4.7.12

Publicada en Portugal la prosa completa de Álvaro de Campos

Entre 30 y 45 obras de Fernando Pessoa aún han de ver la luz en los próximos 15 años 

Fernando Pessoa, autor de los más famosos heterónimos, incluyendo, por supuesto: Álvaro de Campos.

Prosa de Álvaro de Campos es una de las nuevas joyas que está publicando Jerónimo Pizarro para la editorial Ática. fotos.fuente:lavanguardia.com

Los lectores de Pessoa tienen un nuevo motivo para estar contentos. La editorial Ática publica Prosa de Álvaro de Campos en una edición crítica a cargo de Jerónimo Pizarro, de Antonio Cardiello y con la colaboración de Jorge Uribe. La obra cuenta con prosa publicada en vida del poeta, prosa no publicada, entrevistas, correspondencia, diferentes textos y proyectos. Para los editores, la publicación es comparable a la primera edición del Libro del desasosiego.
Cardiello remarca en este sentido que "la prosa tardía de Campos es contemporánea a la prosa tardía del Libro del desasosiego (un libro que estuvo "dormido" entre 1920 y 1928) y ambos fueron escritos por el mismo autor cuando él ya había conseguido un dominio de su arte. Además, fue el propio Pessoa el que dijo que su semi-heterónimo Bernardo Soares se parecía en "muchas cosas" a su heterónimo".
El investigador recuerda la carta fechada el 13 de enero de 1935 en que Fernando Pessoa dio respuesta, tras ser preguntado por un joven Adolfo Casais Monteiro, a la génesis de los heterónimos y forjaría lo que hoy se conoce como el "día triunfal": "un día en el que finalmente me había dado por vencido –fue el 8 de marzo de 1914– me acerqué a una cómoda alta y, tomando un manojo de papeles, comencé a escribir de pie, como escribo siempre que puedo. Escribí más de treinta poemas seguidos, en una especie de éxtasis cuya naturaleza no conseguiría definir. Fue el día triunfal de mi vida, y nunca podré tener otro igual".
En la carta Pessoa explica que Campos emergía cuando sentía un "súbito deseo de escribir" y precisaba que el "semiheterónimo Bernardo Soares que, por lo demás, se parece en muchas cosas a Álvaro de Campos", aparecía "siempre que estaba cansado y somnoliento" por lo que "su prosa es un constante devaneo".
Para Jorge Uribe, la prosa de Campos "es fundamental tanto para la comprensión de la obra particular de uno de los heterónimos más prolíficos de Fernando Pessoa, como para una perspectiva global de la obra de Pessoa que no deja de sorprender aún a los que hemos dedicado años al estudio del poeta portugués. Campos es versátil, plural. No sólo es el gran poeta de la Oda Triunfal o de la Oda Marítima que el mundo conoció en 1914 y 1915, sino que su capacidad crítica se transforma en una voz organizadora y compiladora del «Drama en Gente»".
Para el investigador, "es a través de uno de lo puntos más altos de la prosa de Campos que el lector puede comprender la complejidad y gran cuidado estético que la escritura heteronímica de Pessoa alcanza. Las Notas para recordar a mi maestro Caeiro son ese punto alto. Llevadas al papel en una última fase de la escritura pessoana, al final de los años veinte y en los primeros años de la década de treinta, las Notas son uno de los epílogos que Pessoa se esforzó por concebir para ese universo gigantesco que su obra resultó ser con el paso del tiempo".
En ellas Campos es un motor de unificación que se reconcilia con la fuerza original que lo fecundó: Caeiro, y al mismo tiempo evalúa las diferencias que lo alejan de su maestro y de los otros discípulos, creando esa distancia necesaria que debe existir entre una y cosa y otra para que estás sean distintas: «Todo es diferente de nosotros y por eso es que todo existe», cita Campos que dijo Caeiro. Campos es diferente de Reis, de Antonio Mora, incluso de Fernando Pessoa, el autor de la Lluvia Oblicua, pasado por tinta para ser un personaje más del simposio en torno al maestro Guardador de Rebaños".
Uribe sostiene que, en las Notas, "Campos se confiesa un monoteísta, pagano como los otros pero con una sensibilidad diferente, y lo que el lector encuentra es que la voz que fuera famosa en un pasado por ser disociadora, provocadora, impertinente y creadora de anarquías, se transforma en alta prosa en el gran reconciliador de la vida en palco de los heterónimos todos en un anhelo sincero por la unidad desde la diferencia".
En este sentido Uribe remarca que "después de leer la prosa de Campos en conjunto, es decir de leer el Ultimátum al lado de la Estética No-Aristotélica y estos textos junto con las Notas para Recordação, Campos no vuelve a ser el mismo, tampoco son los mismo Reis ni Caeiro, y si la lectura es provechosa, tal vez el lector no vuelva a ser el mismo".
Más de 30 obras de Pessoa por publicar
Prosa de Álvaro de Campos es una de las nuevas joyas que está publicando Jerónimo Pizarro para la editorial Ática. Para el investigador colombiano, de los 30.000 documentos del Espolio, se van a publicar "entre dos y tres libros al año durante unos quince años". Lo que supone que entre 30 y 45 obras de Fernando Pessoa aún han de ver la luz, 77 años después de la muerte del escritor portugués.
La literatura debe a Campos uno de los poemas en portugués más importantes del xiglo XX, Tabaquería, un poema que contiene todos los mundos, como si de una Aleph borgiano se tratase. A partir de ahora menos desconocida, la prosa de Campos compite en calidad con la de Bernardo Soares y añade un nuevo elemento al universo Pessoa para deleite de los lectores:
Al sol brillan, en su breve movimiento de glória espuria, los cuerpos juveniles que envejecerán, los trayectos que, como existirán, dejarán ya de existir. Atardece en lo que vemos como en lo que vimos. La Grecia antigua no nos acaricia sino intelectualmente. Dichosos los que naufragan en el sacrificio de la posesión. Son comunes y verdaderos. El sol de la arena hace sudar los gestos de los otros. Los poetas nos cantan antes de que caiga todo el sol. Son todos peces en un acuario cuidado más allá del cristal por una inteligencia que no los toca. Y la belleza de ellos, como la de todo, es un movimiento desde detrás de un vidiro, un brillo de cuerpo dogmatizado por la clausura.

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