Olvíden aquel conde enamoradizo y un poco provinciano que inventó Coppola. Vuelvan a la versión de Bram Stoker, ahora reeditada por Reino de Cordelia con las ilustraciones de Fernando Vicente. 'No hay en el mundo un Drácula ilustrado tan ambicioso'
Drácula en versión de Fernando Vicente./elmundo.es |
"Drácula no lleva gafitas redondas ni va al cinematógrafo, como en la versión de Coppola. Drácula es el mal absoluto. Es malo como un demonio, carece de aristas positivas. Quiere una hembra por egoísmo, no por amor".
Jesús Ejido, editor de Reino de Cordelia, se acuerda de aquel
'Drácula' de cuando estábamos en primero de BUP, con Gary Oldman y, ay,
Winona Ryder en el reparto, aquella película que a algunos les gustó
mucho y a otros no les gustó nada y que quién sabe cómo habrá
envejecido. Este invierno habrá otro 'Drácula' en la cartelera, lo
dirige Gary Shore, y ya se verá si sale bien o medio bien o si, la
verdad, se lo habrían podido ahorrar, pero Egido cree que la apuesta
buena es volver al original, a la novela de Bram Stoker. Reino de
Cordelia acaba de publicar una nueva edición de las aventuras del señor
Drácula con ilustraciones de Fernando Vicente y prólogo de Luis Alberto
de Cuenca, y a partir de la traducción al español de Juan Antonio Molina Foix
de 1993, que, según cuenta Egido, es la favorita de los vampiros. "A
nosotros nos interesa el Drácula malo, la maldad absoluta. A nosotros y a
todos los personajes del libro. ¡Menuda tragedia la de Mina Harker, que después de haberse acostado con un monstruo debe conformarse con hacerlo con su marido!".
¿Alguien vio, el año pasado, aquella película tan bonita, 'Tú y yo', de Bertolucci? El personaje de Tea Falco se drogaba muchísimo ["No, non è una figata...perchè sei indifferente, e l'indifferenza non è una bella cosa, e poi diventi fredda, cattiva... Mala!"],
de modo que a todos nos parecía un poco vampiresa, pero lo que nos
interesa es que su hermano, Lorenzo, se escondía en un sótano para
tirarse una semana leyendo 'Drácula'. ¿Con qué tecla dio Bram Stoker? Porque
vampiros ya los había. "Creo que [el acierto fue] la capacidad para
unir lo atávico, el mito, con la modernidad de un Londres donde ya se
escribía a máquina, se hacían transfusiones de sangre, se viajaba por el
mundo en barco de vapor y se estaba estrenando la iluminación
eléctrica", explica Egido.
Y continúa. "Entre otras muchas cosas, [en 'Drácula' está] el sentido
del humor. El humor aporta distancia a la literatura y le permite
resistir mejor el paso del tiempo, convierte en inmortales y modernas
las grandes obras clásicas, como se ha comprobado con Cervantes,
Shakespeare, Plauto... Stoker fue muy amigo de Mark Twain y el Drácula
está plagado de guiños humorísticos, como esa obsesión de Renfiled por tener un gatito.
¿Para comérselo? O ese esfuerzo de la protectora de animales por
adoptar al perro que salta del 'Demeter', el barco donde ha viajado
Drácula, cuando todos sabemos que ese chucho es un lobo maligno, un
diablo a cuatro patas. Stoker sabe meter en el mundo moderno una leyenda
milenaria y la cuenta con humor y todos los elementos a su alcance para
aportar credibilidad".
Egido promete que el aliciente de 'su' 'Drácula' no se acaba en el
valor del texto de Stoker. Que las ilustraciones de Fernando de Vicente
son un asunto importante, nada rutinario. Que el reto ha sido crear una imagen nueva para el vampiro tan potente como la de las películas clásicas,
el 'Nosferatu de Murnau, o el señor elegante de Bela Lugosi y de
Christopher Lee. " Es cierto que el cine le ha puesto muchas veces cara
al vampiro, pero, por otro lado, hay muy pocas versiones ilustradas de
Drácula. Por tanto, eludiendo el aspecto excesivamente teatral de Lugosi
y Lee, Fernando ha podido ofrecer una versión personal sin contar con
excesivas influencias gráficas. El vampiro que más se parece a la novela
sería Nosferatu, pero peca de expresionista. No creo que haya en el
mundo un Drácula ilustrado tan ambicioso como el de Fernando Vicente,
algo que nunca me cansaré de agradecerle".
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