La Biblioteca Central de Berlín quiere restituir las bibliotecas expropiadas
Libros robados por los nazis que buscan sus dueños. foto.fuente:elmundo.es |
Los fondos de la Biblioteca Central de Berlín están llenos de libros
robados por los nazis a sus legítimos propietarios y quiere devolverlos.
El problema es que no sabe a quién, ya que los secuaces de Hitler no se
tomaron demasiadas molestias en documentar cuándo y a quién les fueron
expropiados. Por eso está colgando en su página web los datos de más de 200.000 libros, con la esperanza de que los propietarios los identifiquen y los reclamen.
Hasta ahora hay datos expuestos de casi 5.000 ejemplares. No es tarea
fácil porque además de los datos de cualquier listado bibliográfico, es
necesario fotografiar cualquier signo que pueda servir para la identificación, como dedicatorias manuscritas, sellos, firmas o separadores de páginas que se hayan conservado junto con el libro.
"Los lectores alemanes tienen costumbre de identificar los libros de
su biblioteca personal con sellos diseñados por ellos mismos y hemos
reunido una extensa colección de estos sellos que los herederos podrán
identificar fácilmente", señala la responsable de esta misión imposible,
Annette Gerlach. "En otros casos los datos que pueden ayudar en la
búsqueda son muy personales, como la dedicatoria de un
enamorado a su novia, que posiblemente sólo los descendientes, si es que
los hay, podrán reconocer", explica.
La mayoría de los volúmenes no tienen un gran valor económico, pero
la Biblioteca ha considerado que el valor sentimental es enorme, puesto
que la expropiación de libros procede fundamentalmente de bibliotecas
personales que de personas que fueron deportadas a los campos de
concentración o que murieron en las cárceles de la Gestapo. Por eso la
institución considera una responsabilidad pública la operación y está
dedicando importantes recursos a ella. Aquellos libros que no contienen
ninguna marca específica e imposibles de adjudicar a
ningún propietario continuarán manteniendo de momento la clasificación
de "bienes culturales robados" y es posible que, al final del proceso,
junto con el resto de libros que no hayan sido reclamados, pasen a
formar un fondo de consulta pública.
"Las nuevas tecnologías nos permiten ahora abordar esta tarea que
hace sólo unos años se nos presentaba como imposible. Hoy casi
cualquiera puede consultar en internet y nosotros podemos poner a
disposición de todos los datos sobre los libros", dice la responsable
del proyecto, que no teme a la picaresca ni se imagina la posibilidad de
que alguien trate de aprovechar la ocasión reclamando libros que no son
suyos. "Bueno, trataremos de probar en lo posible que
las personas que los reclamen son quienes dicen ser y que su relación
con los libros es real, pero créame que no puedo imaginar que nadie
trate de aprovecharse de algo así".
Todas las expropiaciones tuvieron lugar entre los años 1933 y 1945.
Fueron arrebatados violentamente o expropiados según las leyes
discriminatorias del Tercer Reich. La devolución a sus propietarios de
entonces no es posible en la mayoría de los casos porque fallecieron,
pero "se trata de una obligación moral, al menos intentarlo hasta donde
podamos, y dar la oportunidad a sus descendientes o herederos de recuperar esos bienes",
insiste Gerlach, muy interesada además en el resultado secundario que
obtendrá la Biblioteca Central de Berlín, es establecimiento definitivo
de sus fondos editoriales legítimos y la conciencia tranquila de haber
hecho todo lo posible para devolver lo que no es suyo.
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