"La palabra literaria de Carlos Fuentes jamás sale
ilesa", aseguraba la escritora brasileña Nélida Piñón. Cuando se cumplen
dos meses de la muerte del narrador mexicano nacido en Panamá, las
geografías literarias y humanas de Fuentes serán objeto esta semana de
evocación y homenaje por parte de la Universidad Internacional Menéndez
Pelayo. Narrador "disciplinado", Carlos Fuentes mantuvo en las dos
últimas décadas una intensa relación con la Universidad reflejada en
foros académicos, tribunas literarias y cursos. Premio Internacional
Menéndez Pelayo, su paso por Santander y Santillana del Mar, su
presencia activa en las aulas certificaron su querencia por la vida
cultural y académica generada desde La Magdalena. Además, Fuentes
siempre defendió a Cantabria como un puente natural con América Latina.
Piñón, en la cita celebrada en la Torre Don Borja
hace cinco años, sostenía que la palabra del autor de 'Cambio de piel' "interpreta los dictámenes de la vida, activa la contundente convicción
de que la narrativa conjuga carne y verbo, y de tal simbiosis mestiza
refuerza su saber y su imaginación elocuente".
La muerte de Artemio Cruz, saludada como una obra
maestra y un clásico, es una de las señas de identidad del escritor "culto y universalista", que se rebeló "voluntarioso contra el canon
literario".
Para recordar a este autor "inaugural y transgresor,
de verbo creador y portavoz de las aflicciones humanas sin eludir la
complejidad colectiva", la UIMP y la Fundación Santillana han convocado
este acto en el que intervendrán el rector Salvador Ordóñez; Belisario
Betancur, expresidente de Colombia; Juan Luis Cebrián, escritor y
académico; Gonzalo Celorio, escritor; Julio Ortega, crítico literario;
Jorge Volpi, escritor, y la periodista y Silvia Lemus, viuda de Carlos
Fuentes. Asimismo, asistirán al homenaje dos amigos cercanos de Fuentes:
Leopoldo Rodás y Plácido Arango.
Además de su presencia en la trayectoria del ciclo de
los Martes Literarios, que patrocina este periódico, el que fuera uno de
los ejes del boom latinoamericano inauguró, junto a Juan Goytisolo y
el Nobel José Saramago, el primer encuentro internacional 'Lecciones y
maestros', que programó la UIMP junto a la Fundación Santillana. Fuentes
no sólo obtuvo el citado galardón que creó y patrocinó el presidente de
la Fundación Cervantina de México, el publicista santanderino Eulalio
Ferrer, sino que fue uno de los pilares culturales e intelectuales
simbólicos entre su país y Cantabria.
El narrador, integrante de la biografía intelectual de
toda una generación, se sumó con la distinción a la excelsa nómina de
galardonados como Octavio Paz y Ernesto Sabato.
Confesiones creativas
Hacia las siete y media de la mañana se sentaba a
escribir y hacia las doce interrumpía el trabajo, "sabiendo lo que
ignoraba e ignorando lo que sabía". Carlos Fuentes, que eligió el ámbito
académico de la UIMP para prestarse excepcionalmente a hablar de su
vida y su escritura, sostenía que "en el sueño aparecen los muertos que
amamos, los fantasmas de la creación y sus destinatarios".
A su juicio, «soñar es crear» porque en el sueño se dan los estados de la gestación.
El autor de Los años con Laura Díaz, para quien "una
novela quiere añadir algo al mundo, crear realidad no sólo nueva sino
más realidad", subrayaba que su vida era "un libro que se sostiene de
pie gracias a dos pilares: su tío, poeta, que falleció a los 21 años de
tifus, y su hijo, ambos llamados Carlos, "tocayos de la vida", a los que
no sabía si atribuirles lo que escribe. "Ya no sé si lo que escribo me
pertenece o me lo dictan ellos".
Fuentes dejó siempre impresas las huellas de una
escritura profunda y reflexiva. La literatura, opinaba, "mantiene viva
la imaginación y el lenguaje", dos realidades "sin las cuales las
sociedades perecen". Prolífico y batallador, se reinventaba cada día y
nosotros con la lectura de sus geografías literarias.
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