Ha dejado entrever que en Cervantes encontró cuando joven palabras que, de algún modo, para él no eran del todo desconocidas. Pues la literatura viaja sin tiempo por el tiempo
"A José Emilio Pacheco los agradecimientos se le acumulan. El próximo viernes recogerá en la Universidad de Alcalá de Henares el Premio Cervantes 2009. Y desde que le fue concedido el pasado mes de diciembre no ha vuelto a escribir: "Mi próxima batalla es sobrevivir a esta semana. No hay quien resista a lo que arrastra el Cervantes. Es gratificante pero aterrador. Supongo que si se lo dieran a escritores más jóvenes sabrían cómo divertirse. Yo necesito para trabajar una cierta tranquilidad. Y ahora, felizmente, no la tengo. No estoy acostumbrado a tanto revuelo a mi alrededor. A mí es la primera vez que me pasa. Qué voy a escribir yo ahora".Lo ha dicho hoy Pacheco, acompañado de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en un encuentro con la prensa moderado por el periodista y poeta Ignacio Elguero, director de RNE 1. Amable, caótico en su elegancia, sobrepasado aunque conversador, el autor de 'La edad de las tinieblas' (Visor), ha estrenado también nueva edición de su poesía completa, 'Tarde o temprano. Poemas 1958-2009', publicada por Tusquets. "Ayer no más vi el volumen un instante. Ahí están mis 50 años en la poesía. Veo la idea de las obras completas con algo de sarcófago, ciertamente".
La ironía acompaña el discurso lúcido y contundente de José Emilio Pacheco. Hay algo de desastre lírico en su forma de pisar el mundo. Y ha ido repasando obsesiones y entusiasmos en una singular rueda de prensa donde González-Sinde ha ejercido también de interrogadora:
- En su obra hay también algo de fabulación, dijo la ministra.
- Claro, cómo no. Es más, yo empecé a escribir de pequeño narrativa. A los seis años, más o menos. Años después, a los 12 o los 13 fui haciendo poemas. Pero no sabría decir por qué... Al final he pasado medio siglo escribiendo poesía. ¿Y para qué? Pues sospecho que para estar medio siglo escribiendo poemas. La poesía es un vicio como la cocaína. Uno tiene que trabajar en algo más para costeársela.
Entre respuestas y reflexiones que venían de nadie sabe muy bien dónde, Pacheco ha leído algunos de sus textos para decir de otro modo lo que ya estaba diciendo. Repasando títulos como 'La gota', 'Juego de niños' o 'Reunión de antiguos alumnos'. Viejos versos conocidos, otros casi inéditos "porque es la primera vez que los leo en público".
Del discurso que el próximo viernes leerá en Alcalá no descubrió casi nada. "Eso es algo que me han dicho que es inviolable", ha afirmado muy ceñido a norma. Pero sí ha dejado entrever que en Cervantes encontró cuando joven palabras que, de algún modo, para él no eran del todo desconocidas. Pues la literatura viaja sin tiempo por el tiempo.
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