El México de hoy desde la mirada única de Carlos Fuentes, en Adán en Edén
'Adán en Edén', la novela más reciente de Carlos Fuentes, es muy mexicana, pero podría ser muy colombiana; tal vez por aquello de la colombianización de México, un cliché que poco a poco ha ido haciendo carrera entre los analistas del proceso de violencia, narcotráfico y corrupción que vive ese país.
Lo cierto es que, aunque duela, la realidad nuestra supera la ficción y no deja de ser una tentación para cualquier mente creativa. El filón es grande. Lo sabe, no solo por su gran talento, sino por su profundo conocimiento de nuestra realidad. Ya en una novela anterior y en un alarde de futurismo literario, se había lanzado al agua asegurando que Juan Manuel Santos sería presidente de Colombia en la segunda década del nuevo milenio.
Ahora, el gran escritor mexicano se convierte, probablemente, en el primer autor en llevar los falsos positivos a la narrativa continental. En 'Adá en Edén' registra el siguiente párrafo: "Recuerdo que en Colombia se dio el caso de los llamados 'falsos positivos', o sea ejecuciones extrajudiciales de jóvenes presentados como guerrilleros con el propósito, mortalmente estadístico, de demostrar que la fuerza pública actuaba con eficacia contra la guerrilla. Cuando no se capturaban guerrilleros, se improvisaban cadáveres de jóvenes inocentes y se presentaban como guerrilleros -como eran jóvenes muy humildes, se los devolvían a sus familiares ¿Quién iba a protestar? ¿Quién iba a demandar? Mi jardinero tampoco". Una reflexión que hace Adán Gorozpe, el narrador de libro, un arribista típico, inmoral, corrupto y sagaz. Un hombre que viene del poder económico y se deja tentar por el poder político.
Gorozpe habla de los 'falso positivos' porque esa es una de las estrategias de su rival, el aún más oscuro y tenebroso Adán Góngora, ministro de la seguridad nacional. Góngora es un oficial que, a pesar de estar aliado con los peores mafiosos de su país, se ha convertido en un auténtico héroe nacional por sus logros al combatir el crimen. Sus méritos pasan, obviamente por una gran cuota de 'falsos positivos', atropellos a los derechos humanos y decomisos pactados con los criminales. Cualquier parecido con realidades que todos conocimos es pura coincidencia.
Los destinos de Góngora y Gorozpe se cruzan porque la esposa del segundo, la hija de un industrioso empresario del sector panificador, se enamora del ministro corrupto, mientras que Gorozpe, se ocupa de ocultar sus infidelidades con la bella Ele, su verdadero gran amor.
La novela no es más que una mirada ácida de las democracias latinoamericanos y sus hipocresías, sus mentiras vestidas de realidades y logros ficticios y sus frecuentes manipulaciones de la verdad y las estadísticas."
A manera de anécdota es curiosa la charla que en un capítulo sostienen el recientemente fallecido Tomás Eloy Martínez y Sergio Ramírez alrededor de las imposturas políticas en sus respectivos países, Nicaragua y Argentina, y como, "descubren", sorprendidos, que ambas se parecen, como la de Colombia y México, lo cual nos lleva al comienzo de todo y convierte a 'Adán en Edén' en una novela urgente."
Adán en Eden
Carlos Fuentes
Alfaguara
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