Un modelo matemático sugiere que el estilo literario del pasado tiene cada vez menos importancia en la producción de los autores actuales
Charles Dickens, su influencia literaria y su estilo, aún permea a muchos nuevos escritores. foto.fuente:elespectador.com |
Enterrar el pasado. O al menos olvidarlo bastante. Un estudio
conducido por científicos de la Universidad de Dartmouth, en Estados
Unidos, asegura que la influencia literaria (en cuanto a estilo) es un
factor que ha disminuido rápidamente entre las generaciones modernas de
escritores.
“Lo que los datos muestran es que la capacidad de un
autor para influenciar a quien escribe después de su tiempo ha decaído
dramáticamente. Los escritores actuales suelen estar mucho menos
influenciados por los de antes. Y esto es más intenso entre más tiempo
separa a los autores”, le dijo a este diario Daniel Rockmore, director
del Departamento de Matemáticas de la universidad y líder de la
investigación.
El cuerpo de trabajo del estudio estuvo compuesto
por 537 autores de entre 1550 y 1952, presentes en el Proyecto
Gutenberg, una biblioteca en línea que digitaliza la obra de escritores
sobre quienes ya no aplican derechos de autor.
El método, en
palabras sencillas, consistió en tomar una lista de 7.733 palabras
“libres de contenido” de los autores comprendidos entre 1550 y 1783 y
ver con qué frecuencia aparecían en las obras de los escritores cuyos
trabajos datan de 1784 a 1952. “Las palabras libres de contenido son una
especie de pegante de la sintaxis; son términos que no poseen mayor
significado per se, pero que forman el puente que une a las palabras que
sí lo tienen. Su uso frecuente es una forma de determinar el rastro de
un estilo”, se lee en el estudio.
“Matemáticamente se puede
establecer qué distancia hay entre la lista de palabras y los autores
actuales, y así es posible ofrecer, desde los datos, una medición de
cuánto ha cambiado el estilo. No es un modelo perfecto, por supuesto”,
asegura Rockmore.
El empleo de modelos matemáticos en estudios del
campo de las humanidades no es algo nuevo, aunque este estudio en
particular sí es el primero en analizar desde las ciencias exactas la
forma como cambia el estilo literario a través del tiempo.
Pero
una cosa es la influencia en el estilo y otra, la influencia literaria.
La primera puede pasar una revisión estadística, una modelación
matemática, mientras que la segunda requiere de un ojo cuantitativo. “No
todo es medible con números. Decir que los clásicos no tienen
importancia hoy en día no es acertado. La importancia de un trabajo se
va determinando con el tiempo”, opina Ana María Aragón, profesora de la
Universidad Javeriana y dueña de la librería Casa Tomada.
La
producción masiva de libros es uno de los factores que el equipo
investigador (integrado por un biólogo evolutivo y dos científicos en
computación, además de Rockmore) señala como posible causa de que el
estilo anterior, por llamarlo de alguna forma, pierda su poder de
influencia. Esta variable funciona en dos sentidos: uno, que una menor
cantidad de material permitía a los autores leer obras más antiguas y
hacer una especie de escaneo más completo del pasado, lo cual influía en
el estilo del momento; la otra hipótesis plantea que ante una mayor
circulación de obras actuales, los autores se enfocan más en estos
trabajos y, por ende, su estilo parte de bases más modernas.
La
decadencia en la influencia que los estilos literarios actuales ejercen
sobre las obras futuras plantea preguntas interesantes acerca del peso
que tienen conceptos como el canon o la evolución misma de la estética.
“Una de las hipótesis que desarrollamos para explicar nuestros
resultados es que, dada la abundancia de material, aquello que conocemos
como canon puede diluirse con el tiempo: es cada vez más difícil
ponerse de acuerdo acerca de cuáles son los escritores que hay que
leer”, dice Rockmore.
La influencia literaria es un asunto
controvertido. Al respecto, Jorge Luis Borges sostuvo que cada autor
crea a sus propios precursores. En una canción se escucha: “Todo artista
es un caníbal, todo poeta, un ladrón”.
“La literatura es una
forma de expresión cuya estructura temporal, tanto en el contenido como
en el estilo, provee un récord histórico de la evolución de la cultura”,
se lee en la introducción del estudio. En esta línea de pensamiento,
los resultados de la investigación plantean interrogantes acerca del
camino que tomará una producción cultural cuyo mayor referente es ella
misma.
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