Habitaciones y escritores
Constantino Petrou Cavafis (en griego Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης. Alejandría, Egipto; 29 de abril de 1863 – 29 de abril de 1933) fue un poeta griego, una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna.
Trabajó como periodista y como funcionario,
y publicó relativamente poco en vida, aunque tras su muerte su obra
cobró paulatinamente influencia. Su atípica temática —fuertemente urbana
e introspectiva, y sin tapujos acerca de la orientación homosexual del poeta— demoró su aceptación, pero lo convirtió luego, en la década de 1960, en un icono de la cultura gay.
Cavafis fue el octavo hijo de una familia griega originaria de Constantinopla (actual Estambul)1
, que había emigrado a Alejandría para el desarrollo de un negocio
dedicado a la exportación de algodón egipcio y a la importación de paño
inglés. Los éxitos comerciales del padre llevaron a la familia a
disfrutar de una vida burguesa entre las élites extranjeras
alejandrinas.
La temprana muerte del cabeza de familia obligó a su madre (Jariclía) a emigrar a Liverpool buscando la protección económica de uno de los hermanos de su marido. Tras siete años en Gran Bretaña
y tras la quiebra del negocio familiar en aquel país, se vieron
obligados a regresar a Alejandría, donde ya nunca la vida familiar
volvería a disfrutar el nivel que tuvo en los tiempos en que el padre
vivía.
En 1882 tras el bombardeo inglés sobre Alejandría (para sofocar
revueltas populares contra los extranjeros, y que convertirían a Egipto a partir de ese momento, en un protectorado
encubierto de Gran Bretaña) los Cavafis se vieron obligados a
desplazarse a Constantinopla durante tres años, etapa en la cual todas
las fuentes apuntan que Constantino tuvo sus primeras relaciones
homosexuales con uno de sus primos2 .
Tras el regreso definitivo a Alejandría (ciudad que, a excepción de
tres salidas cortas, ya nunca abandonaría hasta su muerte) Constantino
comenzó a trabajar como funcionario de la Tercera Sección de Riegos del
Ministerio de Obras Públicas egipcio (donde permanecería treinta años,
siempre sin alcanzar un puesto fijo debido a su nacionalidad griega),
ocupación que compartiría, durante algún tiempo, con algunas gestiones
como corredor de bolsa.
Por deseo propio, nunca llegó a publicar un libro con sus poemas.
Únicamente, por iniciativa personal, mandó imprimir dos libretos con
algunos de sus poemas. Uno, en 1904, conteniendo 12 poemas, y un
segundo, en 1910, en el que ampliaba el número a 27. Él mismo se
encargaba de distribuir dichos libretos sólo a quien consideraba que
podía entender su obra. Asimismo, de vez en cuando imprimía hojas
sueltas con alguno de sus poemas, que luego distribuía discrecionalmente
a quien pensaba que era digno de leerlos. Aun así, su nombre terminaría
por darse a conocer, inicialmente en el ámbito de la cultura griega y
más tarde, gracias a la difusión de su obra que en Gran Bretaña hizo E. M. Forster (quien conoció al poeta en 1917, al ser destinado a Alejandría, como funcionario de la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial)3 , por todo el mundo occidental.
A finales de 1932 le diagnosticaron cáncer de laringe. Tras una traqueotomía realizada en el Hospital de la Cruz Roja de Atenas, moriría en Alejandría el 29 de abril (coincidente con el día de su nacimiento) de 1933. Está enterrado en el cementerio griego de Chatby, en su ciudad natal, junto a su madre y seis de sus hermanos.
Tras su muerte, la reputación de Cavafis se multiplicó a partir de la
difusión de su obra en el mundo cultural anglosajón, siendo actualmente
considerado el mayor poeta griego moderno.
La obra de Cavafis, desde unos inicios alimentados por la lectura de parnasianos y simbolistas franceses, es madura, exigente, habitada por una refinada cultura grecolatina y una subyacente ironía.
Obra corregida sin cesar hasta la perfección (algunos poemas fueron
elaborados por espacio de diez años), consta de ciento cincuenta y
cuatro poemas que consideró acabados y forman la edición canónica, más
cierto grupo de otras composiciones que a su juicio no habían encontrado
todavía su forma definitiva. Interesado por la historia, Cavafis
compuso con frecuencia poemas no sobre grandes momentos históricos, sino
sobre las decadencias después de los mismos, como el famoso Esperando a los bárbaros, El dios abandona a Antonio o Ítaca,
algunas de cuyas frases han pasado a ser proverbiales. También son muy
leídos hoy sus poemas homoeróticos, que cantan las excelencias sensuales
del amor furtivo, como "Recuerda, cuerpo...". Los mejores poemas de
Cavafis concentran la experiencia humana de una forma intemporal y por
ello ha influido notablemente a autores de la poesía de la experiencia, como Jaime Gil de Biedma.
