Con la habitual amenidad de su prosa, el inglés Terry Eagleton realiza una profunda y lúcida revisión de la teoría literaria de orientación marxista
Eagleton. /Colin McPherson /adncultura.com |
"La crítica marxista no es solo una técnica alternativa para
interpretar El paraíso perdido o Middlemarch. Es parte de nuestra
liberación de la opresión, y por eso vale la pena discutirla en
extenso." Así culmina Marxismo y crítica literaria este académico que no
sólo circula y debate en los corrillos universitarios sino que también
transita y lucha fuera de ellos, encarnando el mandato de la famosa
"Tesis 11" del joven Marx.
Publicado en inglés en 1976, enhorabuena se da a
conocer este imprescindible texto en una traducción castellana hecha en
la Argentina que Eagleton prologó especialmente. Autor de otros títulos
que versan sobre la lógica cultural del capitalismo y su relación con la
literatura, este libro aborda núcleos temáticos en los que pone en
tensión -cuando no demuele- ciertas interpretaciones marxistas. Pero al
mismo tiempo que es de interés para el lector ducho en estas cuestiones,
lo es para el neófito. En efecto, citando y reinterpretando, Eagleton
comienza el libro con el análisis de los términos "base y
superestructura" y el lugar que ocupan la literatura y el arte dentro de
esta última. Y entre las fuerzas productivas y las relaciones de
producción, entre la sociedad y el arte, el autor va desplegando redes
de conceptos que permiten adentrarse en el océano de la literatura.
Rodeado de buceadores, Eagleton, protegido por su maciza escafandra
argumental, critica a la crítica literaria marxista. Su blanco lo
constituyen las teorías formalistas y el marxismo vulgar, no sólo cuando
analiza las relaciones entre "forma y contenido" literario sino también
cuando pasa revista al compromiso del escritor y su obra con la causa
del proletariado. En su paseo crítico es riguroso: mientras que Marx
nunca usó la metáfora del reflejo para referirse a una obra literaria,
Lenin se revela vulgar al interpretar los escritos de Tolstoi como
"espejo de la revolución rusa de 1905". Diferente del caudillo
bolchevique fue Trotsky, quien alejándose al mismo tiempo del formalismo
y del marxismo vulgar propuso que "una obra de arte debe ser juzgada en
primer lugar según su propia ley". Trotsky es el único crítico
literario del que Eagleton admira su "lucidez crítica" plasmada en
Literatura y revolución, llegando a calificar de "excelente" su
formulación de que la creación literaria es "una deformación, una
alteración y una transformación de la realidad según las leyes
particulares del arte".
A Lukács y Goldmann les critica su concepción hegeliana
-ergo, no marxista- al analizar la obra literaria como "totalidad
unificada", mientras que de Althusser y Macherey valora "la relación que
proponen entre literatura e ideología". Althusser sostiene que el arte
se encuentra dentro de la ideología, pero al mismo tiempo logra
distanciarse de ella; Macherey plantea que la "ilusión", como
experiencia ideológica común de todos los humanos, es el material sobre
el que trabaja el escritor dándole forma y contenido, transformándolo en
algo diferente.
Macherey es la puerta de acceso a Brecht, y sobre la
producción teórica de ambos se sostiene la tesis fundamental de Marxismo
y crítica literaria: así como una performance dramática no reproduce un
texto dramático sino que lo transforma en un producto único, la
literatura no es un mero reflejo de la realidad.
Brecht y Benjamin son los últimos autores tratados en
el libro. Pese a la tendencia "tecnologista" de ambos intelectuales,
rescata el lugar que ambos conceden al autor como productor; es decir
que devuelven a la estética la base materialista que no sólo cierta
crítica literaria no marxista nunca le dio (el escritor como "creador"
aislado de las relaciones sociales en las que está inscripto) sino que
además Lukács -entre otros- desde el marxismo le quitó. En este punto
-el escritor como productor, como un trabajador que transforma ciertos
materiales dados en un producto nuevo- Eagleton vuelve al territorio de
partida, "base estructural" de su andamiaje teórico: el arte es un
producto de la división social del trabajo (Marx dixit).
Marxismo y crítica literariaTerry Eagleton
Paidós
Trad.: Fermín A. Rodríguez
164 páginas
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