Si una imagen vale por mil palabras, en el caso de la obra del fotógrafo argentino Daniel Mordzinsky valdría al menos por los 200 autores que capturó con su lente durante 35 años y que pueden verse en una exposición en Brasilia
Daniel Mordzinsky, en plena acción de retratar a los escritores. foto:archivo. |
Fotografía sin fecha del escritor brasileño Jorge Amado realizada por el argentino Daniel Mordzinsky, que hace parte de la exposición "200 x 200 - Doscientos años de independencias en doscientos retratos de escritores" exhibida en Brasilia, Brasil. foto:Daniel Mordzinnsky. fuente:lainformacion.com |
La exposición "200 x 200 - Doscientos
años de independencias en doscientos retratos de escritores" se exhibe
desde hoy en el Museo Nacional de la capital brasileña y plantea una
perfecta fusión de la fotografía y la literatura, a través de imágenes curiosas, raras, posadas unas, otras no, de doscientos escritores iberoamericanos.
Es
el fruto de los 35 años que Mordzinsky ha dedicado hasta ahora a
fotografiar a autores consagrados y noveles, en una porfiada tarea que
le permitió unir su profesión de fotógrafo a su enorme pasión por la
literatura.
La exposición "200 x 200" es un paseo por la intimidad
de esos escritores, invadida por su lente unas veces y otras ayudada
por la complicidad de algunos que posaron pacientemente para insólitas
tomas que el propio fotógrafo ha bautizado como "fotinskis".
Estos
últimos registros son un juego que propone Mordzinsky a los escritores,
en el que, según dijo a Efe, "ofrece un especie de viaje seguro, rápido
y digno", porque "la frontera entre la broma y el ridículo es muy
estrecha" y no se permite superarla.
Un ejemplo de las "fotinskis"
es una fotografía de Mario Vargas Llosa recostado en una cama,
escribiendo con frenesí e iluminado solamente por una gruesa vela.
La idea, explicó Mordzinsky, surgió durante un desayuno con el escritor peruano en Cartagena de Indias (Colombia),
en 2010, cuando éste le confió que de niño su madre le obligaba a
apagar la luz de su cuarto temprano, por lo que para saciar su obsesión
por la lectura se cubría con la sábana y se alumbraba con una vela.
En otra "fotinski", el escritor español Javier Cercas
juega con un paraguas con el fondo de los arabescos de una pared de
Granada y parece correr hacia la cámara en medio de la noche.
Entre sábanas también se ve al colombiano Gabriel García Márquez,
sentado en una cama, vestido de blanco, con un fondo del mismo color y
una pose casi mística, que evoca a muchos de sus personajes.
Con
una fama bien ganada de "fotógrafo de escritores", Mordzinsky explicó a
Efe que "la letra A del abecedario" de los autores que ha registrado fue
el argentino Jorge Luis Borges, lo cual consideró "más causal que casual".
Cuando
tenía 18 años, este porteño nacido en 1960 fotografió por vez primera a
un escritor y "era nada menos que Borges", a quien después le siguieron
Ernesto Sábato, Julio Cortázar y otros cientos de grandes autores de las letras iberoamericanas y mundiales.
De
muchos de los escritores que ha registrado dice tener "el honor de la
amistad", como ocurre con la cubana Wendy Guerra, participante en un
debate en la apertura de la exposición y quien en la muestra aparece
desnuda ante su lente, en una prueba de confianza e intimidad.
Wendy
Guerra es, junto con el hispano argentino Andrés Neuman o la brasileña
Adriana Lisboa, una de las tantas nuevas figuras de la literatura
iberoamericana que se mezclan con los autores consagrados en la
exposición "200 x 200".
Según Mordzinsky, se trata de una
aportación a la literatura, pues si bien su trabajo se ha basado en los
grandes escritores, tampoco pretende convertirlo en una muestra de
"vanidades ajenas".
El objeto de su obra fotográfica es, sobre
todo, la literatura, y su mayor deseo es que "alguno de esos retratos
pueda contribuir a que haya, por lo menos, un nuevo lector".
La exposición "200 x 200" ha sido patrocinada por la Secretaría General Iberoamericana (Segib), cuyo titular, Enrique Iglesias,
dice en el catálogo de la muestra que "la obra de Mordzinsky abre las
puertas del universo de los escritores", con "la complicidad que se
establece entre el fotógrafo y el personaje retratado".
Según
Iglesias, el trabajo del fotógrafo argentino "edifica un atlas de la
literatura iberoamericana, que permite descubrir a los escritores desde
una nueva perspectiva artística".
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