Bajo el título de Ficción y periodismo: los límites de la verdad, el Festival de la Palabra reflexionó hoy en la Biblioteca Pública de Nueva York sobre la dicotomía entre la labor periodística y el relato literario, miró a los géneros híbridos y contó con tres periodistas-escritores
Periodismo o literatura: eterno debate./lainformacion.com |
Ambos quieren contar una historia y aspiran a que transmita verdad,
pero el periodista y el escritor son dos personas distintas, aunque
puedan vivir en un mismo cuerpo, como en los de el haitiano Louis
Philippe Dalembert, el español Ricardo Menéndez Salmón y el dominicano
José Acosta.
Los tres vivieron e informaron sobre sucesos impactantes del siglo XXI: Dalembert, el terremoto de Haití en 2010; Menéndez Salmón, los atentados de Atocha en Madrid en 2004; y Acosta, el 11-S en Nueva York en 2001.
"Una novela que plantea algo imposible como La metamorfosis de Kafka
muestra la angustia del hombre contemporáneo mejor que todas las
crónicas escritas durante años", aseguró Menéndez Salmón, quien filtró
sus sensaciones tras los atentados del 11-M en un libro llamado El
corrector.
Dalembert (Puerto Príncipe, 1962), en cambio, no quiso
"caer en la trampa" de escribir un libro sobre el terremoto que asoló
su país. "Son dos lenguajes totalmente diferentes y entonces estaba en
la piel del periodista".
Luego escribió sobre otro terremoto, el que azotó la comunidad italiana de Los Abruzos en 2009, en el libro que hoy presentó, Balada por un amor inacabado.
Y,
finalmente, José Acosta, ganador del Premio Nacional de Novela de su
país con Perdidos en Babilonia, recordó que lo que más le impresionó
del 11-S no fue la cantidad de víctimas mortales o las toneladas de
escombros.
"Me conmocionó cuando vi a un señor cubierto de polvo y
le pidió a una mujer que sacara su teléfono del bolsillo, que llamara a
su mujer y le dijera: 'Michael está vivo'", relató, mientras recordó
cómo uno de sus jefes le enseñó que "el reportero tiene que ser mudo" y
evitar la opinión.
Con la inevitable referencia al nuevo
periodismo de Tom Wolfe y Gay Talese, o la novela-reportaje "A sangre
fría", de Truman Capote, Menéndez Salmón reivindicó que, "en realidad",
el nuevo periodismo lo inventó el argentino Rodolfo Walsh con Operación
Masacre e hizo una defensa de la fusión de géneros.
"Casi todos
los caminos interesantes son caminos híbridos. Sentimos cansancio hacia
los géneros", añadió el escritor nacido en Gijón en 1971 y autor de obras como La ofensa o Medusa.
Y en términos de procedimiento como creador, José Acosta reconoció una diferencia clave: "Cuando escribo un artículo para
un periódico me puede costar mucho documentarme, pero luego escribo en
quince minutos. Cuando estoy escribiendo una novela, a lo mejor estoy de
8 a 12 frente al ordenador y solo logro una cuartilla. Penetrar en el mundo de la novela es un trance", concluyó.
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