La traducción de Cabrera Infante es sustituida por otra de Eduardo ChamorroJames Joyce, otra vez retraducido en Dublineses. foto.fuente:elmundo.es
Junto con la renovación de colecciones de bolsillo de Alianza, con las nuevas portadas de Manuel Estrada (quien sustituye a Daniel Gil), nos llega 'Dublineses' de Joyce no en su versión habitual del sello, la de Guillermo Cabrera Infante. Al parecer, aquélla era más libre. Ahora tenemos, junto con el nuevo formato de Estrada, la versión de Eduardo Chamorro. Un clásico (data de 1914) renovado (por fuera y por dentro). "La lengua envejece muy rápido y hay que volver a traducir a los clásicos cada veinte años", explica a ELMUNDO.es el intelectual Félix de Azúa.
No hay frase idéntica entre ambas versiones. En 'Las hermanas' se asiste a un velatorio. Traduce Cabrera Infante: "Ahí estaba solemne y excesivo en sus vestiduras de oficiar, con sus largas manos sosteniendo fláccidas el cáliz". Traduce Chamorro: "Allí estaba tendido, solemne y cuantioso, vestido como si fuera al altar, sujetando lánguidamente un cáliz entre sus grandes manos". Si el cubano dijo "Miss Kate", Chamorro escribe "señorita Kate", si éste dice "aquí", el otro "acá". Las "chavalas" del madrileño son "chiquitas" para el cubano. Las "broas", "bizcochos"... En el relato 'Una pequeña nube' de Chamorro el protagonista "levantó el vaso hasta los labios", y no se "echó el vaso a la boca", como para el anterior (que traduce como 'Nubecilla'). Los ojos que se describen al inicio de 'Duplicados', de Cabrera Infante son "botados". En esta versión nueva en Alianza son "exoftálmicos".
"No conozco estas versiones, pero sí a los traductores y ambos me inspiran confianza", dice De Azúa. "Intuyo que Guillermo debió de poner un poco más de lo necesario de su propia personalidad". El escritor y crítico literario Juan Bonilla tiene mejor recuerdo: "Conozco la traducción de Cabrera Infante. Me pareció estupenda en su momento, ahora mismo no sé. La comparé con una publicada en el 42 por la editorial Tartessos, titulada 'Gente de Dublín', y firmada por I. Abelló, y ésta me pareció más fiel pero bastante menos económica. Lo cierto es que he comprobado que tengo el ejemplar con los libros de Cabrera Infante, y no con los de Joyce, cosa que sólo se hace, naturalmente, con aquellos autores que, sean buenos traductores o no, son autores que nos gustan mucho o consideramos muy personales".
Y llegados a este punto hay que recordar las palabras de José María Valverde (en 'Conocer Joyce y su obra'), el mítico traductor de 'Ulises' (como mítica es la versión de Dámaso Alonso de 'Retrato del artista adolescente'): "Para nosotros, que tomamos la literatura como cosa visual, cada vez más insensibles y más desmemoriados ante el sonido verbal, Joyce es un escritor de otro tiempo. Para leerlo no nos basta con su traducción, tendríamos que volver a la época en que el lenguaje vivía en la boca, en el oído y en el recuerdo".
La traducción y las 'imitraiciones'
Esto da para pensar, ¿hasta dónde llega la mano del traductor responsable? "El traductor ha de ser inaudible y perfectamente integrado en la voz del autor", responde De Azúa. Por su parte, Bonilla reflexiona: "¿Qué es una traducción libre? ¿Cómo puede ser libre una traducción? A mí me parece bien hacer versiones, utilizar poemas de otros como trampolín para hacer uno propio (llamo a eso "imitraiciones") pero no sé muy bien qué es una traducción libre. ¿Que Anna Karenina no se tiré al tren?"
¿Y sobre la traducción en general? De Azúa toma el relevo: "Las traducciones españolas en general son malas o muy malas. Porque están mal pagadas y porque a nadie le importan. Pero las hay buenas, de vez en cuando, y merece al pena resaltarlas como si fueran creaciones. Son prodigiosas las de Eduardo Gil Bera, por ejemplo". Bonilla no piensa igual: "Dado cómo se trata en España a los traductores, dado lo que se les paga, las prisas que se les mete, dado que se les escamotea el derecho a que sus nombres aparezcan en cubierta de los libros, creo indiscutible que, en líneas generales, en España se traduce bastante bien. Además, la mayoría de los traductores son gente muy profesional aunque no se les trate como a profesionales, son capaces de pasarse días buscando una solución, y basta asomarse a la red y consultar sus páginas para ver qué preguntas tan difíciles se hacen y cómo se contestan unos a otros por una solución brillante. Ojalá los novelistas hiciéramos lo mismo".
Los muertos', el "nuevo vuelo" traducido
Para terminar, dos versiones de la frase final de 'Los muertos' (de título inalterado, esta vez), la obra maestra de este libro iniciático terminada en Trieste (ya nunca volvería a Irlanda). Cuando se lo leyó a su alumno de inglés Ettore Schmitz (propietario de una empresa de pintura naval que se haría famoso en las letras como Italo Svevo) y a su mujer Livia, ésta, emocionada, fue a buscarle una flor. George Steiner descubrió su vocación pedagógica leyendo este pasaje. "El momento más lírico de toda la obra joyceana", según Valverde; el despegue, el "nuevo vuelo" de la "lacónica y tensa quintaesencia de 'Dublineses'".
Versión de Chamorro: "Su alma se desvaneció lentamente al escuchar el dulce descenso de la nieve a través del universo, su dulce caída, como el descenso de la última postrimería, sobre todos los vivos y los muertos". Cabrera Infante: "Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos".
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