Un fotograma de la película "Notting Hill".foto.fuente:abc.esLos propietarios del local que inspiró la película de1999 con Hugh Grant y Julia Roberts bajaron la persiana el fin de semana pasado, pero ha aparecido un comprador interesado
En esta librería de viajes se enamoraba una encantadora Julia Roberts de su simpático y atractivo propietario, Hugh Grant, en la famosa película «Notting Hill» (1999). El local fue en realidad reconstruido en la vecina Portobello Road para rodar las escenas, un pequeño fraude cinematográfico que suele frustrar a muchos visitantes, pero que nunca ha impedido que la librería figure entre los destinos más populares de este barrio.
Notting Hill se consolidó en los 50 y 60 como el lugar de residencia de parte de la población caribeña de la capital. El espíritu de Jamaica atrajo a su vez a «beatniks», bohemios y rockeros para dar al barrio un aire alternativo en los 70. Pero, ya en los 80, la transformación del mercado inmobiliario disparó los precios en esta zona, caracterizada por viviendas de mayores dimensiones que en otras zonas del centro de Londres. Y el barrio se convirtió en una apartada orilla para las clases pudientes, simbolizada por el llamado «clan de Notting Hill» de principios de los 2000, un grupo de cachorros del conservadurismo británico como David Cameron o George Osborne, hoy primer ministro y ministro de Finanzas del gobierno de Su Majestad respectivamente.
La crisis económica amenazaba ahora con echar el cierre a la librería más ilustre del barrio. The Travel Bookshop declaró pérdidas después de impuestos de más de 20.000 euros en el último ejercicio, y tenía deudas pagaderas en doce meses de más de 47 millones de euros, según datos recabados por «The Daily Telegraph». Su propietario en los últimos 25 años, Simon Gaul, anunció el pasado 22 de agosto que iniciaba dos semanas de rebajas por liquidación total. Ninguno de sus hijos quería heredar el negocio, fundado en 1979. Una campaña liderada por Olivia Cole, poetisa y editora de 30 años, intentó aglutinar a escritores y personajes de la cultura para salvar la librería. «Triste noticia, salvemos The Travel Bookshop», escribió en su cuenta de twitter el actor estadounidense Alec Baldwin (@AlecBaldwin), que hace de novio de Julia Roberts en la película. Sin mucho éxito. El pasado fin de semana bajaron las persianas de la pintoresca librería. Una baja cultural más en esta crisis que arrasa con casi todo.
«A menudo escuchabas, "esta no es la de verdad», explicaba a «The Guardian» Saara Marchadour, gerente de la librería en los últimos dos años: «Cerrarla sería desperdiciar un personal muy talentoso y 30 años de historia; espero que un nuevo propietario pueda reabrirla», decía recientemente. Y ese alguien ha aparecido. Tras dos semanas de rebajas, discurridas en un clima de abatimiento en el que muchos vecinos se han acercado por primera vez a la librería, ha trascendido que la cadena de librerías «The Book Warehouse» está dispuesta a comprarla. «Será un nuevo capítulo», afirmaban ayer fuentes de la empresa al vespertino «The Evening Standard».
Un consuelo a medias para los amantes de las librerías con alma, como era la famosa librería de viajes, frente a la experiencia más comercial que cultural que ofrecen los locales de «The Book Warehouse», espacios homogéneos orientados a los «best-sellers» y los grandes libros de exposición para la mesa de café. Al igual que en España, la revolución digital unida al periodo de crisis que atraviesa Europa está castigando duramente a las librerías independientes, que en marzo de 2010 hicieron duelo por el cierre de otro de sus establecimientos más señeros, The Kilburn Bookshop, en Paddington.
No hay comentarios:
Publicar un comentario