La literatura de viajes tiene nombre propio: Paul Theroux. El Tao del viajero reúne las lecturas que le lanzaron a recorrer los cuatro puntos cardinales
Paul Theroux, autor de El Tao del viajero reúne las lecturas que le lanzaron a recorrer los cuatro puntos cardinales. foto.fuente:abc.es |
Para
cualquier mortal, cincuenta años de viajes en la mochila –de aventura
en aventura, de experiencia extrema en experiencia extrema y tiro porque
me toca– son muchos. Sin embargo, por Paul Theroux, que celebra tal aniversario, no pasan ni pesan los viajes de uno a otro confín del planeta. El autor de La costa de los mosquitos,
su libro más popular, llevado al cine por Peter Weir y con Harrison
Ford y el malogrado River Phoenix de protagonistas, goza de una salud
intelectual a prueba de desastres naturales y antinaturales, aquella que
aúna sabiduría e ironía. Una guía escueta y fundamental es El Tao del viajero (Alfaguara). Y, para colmo, se declara un enamorado de España y de nuestra lengua. Un placer viajar por sus palabras.
El
«Tao del viajero» no es un libro de viajes al uso, sino un viaje a
través de la literatura de la mano de escritores que han narrado sus
experiencias viajeras.
Es
una antología personal, porque aúna todos los libros de viajes que he
leído y las experiencias que he vivido. Incluidos muchos sobre España,
porque España es un país tan acogedor que hay muchos títulos sobre ella
muy bien hechos. Los ingleses han escrito cosas muy bonitas, así que ese
es uno de los temas que sobresalen en este nuevo libro mío: Gerald Brenan, V. S. Pritchett, lo que se ha escrito sobre Hemingway. También, claro está, hay muchos libros escritos por españoles, como Pío Baroja, Cervantes…, muchos.
Ya que cita a España de primeras, ¿qué piensa de ella y de los españoles?
Los
españoles siempre me han parecido increíblemente amables. La antigua
amabilidad de Europa está muy presente en su país. Preserva una cortesía
cuya tradición se remonta muchos años atrás en la Historia.
Regresemos a su libro. ¿Cuáles son los escritores de viajes que más le interesan?
"En cinco ocasiones me han apuntado con una pistola"
¿Se puede viajar solo a través de la lectura?
Mucha
gente se contenta con leer cosas sobre viajes y satisface su
imaginación; sienten una cierta nostalgia por lugares que nunca han
visto y sobre los que solo han leído. Pero yo diría que el viaje en sí,
la experiencia de viajar, solo es posible si sales de tu casa. El mero
hecho de salir de casa es lo que importa, no hace falta marcharse muy
lejos; basta con ir a un lugar distinto: visitar otro barrio que no sea
el tuyo o un lugar con personas de un nivel económico diferente,
encontrar algo que nada tenga que ver con el sitio del que procedes.
¿Qué prefiere, los viajeros de verdad o los llamados «viajeros de sillón»?
Valoro
a los dos, porque los «viajeros de sillón» leen mis libros y responden;
me encantan. Los viajeros de verdad, los que salen de casa, también me
interesan porque quiero conocer sus experiencias. Los dos son
importantes para mí y los dos tienen curiosidad intelectual. Y la
curiosidad intelectual es una característica muy importante, quizá la
más distintiva, la más civilizada que se puede tener.
Supongo que esta pregunta se la habrán hecho miles de veces: ¿cuál es la diferencia entre un viajero y un turista?
"El museo que más me gusta de todo el mundo es el Museo del Prado"
Imagino
que es mejor viajar con un libro de viajes que con una guía normal y
corriente, pero ¿le han pedido alguna vez que escriba una guía de viajes
al uso?
Sí,
me lo han pedido muchas veces, pero no sé hacerlo. La gente incluso me
pregunta «¿cuál es la playa que más le gusta del mundo?» o «¿cuál es su
restaurante favorito?» o «¿cuál es su hotel favorito?», pero nunca
respondo, porque creo que si señalo cuál es mi playa favorita, se
llenará de gente, o si apunto cuál es mi restaurante favorito, pasará lo
mismo. Por eso siempre digo: «Pregúntenme cuál es mi tercer restaurante
favorito».
¿Por qué el tercero y no el segundo?
Porque el primero y el segundo quiero quedármelos para mí, pero el tercero sí que lo puedo desvelar.
¿Y alguna vez se ha sentido como un turista accidental?
"La vida secreta de un país está en su pornografía"
Siguiendo su discurso, ¿es el primero o el tercero en la lista?
