4.5.13

El pianista que llegó de Hamburgo

Es la novela del escritor Jorge Eliécer Pardo.  Habla sobre su trabajo literario

La fotografía del autor fue tomada por Triunfo Arciniegas./semana.com

Pardo es autor de novelas como El Jardín de las Weissman, adaptada ya hace muchos años para la televisión colombiana con el título de La Estrella de las Baum

El pianista que llegó de Hamburgo
“Huía de la guerra y la guerra lo persiguió siempre”. Esta frase que introduce a Hendrik, el personaje principal de El pianista que llegó de Hamburgo, nos anuncia su enfrentamiento con un conflicto permanente durante el transcurso de su vida. Para algunos una guerra parece no ser suficiente y no porque elijan estar en medio, sino porque a donde van se encuentran una.

Hendrik, forzado por el delirio hitleriano, abandona Alemania al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, aunque en principio su destino es otro, llega a Colombia buscando establecerse y se encuentra con distintas violencias que pocas veces se apartarán de su lado.

Mucho de lo que él es se lo debe a la violencia, aunque por supuesto también a la música, ambas ligadas de manera permanente a su vida. La guerra es su proceso, de transformación y destrucción, por ella vive en constante huida, se va de Alemania, se va de Bogotá, se va de los Llanos. En sus ires y venires lo perderá todo en más de una ocasión; familia alemana, familia conformada en Colombia, trabajo, amigos. Su primer refugio serán su nueva familia y la academia, sin embargo, ambas durarán poco. La música lo mantiene en pie hasta cuando no puede más: es su compañía, pero no su salvación.

Su correría no es sólo personal, es también un viaje a través de la historia del siglo XX, en particular el colombiano, ya que los acontecimientos de su vida establecen un diálogo permanente con la historia de nuestro país. Los hechos históricos serán el contexto necesario para permitirle a Hendrik llegar hasta donde tenga que hacerlo. Sin olvidar la serie de alusiones musicales, literarias, plásticas y políticas desplegadas por toda la novela.

Es así como su matrimonio, aparentemente sólido, se destruye como consecuencia de El Bogotazo; su estada en los Llanos está ligada al surgimiento de la guerrilla en esta zona, la dictadura de Rojas Pinilla, el paso de varios gobiernos y hechos más recientes como la muerte de Luis Carlos Galán, entre otros, irán sucediendo de forma paralela a la caída de nuestro héroe romántico. Decimos héroe romántico aunque estemos refiriéndonos a un personaje del siglo XX, porque no hay otra manera de nombrar a quien además de enfrentar tantas batallas. encuentra dos veces el amor de su vida y dos veces le dura demasiado poco, como suele suceder con el verdadero amor.

Sin mencionar su propio final, que tampoco será grato.

Al llegar desde Alemania , el personaje da cuenta de otro problema que atañe directamente al contexto colombiano: el desplazamiento. De nuevo la violencia se hace motivo y por eso abandona los lugares donde ha reconstruido su vida más de una vez.

Perder la patria y no encontrar sosiego será su constante. Sus viajes, además de huidas y lecciones, le servirán para interactuar con diversos personajes que traen a cuestas su propio dolor. Llama la atención el sastre al cual siempre busca cuando regresa a Bogotá, pues parece ser el único que ve la transformación histórica de la ciudad y le va mostrando cómo después de sobrevivir a la destrucción, esta se convierte en una urbe moderna que va dando refugio a otros desplazados como Hendrik.

Algunos objetos actúan como personajes secundarios relevantes que embellecen las situaciones en las que todo parece estar bien. La casa del barrio Teusaquillo con las fotografías familiares abandonadas por su antigua dueña y que se desdibujan para dar paso al nuevo habitante de la casa, la radiola donde ésta misma mujer escucha su música favorita antes de la llegada del pianista, los pianos que vienen de diversos lugares para ser puestos en venta, las partituras que aunque Hendrik conoce de memoria lo acompañan a muchas partes, los vestidos que compra para que su amada Matilde luzca en sus ratos juntos, incluso después de haberla perdido.

El Pianista que llegó de Hamburgo hace parte de una serie de cinco novelas, es un abrebocas de lo que ha de venir, se verá si justifica tantos años de silencio por parte de su autor.
 ¿Por qué tantos años sin publicar una novela?Entendí que las historias personales de los escritores no son tan interesantes como para escribir una novela. Me dediqué a estudiar la historia de Colombia para darme cuenta de que desde las historias privadas podría asumir mi compromiso con lo público, con lo colectivo, desde el doloroso tema de la guerra.
 ¿Por qué con Cangrejo Editores sí?
Cangrejo es una editorial mediana con amplia proyección en América Latina que de inmediato acogió mi pianista y lo ha hecho circular por muchos sitios del mundo, gestionando su traducción al alemán.

Usted anunció un quinteto, ¿para cuándo viene la siguiente novela?

 El Quinteto está terminado y en varias editoriales para su lectura. Espero que este año salga el segundo tomo de mi saga.

¿Cómo ha visto la feria de este año y qué lo hace regresar?


Diezmada, por primera vez, al lado de los stand de las gobernaciones y universidades hay puesto de empanadas y café. A pesar de eso, la gente acude con el deseo de llevarse un libro. También los actos culturales se ven llenos. Hay una avidez por la cultura, pero pareciera que no hay dinero para comprar libros.

¿Qué ha comprado? Recomiende dos libros.

Una novela breve e intensa de Hernán Estupiiñán sobre la vida de León Tolstoi y los eternos John Maxwell Coetzee y Jean Marie Gustave Le Clézio, visitantes 

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