8.3.14

Nace una nueva editorial digital que huele a papel

Se ofrece una figura tridimensional que el propio lector puede montar  

Equilibrio editorial:libro digital y papel./lavanguardia.com

Con el avance del libro digital, que cada vez acumula más adeptos, los amantes más nostálgicos de la lectura en papel se preguntan dónde quedará el inconfundible olor que se desprende de las páginas de un libro. Un conflicto para el cual la nueva editorial Fotolito Books ha encontrado un equilibrio.
Esta editorial nace para aportar a los libros digitales algunas de las carencias que presenta respecto a su homólogo: un contenido tangible y, por supuesto, el aroma del papel.
"Queremos dar la posibilidad de que exista el libro digital de regalo", explica a Efe una de sus fundadoras, Tatiana Vargas, quien forma parte de un joven equipo que ha empezado a dar sus primeros pasos en Madrid y Barcelona, pero que tienen como siguiente objetivo llegar a toda España.
Los "fotolitos" son "packs" con una cuidada presentación, dentro de los cuales se incluyen un código para la descarga del libro elegido -en formato digital- y además, ilustraciones relacionadas con este, así como una pequeña manualidad: una figura tridimensional que el propio lector puede montar.
"Esto permite reinterpretar la obra en chiquitito, darle una corporalidad", indica Vargas, sobre un elemento que, según sus palabras, ayuda a "prolongar la experiencia" de quien compre uno de sus productos.
Carolina Pellicer, especializada en papel, es la artista responsable de las pequeñas obras que, desde la editorial, esperan que pronto encuentren un espacio en las casas de los lectores. Y que las figuras en 3D pasen a decorar sus mesitas de noche o que de sus neveras se cuelguen las ilustraciones.
Por eso, explica Vargas, el criterio para seleccionar sus títulos no solo se basa en el "valor literario" del texto, sino que también en que este "contenga un elemento visual y que desaten la imaginación".
El proceso, de Kafka, y una selección de relatos de Edgar Allan Poe son las dos obras con las que Fotolito se ha lanzado al mercado, iniciando así un catálogo basado en los clásicos que irán ampliando, estima la editora, con "un par de títulos al año", aproximadamente.
Nacen en un contexto de crisis, pero Vargas también ve en ello un lado positivo: "Nosotros no tenemos que entrar en todas las luchas en las que están las editoriales. No hemos tenido que adaptarnos, sino que hemos nacido ahí y podemos verlo todo con ojos nuevos".
Suma, no restes, es el concepto que manejan y que define su concepción del mundo editorial actual: "El libro digital no tiene que ser rival del físico. Posee otras ventajas, pero una cosa no tiene que comerse a la otra".
La piratería afecta al sector, al igual que pasa en otras ramas de la cultura, pero en este sentido Vargas ve que parte de la culpa reside en el "descuido" de algunas editoriales y en su ambición por "rebajar costes", lo que ha afectado a aspectos como "los soportes, la calidad de los materiales o la maquetación".
"Creo que la manera de combatirlo es ofrecer algo más", afirma Vargas, quien se enfrenta a este nuevo reto junto al resto del equipo en mitad de una situación difícil, pero en la que se sienten, bromea la editora, "temerariamente fuertes".

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