La Asociación Nacional de Museos crea un inventario de ciento treinta y nueve obras para que las familias robadas durante la Segunda Guerra Mundial puedan identificarlas y recuperarlas
Imagen con casas (1909), de Vassily Kandinsky, expuesta en el Stedelijk Museum de Ámsterdam, figura en el inventario de obras expoliadas./elpais.com |
La historia de la lucha contra el expolio artístico cometido por los
nazis sobre miles de familias judías de toda Europa tiene un nuevo
capítulo en Holanda. La Asociación Holandesa de Museos ha identificado
139 obras de arte supuestamente robadas por los ocupantes a los judíos
entre 1933 y 1945. Incluidas en los fondos de 41 salas de arte (en
conjunto han participado 162), el hallazgo ha sido posible tras cuatro
años de investigaciones.
Al menos 61 de las piezas tienen ya un posible dueño original. Para
consultarlas todas, los impulsores del proyecto —la Asociación y el
propio Gobierno holandés— han abierto una página web especial, www.musealeverwervingen.nl,
que podría traducirse como “adquisiciones museísticas”. Este catálogo
artístico-digital de la vergüenza muestra los 69 cuadros, 24 dibujos,
dos esculturas, 31 objetos de artesanía y 13 piezas religiosas
susceptibles de haber sido arrebatados a sus propietarios bajo amenazas
durante la ocupación alemana de Holanda. Entre las firmas, las de
maestros como Matisse, Kandinsky, Lissitzky, Hans Memling, Jan van Goyen
o los miembros de la Escuela de La Haya Isaac Israëls y Hendrik
Breitner. Francia, Alemania y Estados Unidos han devuelto también
cuadros en circunstancias similares a estas.
“Este trabajo refleja la naturaleza misma de la labor de un museo. Es
decir, analizar nuestras colecciones y contarle al público nuestros
hallazgos. Que haya pasado mucho tiempo desde 1933 no es excusa para no
rastrear la procedencia de las obras”, comentaba ayer mismo Siebe Weide,
director de la Asociación de Museos. El centro mismo plantea como una
obligación moral “acometer una tarea que nadie nos ha impuesto”.
Para poder recibir reclamaciones procedentes del extranjero, la
página web estará también escrita en inglés. “Haber reunido esta
información sobre la problemática procedencia de las colecciones de los
museos hace justicia a las víctimas de la II Guerra Mundial. A su vez,
subraya la responsabilidad y transparencia con que tratamos nuestras
colecciones públicas”, ha añadido Jet Bussemaker, ministra de Cultura.
Durante la ocupación nazi de Holanda (1940-1945), las familias judías
que poseían obras de arte fueron robadas o bien forzadas a vender a
bajo precio sus tesoros. Otras se vieron obligadas a hacerlo para poder
pagarse la huida del país. Muchas de esas piezas fueron adquiridas, de
buena fe, por los museos nacionales tras la contienda de mano de
marchantes privados y casas de subastas. La mayoría de las ahora
catalogadas se encuentran en el Rijksmuseum y el Stedelijk, ambos en
Ámsterdam. También las hay en el Museo Municipal (Gemeentemuseum), de La
Haya; Boymans van Beuningen, de Rotterdam; Kröller-Muller, en Otterlo, o
Van Abbemuseum, en Eindhoven.
La Asociación Holandesa de Museos espera que los posibles dueños
reconozcan las obras, ya sea porque guardan fotos de las casas de sus
antepasados donde aparecen, o tal vez cartas. Para efectuar la
correspondiente demanda, pueden ponerse en contacto con la Comisión para
la Restitución (de obras robadas durante la II Guerra Mundial). Fundada
por el Gobierno holandés, ha investigado a fondo el origen de la
Colección Nacional. Desde el año 2002 asesora de forma independiente las
peticiones particulares de esta índole.
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