La escritora de novela policiaca Patricia Cornwell, en una imagen de archivo. foto:AP. fuente:elpais.comInnovadora del género policiaco, la escritora estadounidense introdujo la investigación forense en sus obras
Según cuenta el acta del jurado, Cornwell se presentó al premio con una novela titulada Red rain y bajo el seudónimo de Patrick Welsh. Al abrir la plica, descubrieron que se titula Red mist (Niebla roja) y que su autora es Patricia Cornwell.
Niebla roja (unas 600 páginas), decimoneva novela de la serie, trata de mujeres malvadas. La perturbada Dawin Kincaid, que se halla en un hospital a la espera del informe que determinará si puede o no ir a juicio, o Kathleen, o Lawler, que cumple una sentencia de 20 años por homicidio. Los asesinatos en serie es una de las especialidades de Cornwell. "Creo que brindo oportunidades a todos mis 'empleados", ha bromeado Cornwell en la presentación del premio, "y por eso hay también mujeres malvadas. Aunque, el denominador común del mal es el abuso de poder y eso no tiene género". "Pero cuando encuentras a una mujer mala es malvada de verdad. Las mujeres somos más inteligentes y sabemos cómo hacer sufrir".
La novela, narrada en primera persona, cuenta, según quienes la han leído, con los mejores ingredientes de la serie de la doctora Scarpetta, que ahora es directora del Centro Forense de Cambridge (Massachussets), médico coronel de las fuerzas armadas y colaboradora del departamento de Defensa estadounidense. Aparece su marido, Benton Wesley, presuntamente muerto en una novela anterior; su inteligente sobrina Lucy, que tiene un trastorno bipolar y presume de lesbiana; la exnovia de esta, Jaime Berger, cuya ruptura fue traumática, Y, entre otros, Pete Marino, exdetective de Homicidios que ha colaborado con Scarpetta en muchas ocasiones.
Evolución de la serie
La serie Scarpertta ha evolucionado mucho en estos casi 20 años. "A medida que me hago mayor cambio y cambia ella también. Muchos lectores me reclaman a la Kay de los primeros libros, pero no puedo volver a ella. He cambiado de perspectiva".
En su primera novela, Postmorten, publicada en 1990 y que obtuvo ese año cinco premios, y en las siguientes, se hacía hincapié en la carnicería forense, ahora las historias son más psicológicas y políticas. "Al principio me centré sobre todo en los procedimientos forenses en la morgue, pero pronto aparecieron tantas series de televisión con estos argumentos que dejó de interesarme. Si analizamos las últimas novelas, vemos que Scarpetta lo sabe todo a nivel tecnológico, pero esto no es lo más importante. Lo importante es lo que piensa Kay, sus sentimientos". "Puedo decir que mi visión del género negro es la compasión".
Cornwell se inició como periodista de sucesos. "Cada vez que iba a la escena de un crimen, me preguntaba por el cadáver, por la víctima. Es la evidencia más importante y en general se trivializa la muerte para centrarse en los criminales". Estudió ciencias forenses y medicina y, lo más importante, la escritora trabajó durante seis años en la morgue de Richmond (Virginia), en cuya directora se inspiró la figura de Kay Scarpetta.
La escritora afirmó que no lee novelas policiacas y dijo que ente sus autores favoritos están Ernest Hemingway y Federico García Lorca. "Leo cosas actuales como la trilogía de Stieg Larsson para saber por qué hace tanto ruido, pero no más, me da miedo que me influyan".
Primera vez en España
Es la primera vez que visita España y añadió que Barcelona le gustaba. "Desde la ventana de mi hotel esta mañana pensaba en que esta es la tierra de Cervantes y me decía que cuánto podrían aprender nuestros políticos de Don Quijote para no meterse en líos".
Cornwell es autora de otras dos series, la de Andy Brazil y Judy Hammer y las Win Genaro, que no tienen tanto éxito como la de la patóloga forense. RBA proyecta publicar Niebla roja para Navidad, pero es una novela compleja y laberíntica, y su traducción no será rápida.
El jurado recomendó la publicación de Puedes llamarme majestad, presentada con el seudónimo de Jobo Ciendones, cuyo nombre no se dio a conocer, y que sitúa a sus víctimas en construcciones de Gaudí en Barcelona.
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