El primero. El tercero sería el Art Institute de Chicago, que está muy bien. El segundo, el Louvre, supongo, o el Rijksmuseum,
pero el Museo del Prado, sin duda, es el número uno. Entras pensando
que vas a ver un par de cuadros, pero todas las salas están llenas de
obras maestras que te dejan absorto. Así que toda persona que va a
Madrid es un turista, porque tiene que probar la comida de los
restaurantes, tiene que ir a ver los museos... Allí no se puede ser un
viajero, porque tienes que hacer todas estas cosas que uno no se puede
ni debe perder. Y a lo mejor conoces a una persona maravillosa y te
enamoras o te roban y tienes un accidente... Ahí es cuando te conviertes
en un viajero.
Le
agradezco sus elogiosas palabras sobre Madrid, pero no es lo mismo ser
un turista o un viajero en una ciudad que vivir en ella.
"Un viajero tiene todo el tiempo del mundo pero no sabe adónde se dirige"
Viajar implica siempre una renuncia, vivir en una suerte de pasado continuo: llegar y marcharse.
Sí,
eso es verdad. Es inevitable. Cuando viajas, siempre estás marchándote
de un lugar… Entablas una amistad, y la dejas atrás. Estás
constantemente abandonando lugares y a personas, así que el viajero
siempre siente pesar, o quizá alegría, al dejar a esas personas atrás.
Los sentimientos de los viajes son muy intensos. El viajero es una
persona optimista que espera conocer a alguien, tener un romance o
encontrar el amor, degustar una buena comida, vivir una experiencia
alegre… Se marcha de su hogar –esa es la cuestión clave– porque el hogar
es un lugar triste, disfuncional y conflictivo, así que uno se quiere
marchar de allí en busca de algo nuevo.
Abandonar y descubrir, ¿las dos reglas fundamentales?
"Los aeropuertos son cárceles temporales. Quieres huir de ellos"
El ferrocarril es su medio de transporte favorito.
Creo
que el placer de los trenes radica en su simplicidad: en un tren puedes
comer, estar sentado, escribir; te puedes enamorar de alguien, dormir;
puedes conocer a alguien y acostarte con esa persona; puedes beber y
luego sentarte y pasar la resaca… y, al mismo tiempo, estás yendo de un
sitio a otro. Puedes vivir la vida en un tren. En un tren de larga
distancia puedes vivir muchas experiencias.
"La vida secreta de EE.UU. habla español, pertenece a los hispanos"
¿Qué
le parece que haya gente que considera que los aeropuertos son las
catedrales del siglo XXI? El escritor y pensador francés Marc Augé los
ha definido como los «no-lugares».
Sí, creo que son un «no-lugar». La razón de ser de un aeropuerto
radica en la temporalidad, pero se podría decir lo mismo de una estación
de tren. La diferencia es que los aeropuertos son lugares cargados de
ansiedad, porque las personas o están llegando o tienen muchas ganas de
llegar, porque llevan tiempo en un avión, o sienten desasosiego porque
están a punto de subirse a un avión. La naturaleza temporal y la
ansiedad definen los aeropuertos. No son, en absoluto, catedrales; más
bien, cárceles temporales, un lugar del que quieres escapar.
Tengo
aquí una cita extraída de otra entrevista suya: «Si solo tuviera
treinta minutos para descubrir cómo es la gente de una ciudad, me iría a
un ‘‘sex shop’’». ¿Podría explicarme esta frase?
No a un sex shop, sino a una tienda que venda pornografía.
¿Cuál es la diferencia?
En los sex shops venden
ropa, aparatos… Pero si alguien quiere descubrir la vida interior de un
país, aquello con lo que sueñan, qué pasa en los dormitorios, cómo son
los hombres, en general... La pornografía siempre es una revelación
(muchas veces una revelación desagradable). Y dije eso porque la
pornografía alemana, la española, la inglesa, la italiana, la mexicana,
la brasileña o la japonesa resultan distintas las unas de otras. La
pornografía alemana resulta incomprensible para un estadounidense, y
supongo que la pornografía estadounidense resulta incomprensible para
alguien que viva en España o en Japón. Pero la vida secreta de un país
está en su pornografía.
¿Piensa que el mundo es mucho más grande de lo que la gente cree o mucho más pequeño de lo que nos podemos imaginar?
Mucho
más grande y más complicado. El error reside en pensar que es pequeño.
Hay gente que dice que el mundo es pequeño y todos estamos conectados,
relacionados. No es verdad.