Sus piezas históricas más inspiradas pintan con gran fuerza cuadros
realistas y decadentes de un pasado poco conocido y ciertamente
fascinante: el oriente helénico, desde la antigüedad hasta el presente;
los reinos griegos postalejandrinos, la sujeción a Roma, Bizancio, el ascenso del Cristianismo
y la convivencia de lo pagano y lo cristiano. Demuestra que, como
creían los griegos, la historia es cíclica, e insufla los sentimientos
de la nostalgia y del miedo a lo desconocido en sus evocaciones. Posee
el secreto de recrear la atmósfera cotidiana de los tiempos ya pasados.
En sus poemas homoeróticos, asoma la flaqueza y la debilidad que
acecha en los peores momentos, la atracción sexual intensamente física
ligada muchas veces al cristiano sentimiento de culpa y la impotencia
ante el paso del tiempo.
El estilo de Cavafis rehúye conscientemente la retórica,
pero muestra un distanciamiento grave e inteligente, solemne e irónico a
la vez. Por sus poemas desfilan jóvenes chaperos ingenuos y deseables,
personajes históricos contemplados en sus momentos de mayor humanidad,
gentes anónimas de la calle y objetos vulgares y corrientes que de
pronto adquieren un profundo valor simbólico, como por ejemplo las velas
encendidas y apagadas que representan el curso de la vida.
Fue E. M. Forster quien divulgó en Europa la poesía de Cavafis. En España su influencia es determinante en la obra de Jaime Gil de Biedma
(1929-1990) y sus seguidores y, a partir de sus primeras traducciones
al español, fue leído con fruición, sobre todo por los llamados poetas Novísimos, especialmente de José María Álvarez,
poeta que realizó una de las primeras traducciones de su obra y en cuya
poesía, además, se refleja una acusada influencia del poeta griego.
Entre otros poetas españoles influenciados por la obra kavafiana,
podemos citar Luis Antonio de Villena, Juan Luis Panero, Fernando Quiñones, Ramón Irigoyen o Luis Alberto de Cuenca. Se ha discutido mucho sobre la influencia de Cavafis en Luis Cernuda,
con quien compartía homosexualidad, desprecio por la rima y por el
lenguaje solemne, pero –en realidad y aún admirándolo- Cernuda conoció
poco la obra del alejandrino4 . Constantino Cavafis fue también una figura influyente en el novelista británico Lawrence Durrell, en cuyo Cuarteto de Alejandría es una presencia permanente. Su poema Esperando a los bárbaros fue fundamental en la concepción de la novela homónima del escritor sudafricano John Maxwell Coetzee.
Su obra no apareció publicada en griego hasta 1948 (edición que
contenía los 154 poemas canónicos del autor, es decir aquellos que él
personalmente había decidido que se publicasen). Esos mismos poemas se
publican traducidos por primera vez en inglés en 1951.
La primera edición en una lengua hispánica se debe a Carles Riba, quien tradujo al catalán alguno de sus poemas en 1962. Dos años después, en 1964, Elena Vidal y José Ángel Valente,
vierten 25 de sus poemas al castellano, lo que constituye la primera
traducción a nuestra lengua. Sus obras completas no serían traducidas al
castellano hasta 1976, labor llevada a cabo por José María Álvarez. Obra poética en español.Veinticinco poemas de Constantino Cavafis. Versión de Elena Vidal y José Ángel Valente. Editorial Caffarena y León, Málaga, 1964. Diez poemas eróticos de Constantino Kavafis. Versión Lázaro Santana. Inventarios Provisionales, Las Palmas, 1970. Constantino Kavafis. Poesías Completas. Versión de José María Álvarez. Editorial Hiperión, Madrid, 1976. Poesía completa, trad. del griego de Pedro Bádenas, Alianza, Madrid, 1983. Poesías completas, trad. del inglés de José María Álvarez, Hiperión, Madrid, 1983. Obra poética completa, trad. del griego de Alfonso Silván, La Palma, Madrid, 1991. Poemas, trad. del griego de Ramón Irigoyen, Barcelona, Seix Barral, 1994. Kavafis íntegro, trad. del griego por Miguel Castillo Didier, Quid Ediciones-Universidad de Chile, Santiago, 2003.Poesía completa, trad. del griego de Anna Pothitou y Rafael Herrera Montero, Visor, Madrid, 2003.Vicente Fernández González, La ciudad de las ideas: sobre la poesía de C. P. Cavafis y sus traducciones castellanas, CSIC, Madrid, 2001.Luis Antonio de Villena,"Carne y tiempo. Lecturas e inquisiciones sobre Constantino Kavafis". Planeta, Barcelona. 1995
Semblanza biográfica: Wikipedia. Foto:sinjania.es, pinterest.com
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