El poeta y narrador colombiano Darío Jaramillo, una de las voces líricas más importantes de Colombia, cree que el idioma español es un capital que no se aprovecha ni en España ni en América Latina
El poeta colombiano Darío Jaramillo cree que ni en América Latina ni en España se aprovecha el español./lainformacion.com |
"Es una
riqueza, sí, sería horrible que habláramos 23 idiomas diferentes, pero
no se le saca rédito", dice.Así lo considera Jaramillo (Antioquia,
Colombia, 1947) que estos días está en España para presentar la
reedición de su primera y simbólica novela La muerte de Alec, dentro
de la Biblioteca que la editorial Pretextos está dedicando al autor.
Una
novela que sale a la calle también coincidiendo con la reedición de su
libro de poemas Poemas de amor, de 1985, en Visor, y del que llevan
editando 16 ediciones.
"Hablamos un mismo idioma y es un placer ir
a Argentina y entenderte o hacer negocios; pero, por ejemplo, no se
aprovechan las ediciones de los libros que se hacen en el mismo idioma.
Las ediciones que se hacen en España no se aprovechan en Colombia, ni en
México, Argentina. En realidad, todos vivimos en islas y de espaldas",
argumenta el escritor.
Jaramillo, una de las referencias
poéticas en lengua española, incluido en la antología "Ínsulas extrañas"
de Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, y autor entre otros de
"Aunque es de noche", "Tratado de retórica" o "Del ojo a la lengua",
tiene una larga y estrecha relación con España, país que visita una o
dos veces por año, y una oportunidad que le sirve para tener su propia
visión de la crisis.
"Esta claro -precisa el autor- que no veo a
España igual que hace cinco años, eso se ve muy bien los sábados por la
noche. Hay mucha menos gente en la calle. Pero tengo una sensación algo
ambivalente para alguien como yo, que visita el país con frecuencia.
Está claro que hay un paro enorme y una desesperanza horrible en los
jóvenes, pero en otro sentido cuando uno ha vivido la realidad
colombiana de guerras, bombas, hambre, miseria, violencia y crisis, pues
esto parece un poco más relativo".
Darío Jaramillo, que durante años dirigió las actividades culturales del Banco de la República de Colombia, incluido el Museo del Oro
y la Biblioteca Luis Ángel Arango, sufrió un atentado que le provocó la
perdida de un pie, en Bogotá en 1989, cuando caminaba por la calle.
Una
triste circunstancia que le obliga también a relativizar mucho más las
cosas. "Nosotros no decimos que estamos en crisis porque nuestra
situación es mas conmovedora y trágica en términos comparativos",
sostiene el autor de Gatos y premio Nacional de Poesía, al tiempo que dice que está con "el deseo y la esperanza" de que se consiga la paz en Colombia.
"Las FARC
siempre han mentido pero queremos mantener esperanza y pensar que se
les puede quitar el vicio de mentir, de secuestrar, de traficar con
armas o de llevarse a niños de diez años para incorporarlos como
soldados a la guerrilla", añade con escepticismo el autor de El juego del alfiler.
Jaramillo
presenta ahora La muerte de Alec, con la que rompió en 1983 el fuego
de la narrativa tras toda una vida de poeta. Una obra muy bien recibida
por la crítica y que hoy estaba desaparecida.
Se trata de una
carta larga escrita por él mismo cuyo argumento es la propia muerte de
Alec, alguien que existió y de cuya muerte fue testigo Jaramillo. Una
escritura catártica, en la que el misterio, el concepto de tiempo o el
sentimiento de que el destino ya está escrito circula por la novela.
"Es
una novela algo fatalista por la percepción de la fatalidad del
destino. Es una aceptación de los misterios, de los sueños en una novela
que desde el principio se sabe lo que se va a contar", precisa
Jaramilo, que ya tiene una novela acabada en el congelador esperando que
se enfríe.
Mientras la novela sale Jaramillo publicará en enero en Pretextos una antología del poeta colombiano León de Greiff.
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