13.12.14

Cinco sitios clave del Edimburgo de John Rebus e Ian Rankin

"Rebus vivía en la ciudad más bonita y civilizada del norte de Europa, y sin embargo tenía que convivir cada día con su lado oscuro". John Rebus es luz y oscuridad, búsqueda de la verdad y cinismo. John Rebus es Edimburgo
Mis ídolos, mi pinta y yo en el Oxford./elpais.com
John Rebus, ese misántropo y cínico profesional, ama, necesita y a veces odia Edimburgo, su ciudad. Ese sentimiento de amor/odio tiene mucho que ver con su trabajo policial, como bien reconoce en Hide and Seek (El escondite, RBA), segunda obra de serie creada por Ian Rankin: “Rebus vivía en la ciudad más bonita y civilizada del norte de Europa, y sin embargo tenía que convivir cada día con su lado oscuro”. John Rebus es luz y oscuridad, búsqueda de la verdad y cinismo. John Rebus es Edimburgo.
El verano pasado estuve allí unos días en un viaje familiar, que me dejó algunas horas para hacer arqueología negra y escapar a los lugares santos de la religión rebusiana. Fruto de esos paseos- escapadas y de la lectura de Rebus’s Scotland (Ian Rankin, Editorial Orion) es este pequeño viaje por una ciudad magnífica acompañado por uno de mis personajes preferidos. El esplendor de Princes Street, la angustiosa Cowgate y el maravilloso Oxford pub fueron sólo algunas de las paradas.
Por cierto, hay una gran aplicación en la que el propio Rankin ameniza el paseo con detalles de cada lugar. También hay, o había, un tour organizado, pero al igual que cuando hice el Reikiavik de Indridason, yo prefería ir por mi cuenta. Aprovechamos la publicación de La biblia de las Tinieblas (RBA), de la que ya hemos hablado aquí, para dar un paseo por esta joya. Lean, vivan y disfruten.


Rebus respira Edimburgo casi como Woody Allen respira Nueva York. Con la excepción de Tooth and Nails (Uñas y dientes, RBA), que se desarrolla en Londres, ciudad que Rebus detesta y a la que dedica bonitos improperios, todas las novelas de nuestro querido detective tienen lugar básicamente en Edimburgo (si bien viaja a otras partes del país, especialmente por la región natal de Rankin).  ¿Es también el Edimburgo de Rankin? Sí y no. El autor lo explica perfectamente en Rebus´s Scotland: “La única manera de que mi universo de ficción tenga sentido es decir algo de mí, mostrar cómo mi autobiografía se fusiona con la suya y cómo mi sentido de Escocia y de lo Escocés se convierten en suyos”.
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El 17 de Arden Street 

1.- La casa de John Rebus.

En el 17 de Arden Street, zona de estudiantes universitarios (por ejemplo, uno de los jóvenes protagonistas de La Biblia de las Tinieblas vive muy cerca) se encuentra esta casa de tres habitaciones que ahora costaría unas 300.000 libras. En la ficción es el resto del naufragio del matrimonio de Rebus. Un piso desordenado que no tiene nada del esplendor que tuvo cuando estaba casado con Rhona y vivían junto a su hija Samantha. 
IMG_2816En la realidad, es un bonito y sencillo tenement ocupado, al menos hace unos meses, por un estudiante que nunca ha leído a Rankin, quien por cierto vivía por allí cuando empezó la serie. La verdad es que llamé a la puerta para ver quién había viviendo pero no tuve suerte. Eso sí, como si la vida me hiciera un guiño, me encontré con la policía registrando unos contenedores justo en la casa de al lado. De no haber tenido la foto, sería imposible de creer.

