, el día de la votación corremos las cortinas para que no miren los vecinos". Al otro lado de la calle, los habitantes del bloque deben estar aburridos de ver a los académicos gesticulando y tirándose de sus suecas melenas. Englund nos señala una especie de jarra de cerveza antigua. "Y en este recipiente se depositan los votos en un papelito". Inquirido, niega: "No, la jarra no tiene ninguna historia en especial"… Hum, más suspense sueco. La Academia sigue casi vacía. Una secretaria por allí, un señor algo asustado de ver tanto meridional suelto por allá. Tiene un aire como a la casa-museo de Espartero. Me enternecieron sobremanera unos radiadores eléctricos de esos baraticos, aquí y acullá dispuestos para calentar la brasa viva de éste, el hogar supremo del arte literario. Y yo que siempre había admirado de Suecia su neutralidad y la calefacción central.

Gramática para todos

La RAE presenta ante escolares la versión básica de la norma de la lengua española
La Infanta Elena presenta la Nueva gramática básica de la lengua española, en un acto al que ha asistido también el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, a la derecha. foto:Bernardo Rodríguez.fuente:elpais.com

A los jóvenes les encanta hablar pero no sienten el mismo entusiasmo ante la Lengua. A ellos, en especial, va dirigida la Nueva Gramática Básica de la Lengua Española, presentada esta mañana en la Real Academia Española ante la infanta Elena, numerosos académicos y unos 200 alumnos de tres centros madrileños: Ramiro de Maeztu (público), Fuentelarreyna (concertado) y Santa Helena (privado). A ellos se dirigió en un delicioso discurso el académico Ignacio Bosque, que invirtió 11 años en urdir la Nueva Gramática de la Lengua Española (3.800 páginas, 22 academias implicadas),obra madre de la reducida versión de 305 páginas presentada hoy.

Dijo Bosque en un guiño cómplice a la singular audiencia que por vez primera se sentó en el salón de actos de la RAE: "No podría decir con seguridad cuáles son las asignaturas favoritas de los jóvenes, pero creo que no me equivoco al señalar que la Lengua no suele estar entre ellas".

De ello culpó a los profesores por usar "terminologías abstrusas" en muchas clases que lleva a los estudiantes a concluir que "lo que se les muestra no tiene que ver con ellos". Pero el arrinconamiento de la gramática, en el que también los escolares tienen su responsabilidad, tiene su coste. "El dominio del idioma es la garantía de ascenso profesional en cualquier sociedad que reconozca la igualdad de oportunidades", advirtió el académico.

La versión aligerada tiene un enfoque claramente escolar. Pensando en ese perfil de usuario preuniversitario, se ha redactado primando la concisión y la claridad. "Se trataba de conservar la esencia teórica de las obras en páginas que pudieran ser entendidas y asimiladas sin dificultad", subrayó el director de la RAE, José Manuel Blecua, en su intervención. Algunos capítulos, desveló, han sido rehechos en 20 ocasiones para acoplarse a este espíritu.

El académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, que dirigió esta adaptación de la gramática matriz, dijo que el texto "contiene todo lo que un usuario no especialista debe saber" y recordó una de las grandes misiones del lenguaje: traspasar el conocimiento de una generación a otra. La editorial Espasa ha realizado una tirada inicial de la obra de 50.000 ejemplares.

El ser humano y la literatura

La muerte del libro bajo la forma en que se había conocido hasta mi generación (ese magnífico diseño que hemos amado muchos de nosotros tanto) corre sin duda peligro -tal vez no de desaparecer, pero sí de quedar limitado a un reducto para estetas y nostálgicos, a una rareza de bibliófilos
Esther Tusquets, autora de El mismo mar de todos los veranos. foto:internet.fuente:elpais.com

Entre los seres humanos y el resto de especies de mamíferos que pueblan la tierra existen múltiples similitudes. Algunas son aceptadas por todos nosotros, como el sueño, el hambre, el sexo, la reproducción, la enfermedad, el envejecimiento, finalmente la muerte, y no creo que nadie, ni siquiera los taurinos, pueda plantear dudas acerca de algo tan obvio como que los animales experimentan, no solo dolor, sino también miedo, alegría, ansiedad. Otras se dan únicamente en especies determinadas, y algunas son reconocidas solo por humanos amantes de los animales y que conviven de cerca con ellos, y, dado que yo pertenezco a esta minoría, puedo afirmar con conocimiento de causa que mis perras se aburren como me aburro yo, que necesitan compañía, que se pican si les tomas el pelo, que pueden castigarte con un tenaz silencio -y sin permitirse ni un amago de meneo de rabo- si las has ofendido, que precisan como el pan que comen ser amadas y amar, con dos características, eso sí, en absoluto humanas: primera, te aceptan tal cual eres; segunda, te permiten que las hagas felices.

