Colombianos sólo leen dos textos al año, mientras en Chile el promedio es de cinco. Subir esa cifra es el reto del sector
Lectora de Rita Curtis./elespectador.com |
“Hay que construir un país de lectores”, cree Enrique González,
presidente de la Cámara Colombiana del Libro. Pero esta demanda responde
a algo más que las razones indiscutibles para apostar por la lectura,
entre ellas, que genera pensamiento crítico y, por ende, mejores
ciudadanos.
Muchos podrían pensar que la industria nacional del
libro, tanto el negocio editorial como el de distribución, se va a echar
a perder por la escalada digital del e-book y de la librería virtual
tipo Amazon. Pero no. La verdadera amenaza para el libro en el país es
que el colombiano no lee y, según González, no lo hace porque no tiene
textos. “En la mitad de los hogares colombianos no hay libros”.
Según
los resultados que en 2013 arrojó la Encuesta de Consumo Cultural
realizada por el DANE, los colombianos leen en promedio dos libros
anuales. La cifra es preocupante, sobre todo al mirar el índice de otros
países de la región, como Chile, Argentina y Uruguay, que tienen un
promedio de cinco libros al año.
Para González, sin embargo, hay
una juventud lectora y un impacto de programas gubernamentales que aún
no se miden en esas encuestas, pero que se verán en los próximos años.
“Es una generación que se ha acercado a la lectura por recursos
digitales”.
Por esa razón, la era del e-book, el Kindle y la
tablet no ha sido la “avalancha que se pensaba que iba a arrasar con las
librerías”. Por el contario, es un recurso que está llamando más
lectores y al que la industria se está acomodando.
Felipe Sánchez
Pombo, gerente de Mercadeo de Panamericana, asegura que el 80% de la
oferta de e-commerce de esta tienda es de libros, tanto en papel como
digitales. La venta de estos últimos a nivel nacional durante el último
año rozó apenas el 1% del total.
Asimismo, “las editoriales ya
tienen sus contenidos, que los están pasando a digital”, agrega el
presidente de la Cámara del Libro. Para atender la falta de lectores,
asegura, hay que facilitar el acceso a los textos.
En ese sentido,
Panamericana, en alianza con 211 proveedores, lanzó la campaña “Si una
página enamora, imagínate todo lo que trae un libro”, en la que, por
adquirir cualquier artículo de los patrocinadores, se expide un bono de
$10.000 para redimir en textos. “Teniendo el libro se genera la
tentación de leer así sea una página y mañana otra, y así hasta que se
termine”, dice Sánchez.
Según él, la estrategia para generar más
lectores en el país debería ser, por un lado, no imponer la lectura, y
por otro, invertir en bibliotecas de entretenimiento, adonde la gente
vaya a leer por gusto y no tanto para consultar. “Internet ha cambiado
las dinámicas. Las búsquedas para las tareas se hacen a través de
Google”.
“La meta del siglo XX fue alfabetizar; la del siglo XXI es que la gente lea”, concluye González.
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