2.- The Oxford Bar

El rincón preferido de Rebus y uno de los lugares predilectos de su creador. Un pequeño pub en el 8 de Young Street, una calle tranquila a cinco minutos de Princes Street, un punto del Edimburgo escondido y ciertamente discreto en la zona más ordenada de la ciudad, New Town.
Rankin se inventó distintos pubs en las primeras novelas hasta que se dio cuenta de que era un esfuerzo en vano y que le valía con describir el sitio al que iba, y sigue yendo, habitualmente. Incluso recibe cartas de fans en esa dirección. En mis dos escapadas al lugar no tuve la suerte de encontrármelo, pero sí de disfrutar del ambiente agradable del Oxford y tomar más de una pinta de Deuchar’s IPA, la cerveza preferida de Rebus y su creador.
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La entrada a la guarida
Ya no está por allí el legendario John Gates, The rudest, antiguo propietario al que Rankin rinde homenaje llamando igual al forense y patólogo al que habitualmente consulta Rebus. Harry, el actual dueño, no parece mucho más hablador que Gates pero no me importó especialmente. El sitio sigue igual, con las bolsas de cacahuetes y patatas a precios surrealistas y la cerveza barata y bien tirada. El techo tiene ese “matiz de nicotina”  del que habla Rebus y que no se quita a pesar de que no se puede fumar desde hace años y de que lo han pintado alguna vez. 
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Recuerda, John, ya no se puede fumar en el baño
Los baños, a los que Rebus ha huido en más de una ocasión, en los que se ha refugiado o ha utilizado para tomar tiempo, son cutres y con un punto entrañable, como no podía ser de otra forma. 
También visité el Kay’s Bar o el Royal Oak, otros de los sitios donde recala Rebus para repostar gasolina en forma de pinta de cerveza y donde imité fielmente a nuestro querido detective. Y comí excelentemente en el Café Royal, recomendación del propio Rankin y lugar por el que Rebus no se prodiga.

3.- St Leonard’s 

Al igual que ocurrió con el Oxford Bar, Rankin se inventó Great London Road como lugar de trabajo de Rebus, al que no encuadra en St. Leonard’s hasta la quinta novela, The Black Book. Situada en la calle que le da nombre, no muy lejos de Arden Street, se trata de un lugar tranquilo y pequeño, una comisaría de barrio. La cara de hastío del oficial de la puerta cuando le dije que sólo era un fan de Rebus me indicó que no era el primero en recalar por allí. 
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La comisaría de verdad.
Los coches aparcados en las aceras porque no hay sitio suficiente en la pequeña explanada que hay detrás, me recuerda ese tema recurrente de la vida de Rebus: dónde aparcar.
Algunos de los vehículos tenían tarjetas identificativas como la que nuestro policía ha puesto miles de veces para aparcar donde no debe y que le han librado de más de una multa.  IMG_2821

4.- Cowgate

Una extraña calle que llegó a ser una de las más importantes de Edimburgo hace siglos. Sinuosa y claustrofóbica, es una de las mejores muestras de la dualidad de la capital escocesa, esa mezcla de oscuridad y luminosidad tan propia del carácter escocés. Situada al lado del North Bridge y a cinco minutos andando de la hiper masificada Grassmarket, además, es la sede del instituto forense, tan visitado por Rebus. Un sitio muy muy característico.

5.- Lothian, King’s Stables, el castillo y el Caledonian 

Si antes hablábamos de la oscuridad de Cowgate, no se pierdan lo que viene ahora. Situada en la confluencia entre la nueva y la vieja ciudad y a los pies del imponente castillo que domina todo Edimburgo (escenario de la cumbre del G-8 que sirve de contexto a The Naming of the dead, Nombrar a los muertos, RBA), este lugar tiene historia para Rebus y es una de los espacios de la ciudad que más frecuenta. En el extraño parking situado en King’s Stables aparece el cadáver que sirve de inicio a la trama de La música del adiós. El elegante hotel Caledonian, hecho en piedra anaranjada y que pone fin o inicio a Princes Street aparece a menudo y en él se alojan, por ejemplo, varios protagonistas de La Biblia de las Tinieblas.
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El caledonian, Lothian y la calle bordeada por las líneas amarillas que baja a King's Stable
19 novelas y un amor tan profundo por una ciudad a la que Rebus y Rankin deben tanto da para mucho. Hay más lugares, pero no se trata de eternizarse. El parlamento de Escocia, tan importante para los escoceses por lo que implica de devolución de la soberanía, es un escenario fundamental en Set in Darkness (En la oscuridad, RBA) , quizás la novela más política de la serie y en la que Rebus se despacha a placer con la clase política escocesa.
La zona de Leith, al norte de la ciudad, marcada por el puerto y muy presente en la última novela, no es de mis predilectas, aunque se come de maravilla.
“Edimburgo es una ciudad vibrante y maravillosa, pero rasquemos un poco la superficie y encontraremos otros aspectos, marcados por los fantasmas, la guerra y la muerte”, suele repetir Rankin. En pocos sitios he disfrutado tanto de la mezcla de literatura, placer y vida. Si pueden, no se lo pierdan.

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