5.9.14

Los jóvenes poetas eligen su Parra

Desde esta orilla, diez jóvenes poetas que apenas alcanzan la treintena se asoman a un siglo de poesía y eligen a su Parra preferido. Esos versos del viejo poeta iconoclasta al que intuyen más cercano que muchos de sus coetáneos
Nicanor Parra fotografiado en su casa de La Reina (Santiago de Chile), en 1980./elcultural.es

Elena Medel

CAMBIOS DE NOMBRE
(De La cueca larga, 1958)

A los amantes de las bellas letras
hago llegar mis mejores deseos,
voy a cambiar de nombre algunas cosas.

Mi posición es esta:
el poeta no cumple su palabra
si no cambia los nombres de las cosas.

¿Con qué razón el sol
ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se llame Micifuz
el de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que de hoy en adelante
los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníqueses, anótese y publíquese
que los zapatos han cambiado de nombre:
desde ahora se llaman ataúdes.

Bueno, la noche es larga,
todo poeta que se estime a sí mismo
debe tener su propio diccionario.
Y antes que se me olvide
al propio dios hay que cambiarle nombre.
Que cada cual lo llame como quiera:
ese es un problema personal.



Laura Casielles

NO CREO EN LA VÍA PACÍFICA
(De Hojas de Parra, 1985)

no creo en la vía violenta
me gustaría creer en algo - pero no creo
creer es creer en Dios
lo único que yo hago
es encogerme de hombros
perdónenme la franqueza
no creo ni en la Vía Láctea.





Luna Miguel

SE CANTA AL MAR
(De Poemas y antipoemas, 1954. Fragmento )

Nada podrá apartar de mi memoria
La luz de aquella misteriosa lámpara,
Ni el resultado que en mis ojos tuvo
Ni la impresión que me dejó en el alma.
Todo lo puede el tiempo, sin embargo
Creo que ni la muerte ha de borrarla.
Voy a explicarme aquí, si me permiten,
Con el eco mejor de mi garganta.
Por aquel tiempo yo no comprendía
Francamente ni cómo me llamaba,
No había escrito aún mi primer verso
Ni derramado mi primera lágrima;
Era mi corazón ni más ni menos
Que el olvidado kiosko de una plaza.
Mas sucedió que cierta vez mi padre
Fue desterrado al sur, a la lejana
Isla de Chiloé donde el invierno
Es como una ciudad abandonada.
Partí con él y sin pensar llegamos
A Puerto Montt una mañana clara.
Siempre había vivido mi familia
En el valle central o en la montaña,
De manera que nunca, ni por pienso,
Se conversó del mar en nuestra casa.
Sobre este punto yo sabía apenas
Lo que en la escuela pública enseñaban
Y una que otra cuestión de contrabando
De las cartas de amor de mis hermanas.
Descendimos del tren entre banderas
Y una solemne fiesta de campanas
Cuando mi padre me cogió de un brazo
Y volviendo los ojos a la blanca,
Libre y eterna espuma que a lo lejos
Hacia un país sin nombre navegaba,
Como quien reza una oración me dijo
Con voz que tengo en el oído intacta:
“Este es, muchacho, el mar”. El mar sereno,
El mar que baña de cristal la patria. [...]




Fruela Fernández

CRISTO DEL ELQUI SE LANZA CONTRA LOS PATRONES DESVERGONZADOS
(De Sermones y prédicas del Cristo de Elqui. 1977)