¿Qué opinión le merecen conceptos como globalización?
Creo
que, en general, la globalización ha tenido consecuencias desastrosas
en muchos sentidos. La globalización e internet. La globalización ha
creado más problemas que los que ha resuelto. E internet y la tecnología
han cambiado la naturaleza de los viajes de forma radical. La
tecnología ha destruido muchas experiencias de viaje.
"No tengo ni cinco ni diez escritores favoritos, sino trescientos"
Aquí
va otra cita suya: «Los libros de viajes que describen experiencias
desagradables son los que más me interesan». ¿Cuál es la experiencia más
desagradable que ha vivido?
Déjeme decir que no se puede ser un escritor de libros de viajes
sin tener muchas experiencias desagradables. Así que el deseo que
alberga en secreto cualquier escritor de libros de viajes es tener
vivencias duras. La más desagradable que he vivido es ver a una persona
muy joven en África, o en Sudamérica, con una pistola en la mano. Podría
ser un niño soldado, un ladrón, un bandido… Es decir, que un chaval de
dieciséis años me apuntara con una pistola. Nada es comparable: que la
comida sea mala, que la cama sea mala, que el barrio sea malo, que no
puedas dormir… Esto me ha pasado cinco veces en mi vida.
Otra
frase entresacada de su libro: «Actualmente la gente piensa que un
móvil es esencial, pero en mi opinión es uno de los principales
obstáculos para disfrutar de los viajes». ¿Qué mete entonces en su
maleta?
Le
voy a ser sincero: yo siempre llevo un móvil, pero intento no usarlo.
¿Qué meto en la maleta? Llevo una radio de onda corta, que me parece
algo muy útil; una radio pequeñita. En Angola, en Namibia o en Sudáfrica
descubrí que puedes comprar un móvil por 20 dólares; es decir, 15
euros. Así puedo llamar a mi mujer y ella me puede llamar a mí. Es
fantástico. Pero en India los que llevan los rickshaws tienen móvil. Los guerreros masáis tienen
una lanza en una mano y un móvil en la otra. Y en Sudamérica hay gente
que está en el campo con el machete cortando maíz, caña de azúcar o
piñas y tiene un móvil. Yo creo que destruye la experiencia de viajar
pero es inevitable. En cuanto a qué es llevo en la maleta, lo menos
posible, porque siempre me toca cargar con ella.
"Los masáis tienen una lanza en una mano y un móvil en la otra"
De
todos los escritores que han escrito sobre viajes y que ha incluido en
el libro, ¿cuál sería su favorito, el que define el auténtico espíritu
de un viajero? El primero, no el tercero en la lista, por favor.
Quizá D. H. Lawrence, porque era novelista, nunca llegó a tener un
hogar y viajó por todas partes: Estados Unidos, México, Europa,
Australia… Es una pregunta complicada porque uno de los motivos por los
que escribí el libro era que la gente solía plantearme esta cuestión:
«¿Cuáles son sus cinco escritores favoritos?» Y yo les contestaba: «No
tengo ni cinco ni diez escritores favoritos, sino trescientos». Así que
elegir a uno solo sería muy difícil, pero D. H. Lawrence estaría el
primero en mi lista, porque era un gran escritor y un gran viajero, y
también una persona infeliz e inquieta, y ese es otro factor importante.
¿Y hablando de países o lugares?
Me
gustan aquellos que siguen teniendo alma, corazón. Y hay muchos países
en el mundo que no decepcionan. India, por ejemplo, es uno. Nadie que
vaya a India con alguna expectativa queda defraudado.
¿Y hay algún lugar al que no volvería en la vida?
"La globalización ha tenido consecuencias desastrosas"
Su nombre ha sido mencionado entre los candidatos al Premio Nobel. Si se lo concedieran, ¿iría a recibirlo?
Lo recibiría con los brazos abiertos, pero no apueste por ello, porque no va a suceder. No sé lo que va a pasar… Mi libro sobre V. S. Naipaul se publicó en España bajo el título La sombra de Naipaul.
Habla de mi concepción de los viajes, de la amistad y de la escritura.
Es uno de mis favoritos entre los libros que he escrito. A Naipaul le
dije: «Vas a ganar el Premio Nobel». Y él me contestó: «No quiero un
Premio Nobel. Nunca voy a ganarlo». Incluso llegó a decir: «Todos los
años, el Comité del Premio Nobel se mea en la literatura».
El Tao del viajero
Paul Theroux
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