Una exposición en Argentina invita a entrar, a través de una serie de
manuscritos, en el proceso creativo de grandes escritores, como Julio
Cortázar y Jorge Luis Borges, para recorrer el camino de construcción de
algunas de las grandes obras de la literatura del país suramericano
"Escribo
a mano y hago muchas, muchas correcciones. Diría que tacho más de lo
que escribo", dijo una vez el escritor Ítalo Calvino sobre cómo era su
proceso de creación y es precisamente eso lo que puede verse desde hoy
en "Manuscritos literarios argentinos. Escenas de escritura", en la
Biblioteca Nacional argentina.
La exhibición busca indagar en los
momentos más íntimos de inspiración, de trabajo y de corrección que
llevaron adelante los principales escritores del país suramericano
mientras realizaban algunas de las obras más representativas de la
literatura.
"Conocer el camino que hizo cada escritor para llegar
finalmente a ser lo que fue. Espiar esas instancias de gestación del
orden de lo privado y hacerlas un poco más públicas", sostienen desde la
Biblioteca Nacional a la hora de presentar la nueva muestra.
"El
público va a poder acercarse al acto más íntimo de creación de los
grandes escritores argentinos", aseguró a Efe Ezequiel Grimson, director
de Cultura de la Biblioteca Nacional.
Desde borradores de novelas
y cuentos hasta escritos inéditos, la exposición acerca al público ese
proceso de construcción de obras fundamentales, a la vez que exhibe
textos corregidos, galeras, cartas, marginalia y cuadernos de
anotaciones.
Allí aparecen las letras de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Leopoldo Lugones y Ricardo Güiraldes, entre otros.
Según
señaló Grimson, en el caso de Borges hay un manuscrito hallado en 2013
en la propia Biblioteca y se trata del final del cuento "Tema del
traidor y del héroe" encontrado dentro de un ejemplar de la revista Sur,
donde el escritor colaboraba.
"A partir de ahí se pudo descubrir
que Borges utilizaba sus publicaciones en la revista como prueba.
Mandaba a publicar sus cuentos y sobre esa edición él trabajaba. En este
caso, no solo hizo muchas correcciones sino que le agregó un final
nuevo, el que conocemos", explicó Grimson.
También se pueden ver incipientes trabajos de Alejandra Pizarnik, Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Rodolfo Walsh y David Viñas.
Como
parte de la exposición también se llevarán a cabo tres encuentros con
escritores que hablarán sobre sus propias costumbres y sus rituales de
escritura, así como sus procesos de corrección y los materiales que
utilizan durante la producción de sus trabajos.
Será en el bar de
la primera planta de la Biblioteca Nacional, para que los invitados
disfruten tanto del café como de la oportunidad de conversar con
conocidos escritores contemporáneos.
Los invitados serán Félix
Bruzzone y Pablo Ramos en el primer encuentro, Leonardo Oyola y Gabriela
Cabezón Cámara en la segunda jornada, y cerrarán el ciclo Selva Almada y
Luis Gusmán.
Ellos también donarán sus propios manuscritos, que
pasarán de esa forma a incluirse en el material bibliográfico preservado
por la Biblioteca Nacional.
La institución, según Grimson, "tiene
entre su misiones guardar la memoria impresa de Argentina y, dentro
está la de la promoción de la lectura", por lo que destacó la
importancia de los manuscritos para el "estudio y desarrollo del acto
creativo".
Por ese motivo, desde la Biblioteca también instaron a
otros escritores argentinos, de cualquier género, a donar sus
borradores, escritos o incluso las pruebas de imprenta previas a la
edición para engrosar su acervo, que puede ser consultado no solo por
lectores ávidos de material original, sino también por investigadores.
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