Los patrones no tienen idea
quieren que les regalen el trabajo
nunca se ponen en el lugar del obrero

píqueme esa leñita maestro
cuándo me va a matar esos ratones
anoche no pude dormir otra vez
hágame brotar agua de la roca
la Sra. tiene que ir a un baile de gala
hay que bajar al fondo del mar
un puñado de perlas x favor

otros son + carajo todavía
plánchame esa camisa desgraciado
anda a buscarte un árbol al bosque güeón
arrodíllate mierda
anda a arreglar los tapones
¿Y si me electrocuto?
¿Y si la roca se me viene encima?
¿Y si me cruzo con el león en el bosque?
eh!
eso no tiene nada de particular
eso no tiene la menor importancia

lo verdaderamente importante
es que el caballero pueda leer el diario trancuilo
bostezar a su regalado gusto
oír música clásica x el campeonato

que el obrero se rompa la crisma
que se mande guardabajo
mientras está soldando una viga de fierro
nada de qué admirarse
estos rotos son unos pajarones

que se vaya a la punta de su madre
y después yo no sé lo que pasó
no se imagina cuánto lo siento sra
2 o 3 golpecitos en la espalda
y una viuda con sus 7 pajaritos a la miseria.




Unai Velasco

SOLILOQUIO DEL INDIVIDUO
(De Poemas y antipoemas, 1954. Fragmento)

Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pájaros, buscar leña,
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
Leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
Allí también grabé figuras,
Grabé un río, búfalos,
Grabé una serpiente
Yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego me molestaba,
Quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
Allí encontré lo que necesitaba,
Encontré un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo. [...]




Sara Toro Ballesteros

WHAT IS POETRY?
(De Chistes para desorientar a la poesía, 1989)

todo lo que se dice es poesía
todo lo que se escribe es prosa

todo lo que se mueve es poesía

lo que no cambia de lugar es prosa.




Alberto Acerete

PALABRAS A TOMÁS LAGO
(De Poemas y antipoemas, 1954. Fragmento)

Antes de entrar en materia,
Antes, pero mucho antes de entrar en espíritu,
Piensa un poco en ti mismo, Tomás
Lagos y considera lo que está por venir,
También lo que está por huir para siempre
De ti, de mí,
De las personas que nos escuchan.

Me refiero a una sombra,
A ese trozo de ser que tú arrastras
Como a una bestia a quien hay que dar de comer y de beber
Y me refiero a un objeto,
A esos muebles de estilo que tú coleccionas con horror
A esas coronas mortuorias y a esas espantosas sillas de montar,
(Me refiero a una luz). [...]

¡Qué triste ha sido todo esto!
¡Qué triste! pero ¡qué alegre a la vez!
¡Qué edificante espectáculo hemos dado nosotros
Con nuestras llagas, con nuestros dolores!

A todo lo cual vino a sumarse un afán,
Un temor,
Vinieron a sumarse miles de pequeños dolores,
¡Vino a sumarse, en fin, un dolor más profundo y más agudo!
Piensa, pues, un momento en estas cosas,
En lo poco y nada que va quedando de nosotros,
Si te parece, piensa en el más allá,
Porque es justo pensar
Y porque es útil creer que pensamos.




David Refoyo

LA TRAMPA
(De Poemas y antipoemas, 1954. Fragmento)

Por aquel tiempo yo rehuía las escenas demasiado
misteriosas.
Como los enfermos del estómago que evitan las comidas pesadas
Prefería quedarme en casa dilucidando algunas cuestiones
Referentes a la reproducción de las arañas,
Con cuyo objeto me recluía en el jardín
Y no aparecía en público hasta avanzadas horas de la noche;
O también en mangas de camisa, en actitud desafiante,
Solía lanzar iracundas miradas a la luna
Procurando evitar esos pensamientos atrabiliarios
Que se pegan como pólipos al alma humana. [...]




Berta García Faet

EL HOMBRE IMAGINARIO
(De Hojas de Parra, 1985)

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.




Sara R. Gallardo

TRES POESÍAS
(De Versos de salón, 1962)

1.
Ya no me queda nada por decir
Todo lo que tenía que decir
Ha sido dicho no sé cuántas veces.

2
He preguntado no sé cuántas veces
pero nadie contesta mis preguntas.
Es absolutamente necesario
Que el abismo responda de una vez
Porque ya va quedando poco tiempo.

3
Sólo una cosa es clara:
Que la carne se llena de gusanos.

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