El galardón, entregado en la apertura del Festival de la Palabra de San Juan de Puerto Rico La sangre de la Aurora es la primera novela de la escritora peruana radicada en Nueva York
Sendero Luminoso, el Perú de los años ochenta, los años de plomo, son
el escenario en el que se desarrolla la novela de Claudia Salazar, La sangre de la Aurora,
que el miércoles por la noche recibió el Premio de las Américas a la
mejor obra de ficción publicada en 2013. Menuda y discreta, la escritora
peruana, profesora en el Sarah Lawrence College de Nueva York,
explicaba que arrancó con el libro en 2007, en un taller literario en
la Universidad de Nueva York. A Salazar le interesaba tratar de
comprender el brutal nivel de destrucción que arrasó su país. “Hay mucha
producción literaria en torno a ese momento, pero quise aportar el
ángulo femenino sobre aquel conflicto armado. No es novedad que la
visión de las mujeres quede relegada, pero en la tradición literaria
peruana es aún más evidente”, apuntó.
El
papel de la literatura para enfrentarse a la historia violenta y
reciente considera que debe ser el de fomentar el debate, sacar la
conversación, algo que La sangre da la Aurora parece haber
logrado. De estructura fragmentaria, la escueta novela de apenas 100
páginas, se vuelca en tres mujeres de extracción social distinta: una
fotoperiodista, una educadora senderista de clase media y una campesina.
Sus voces se entrecruzan y se vuelven a abrir, tal y como explicaba
Salazar, porque es “el conflicto lo que las une”. Publicada por el sello independiente Animal de Invierno,
la novela ha sido presentada en Argentina, México y Colombia. El jurado
del premio, presidido por el peruano Fernando Iwasaki y el
puertorriqueño Ángel Darío Carrero, destacó cómo el libro de Salazar da
cuenta de “la imposibilidad de narrar lo inconmesurable del trauma a
través de voces íntimas”. Nombres y animales (Periférica), de la dominicana Rita Indiana, fue seleccionada como finalista.
La novela se vuelca en tres mujeres de
extracción social distinta: una fotoperiodista, una educadora senderista
de clase media y una campesina
El anuncio y entrega del galardón cerró la ceremonia de inauguración del V Festival de la Palabra,
cuyas actividades arrancan a partir de mañana jueves y hasta el domingo
con un apretado programa de charlas, lecturas y coloquios en el Viejo
San Juan. El programa escolar y universitario, uno de los pilares de
este encuentro internacional de escritores que corre en paralelo al
festival, ha sufrido un retraso debido a la tormenta tropical Diego que
amenazaba descargar sobre San Juan el martes. Se espera que cerca de
6.000 estudiantes participen en las actividades programadas. Este año el
festival celebra, además, el centenario de la poeta Julia de Burgos y
toma como eje temático el rol de la mujer en la literatura. Mayra Santos Febre,
creadora del festival, se congratulaba de que la convocatoria haya
cumplido los cinco años: “Normalmente los festivales los hacen
organismos oficiales, aquí fuimos dos locos. Dicen que un buen pari empieza con una persona sola bailando en una esquina, pues ahora somos un rumbón”.
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