Este libro, escrito por Grassa Toro e ilustrado por Pep Carrió, reúne una selección de anécdotas de la Conquista
Pep Carrió y Grassa Toro, ambos españoles, trabajaron juntos en este proyecto que está orientado hacia los lectores jóvenes./semana.com |
Una de las novedades que presentó la siempre impecable editorial Tragaluz en la pasada Feria del Libro de Bogotá fue Conquistadores en el Nuevo Mundo, una obra del escritor Grassa Toro y del ilustrador Pep Carrió, ambos españoles. Este libro es una selección de anécdotas de los conquistadores acompañadas con unas bellas y sugestivas ilustraciones: los rostros de los personajes de estas historias esculpidos con troncos arrojados por el mar.
Las
historias que aquí nos cuentan no son las de los grandes capitanes sino
las de personajes menores, no por eso menos fascinantes: Juan Serrano,
un soldado de Gonzalo Jiménez de Quesada, al que comió un tigre que,
luego de acechar a la tropa que descansaba a orillas del río Grande de
la Magdalena, regresó por él. Juan Lorenzo, soldado de Pedro Núñez de
Cabrera quien, en la selva, construyó un puente sobre un río de
caimanes; Juan Fernández, miembro de la expedición de Pedro de Silva,
vencido por el hambre y abandonado por sus compañeros, a quien una india
rescató cargándolo en su chinchorro; Benito Rosal, que se salvó del
terremoto de 1599 en La Grita, Mérida; Gonzalo Guerrero, náufrago que
llegó a Yucatán antes que Hernán Cortes y aprendió la lengua de los
indios, se casó con una de ellos y tuvo tres “hijos hermosos”.
Tentado
por Cortés para ponerse al servicio de los españoles, a lo cual sí
accedió Aguilar, su compañero de naufragio, prefirió morir combatiendo
contra ellos, con “la cara tatuada y agujeros en las orejas de los que
les colgaban adornos”. Y así otros 16 relatos más.
Como
es sabido, las Crónicas de Indias suman miles y miles de páginas. Y
cada uno de los cronistas tiene un enfoque distinto, según nos lo
recuerda Grassa Toro: “Cristobal Colón y Sarmiento de Gamboa escribían
el mismo día en el que sucedían las cosas, como si se tratara de urgente
periodismo. Otros, como Bernal Díaz del Castillo, fray Diego de Landa,
aunque vivieron los acontecimientos que relatan, prefirieron contarlos
con algo de distancia. Fray Ramón Pané escribió un texto muy breve, fray
Pedro Simón redactó miles de páginas.
Algunas
crónicas, las de Bartolomé Álvarez, Joseph de Acosta, fray Diego Durán,
fray Bernardino de Sahagún, abundan en las descripción de la naturaleza y
de la vida y costumbres de los indios; otros, fray Bartolomé de las
Casas, Bernal Díaz del Castillo, fray Pedro Simón o Álvar Nuñez Cabeza
de Vaca se centran en los hechos, no en lo que se vio, sino en lo que se
vivió, son épicos”.
Por lo anterior me parece
admirable esta síntesis que consigue Grassa Toro, darnos en pocas
palabras y en pocas historias la esencia de la Conquista, que no fue
otra cosa que un desencuentro. Muy pronto, la utopía se convirtió en
tragedia. En su codicia insaciable, el conquistador destruía a su paso
la promesa del Nuevo Mundo.
No fue capaz de
ver al otro, de entenderlo. Los indígenas eran unos animales atrasados a
los que había que salvar convirtiéndolos a la religión católica; la
naturaleza era un paisaje idealizado que sin embargo los aniquilaba. Si
hubo alguna épica, fue una vacilante, que ponía en duda su propia
hazaña, como dijera Carlos Fuentes en Valiente mundo nuevo. Una
tragedia, desde luego, tiene su personaje trágico: el conquistador.
Aquel que lo tuvo todo –riqueza, mujeres, poder– y lo perdió todo.
Pero
Grassa Toro no nos habla de los personajes que tuvieron el mundo en sus
manos ni fundaron ciudades, sino de aquellos soldados que escasamente
tuvieron un puñado de sueños antes de entrar en el olvido. Tragedias
mínimas, hechos menores, pero relevantes, que fueron también la
Conquista: “Resistían desabrigados y hambrientos, sin alimento ni
esperanza de conseguirlo, se comieron unos a otros: el quinto sobrevivió
porque no había nadie para comerlo”.
Por su
formato y diseño, Conquistadores es un libro para jóvenes; en realidad
es para todos o para el que le interese una buena introducción a esas
obras fundacionales e inagotables de la literatura latinoamericana: las
Crónicas de Indias.
Conquistadores en el nuevo mundo
Grassa Toro y Pep Carrió
Tragaluz editores, 2013
53 páginas
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