Las diferencias siguen siendo, de todos modos, muchas. Pero aquí voy a centrarme en una, porque ese es el tema del que tratará a la postre mi artículo: a mis perras, tan humanas en muchísimos aspectos, no les interesa la literatura de ficción. Ni creo que a ningún otro mamífero. Ana María Moix cree que se debe a que no lo necesitan. Tal vez... Pero, hablando yo ahora más en serio, afirmaré que el gusto por inventar, explicar y conocer historias es uno de los aspectos que más caracteriza al hombre, no desde su aparición, pero sí desde aquellos lejanos tiempos en que recubría de imágenes las paredes de sus cavernas, y desde entonces hasta hoy.

Pese a las apocalípticas lamentaciones de que cada día se lee menos, de que los jóvenes no leen ya apenas nada, de que nos aguarda un futuro sin libros, es evidente que la muerte del libro bajo la forma en que se había conocido hasta mi generación (ese magnífico diseño que hemos amado muchos de nosotros tanto) corre sin duda peligro -tal vez no de desaparecer, pero sí de quedar limitado a un reducto para estetas y nostálgicos, a una rareza de bibliófilos, que abarque pocos títulos y realice ediciones reducidas-, pero que esto no guarda relación con la afición de los humanos por las historias, que no presenta síntoma alguno de disminución, aunque tal vez revista formas más primitivas y menos sofisticadas. Es posible que las nuevas generaciones no atinen a recurrir a Proust ni a Bergman ni a algunos otros (no tantísimos) para entender por ejemplo lo que significa el amor. Será una pena, porque nuestra actitud ante el mundo, ante nosotros mismos, ante los grandes problemas, les debe mucho.Sin embargo, los interminables cotilleos por teléfono, las charlas entre vecinos, en los bares, en las sobremesas, los conciliábulos en los supermercados, la narración oral de acontecimientos terroríficos, amatorios, chuscos, oídos no se sabe ya dónde, o inventados, o extraídos de los retazos de realidad que nos proporcionan la radio o la televisión, responden a una demanda muy próxima a aquella que nos lleva a enfrascarnos en la lectura de Proust, de Virginia Woolf o de Eduardo Mendoza.

Esta demanda aparece en el niño muy pronto (las parejas, antes de procrear, deberían pasar un examen en que se demostraran capaces de contar a sus hijos un cuento) y no debería desaparecer ya nunca, pues para comprender aspectos cruciales de la realidad son imprescindibles las historias. El ser humano ha necesitado siempre -para entender el mundo que le rodea, para entenderse a sí mismo y también para asegurarse un placer insustituible- que le cuenten historias. Con el paso del tiempo, de los siglos, estas historias y el modo de contarlas y el vehículo para hacerlas llegar a sus receptores se han modificado, han ampliado sus posibilidades, han sido acompañadas -no necesariamente sustituidas- por otras. En los comienzos, las madres susurraban y canturreaban al borde de la cuna relatos muy sencillos para dormir a sus bebés Los hombres cantaban camino del trabajo o mientras lo realizaban. Más adelante esos relatos y canciones de transmisión oral se convirtieron en arte. Entraron en las iglesias y en los palacios, se recitaron en plazas y cruces de caminos. Y después de la poesía surgió el teatro y finalmente la novela. El mundo hervía de historias de todo tipo y para todos los gustos. (No para todos los humanos, claro, si tenemos en cuenta que muchos no sabían leer.)

En mi infancia, los cines de sesión doble, las novelitas rosa y la radio suministraban todas las historias que la gente sencilla pudiera desear. Y deseaba muchas, porque el ser humano se caracteriza, he dicho ya varias veces, por la enorme voracidad que en él despiertan las historias. Hubo dos momentos de crisis, en que los más exigentes, los que se creían más duchos y con mayor sentido crítico, se rasgaron las vestiduras. El primero se produjo cuando el cine alcanzó una difusión enorme, que parecía iba a arrasar con todo. El cine, un arte de segunda, ni siquiera propiamente un arte, terminaría para siempre con el teatro. Una pérdida inconmensurable. ¿Y qué ocurrió? Que en teatro vimos representaciones magníficas, algunas más innovadoras y creativas que las del pasado. Y que varios de los directores de mayor talento simultanearon cine y teatro. Es fácil proclamar que algo ha muerto y en ocasiones es difícil que muera de verdad.

La segunda crisis, más solapada, la produjo la tele, que iba a terminar (entre muchas otras cosas, como por ejemplo la vida familiar) con el cine. Ignoro por qué razón la calidad de la televisión es deplorable, pero es un medio extraordinario, y cuando lo maneja un hombre de talento produce series equiparables al mejor cine. Cierto, sí, que va menos gente a las salas y se queda a ver el cine en casa, y que se ha tenido que recurrir a multicines de menor tamaño. Pero eso es todo.

Por estas razones cuando me preguntan si me preocupan mucho las nuevas tecnologías y si pueden afectar gravemente al libro tal como lo hemos conocido hasta ahora, digo que lo ignoro, que estoy muy vieja ya para intervenir en el cambio, pero ¿no sería posible que estas tecnologías abrieran nuevos caminos y dieran en el futuro magníficos resultados? No me gusta nada, y menos a mi provecta edad, pontificar contra lo nuevo.