10.6.15

Después de leer el Ulises, Jung le envió esta carta a James Joyce

El psicólogo Carl Jung, quien también era un gran lector, se perdió en las profundidades y banalidades del Ulises, y cuando salió de ahí escribió un ensayo que envió al autor junto con la siguiente fabulosa carta 
James Joyce, autor irlandés de la catedral de novela moderna: Ulises./pijamasurf.com

“He metido allí tantos enigmas y acertijos que mantendrá a profesores ocupados por siglos discutiendo lo que quise decir”, decía James Joyce de su Ulises, que lo convirtió en un ser inmortal. Uno de estos profesores que se perdió (y encontró, también) en el laberinto del Ulises fue Carl Jung, quien en 1932 escribió un entretenidísimo ensayo sobre el libro, maldiciéndolo y por momentos odiándolo, pero siempre con tintes de veneración. Su artículo concluye describiendo el libro como: “un ejercicio espiritual, una disciplina estética, un ritual agonizante, un procedimiento arcano, 18 alambiques alquímicos apilados uno encima del otro […] un mundo se ha desvanecido y se ha vuelto nuevo.”
Pero Jung no sólo escribió uno de los ensayos más personales y honestos acerca del Ulises; también le envió una copia a Joyce junto con la carta transcrita abajo. En ese momento Jung era un “perfecto extraño” para el irlandés, pero dos años después Joyce requeriría de su ayuda para tratar la esquizofrenia de su hija Lucía.

 Querido señor,
Su Ulises le ha presentado al mundo un problema psicológico tan pesaroso que he sido llamado repetidamente como una supuesta autoridad en materias psicológicas.
Ulises probó ser una nuez excesivamente dura de roer y ha forzado a mi mente no sólo a los esfuerzos más inusuales, sino también a peregrinaciones más bien extravagantes (hablando desde el punto de vista de un científico). Su libro como un todo no me ha dado descanso de dificultades y lo estuve revisando por tres años hasta que logré sumergirme en él. Pero debo decirle que le estoy profundamente agradecido a usted al igual que a su gigante opus, porque aprendí muchísimo de él. Seguramente nunca estaré muy seguro si lo disfruté, porque significó demasiado estrujamiento de nervios y de materia gris. Tampoco sé si usted disfrutará lo que yo he escrito acerca del Ulises porque no pude evitar decirle al mundo cuánto me aburrió, cuánto refunfuñé, cómo maldije y cómo admiré. Las 40 páginas de texto corrido del final es un hilo de verdaderos duraznos psicológicos. Supongo que la abuela del diablo sabe tanto así de la psicología real de la mujer, yo no lo sabía.
Bien, sólo trato de recomendar a usted mi pequeño ensayo, como un intento divertido de un perfecto extraño que perdió su rumbo en el laberinto de su Ulises y por pura buena suerte logró salir de él. En todo caso, en mi ensayo usted podrá darse cuenta de lo que Ulises le hizo a un psicólogo supuestamente balanceado.
Con la expresión de mi agradecimiento más profundo, quedo, querido Señor,
Sinceramente suyo,
C. G. Jung

[Traducción de Lucía Ortiz Monasterio]

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