Matadero Madrid acoge el Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español
"Escribir bien como quieren esos putos de la Academia", Paul Morel, en El caso Morel de Rubem Fonseca./Ilustración de Ulises./elmundo.es |
Decía Michel de Montaigne que "la palabra es mitad de quien la
pronuncia y mitad de quien la escucha". Las palabras, a simple vista,
parecen inocentes pero también conducen relaciones de poder entre el que
emite y el que recibe. Precisamente de eso, de palabras, trata el tercer Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español.
Por allí pasarán lingüistas, correctores y periodistas que viven rodeados de palabras, su forma de vida. "El lenguaje está en todo,
las palabras son el lenguaje del alma y es importante saber qué
lenguaje es adecuado para cada uno" dice María Irazusta, directora y
fundadora de Irazusta Comunicación. Ella se encarga de 'vestir' el
lenguaje que utilizan las empresas cuando quieren hablarle al mundo. "El
poder el lenguaje es mucho más importante de lo que creemos. Hoy en
día, más del 80% del valor de una empresa está en la parte intangible, y
ahí entra la comunicación" continua.
El poder del lenguaje es algo que Irazusta conoce muy bien. Ya se
encargó de hacer que los españoles 'reaprendiésemos' nuestro idioma con
la publicación del libro 'Las 101 cagadas del español'. "Los escritores
van a las palabras, pero yo voy al conjunto de todo: al lenguaje" afirma
Irazusta, quien asesora a empresas del calibre de Repsol o Indra. "Yo soy una 'personal shopper' del lenguaje,
incluso a veces me considero dietista al decirle a ciertas personas que
se traguen sus palabras". De eso se encarga Irazusta, de qué 'traje' le
va a sentir mejor a cada empresa atendiendo a su personalidad como
organización.
El germen de la duda
'La vida más allá de la editorial: asesores lingüísticos en empresas'
es la mesa redonda que UniCo ha programado en este Congreso y en el que
María Irazusta ha intervenido junto a Cristina Sierra, correctora de
una empresa de abogacía; Antón Lado, editor en 2.0 Editora y Antonio
Calvo Roy, periodista de la empresa Divulga que se dedica a la
elaboración de contenidos de comunicación científica y ambiental. Todos
ellos, a su manera, se encargan de cuidar el lenguaje que utilizan las empresas. De ser los guardianes de la comunicación y de lo adecuadamente escrito y dicho.
Aunque cada uno de ellos discrepa en lo que tiene que tener un corrector o editor, todos están de acuerdo en que se necesita una base lingüística muy sólida.
"Un corrector tiene que poder razonar cualquier cosa y si no sabe algo,
por lo menos sí saber en que lugar buscarlo. Y que tenga mucho sentido
común", afirma Cristina Sierra. Para Antón Lado la versatilidad de la
persona es algo primordial, mientras que María Irazusta busca una gran
empatía con la empresa a la que hay que ayudar a comunicar, "que se esté
muy impregnado en la cultura corporativa de esa entidad para saber qué
es lo que le queda bien a esa organización".
Las empresas buscan, cada vez más, que su mensaje sea lo más claro y
correcto posible. Otras se mantienen fuera del cuidado de su lenguaje. "Lo importante es introducir el germen de la duda,
la duda es básica para saber si algo está bien o mal escrito" dice
Antonio Calvo Roy, que trabaja desde mediados de los años 80 como
periodista científico y que opina que "el hábito sí hace al monje" en
cuestiones de lenguaje. Por su parte, Antón Lado afirma que cuando las
empresas utilizan asesores o correctores están consiguiendo "mejorar su
lenguaje para también mejorar su comunicación".
El Congreso Internacional de Correctores de Textos en español se
celebró los días 24, 25 y 26 en el auditorio de La Casa del Lector de
Matadero de Madrid. La Unión de Correctores ha organizado esta cita que
ha tenido una gran acogida entre el mundo de los lingüistas y
correctores. Aquellas personas que hacen, a su forma, de guardianes del
lenguaje y las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario