El diario francés se hizo eco de las críticas por el sesgo político de la elección de autores para el Salón del Libro de París
Porteños. La ciudad tuvo su stand en París hasta 2013./Victor Sokolowic./revista Ñ |
Pasado mañana la presidenta Cristina Kirchner inauguará la 33
edición del Salón del Libro de París, el encuentro editorial más
importante de Francia, donde la Argentina será invitada de honor. La
expectativa es grande, igual que la polémica que suscita desde hace
algunos meses la lista de 50 autores invitados por el gobierno nacional.
Anteayer, Ricardo Piglia anunció que no iría a pesar de que ya estaba
confirmado en la programación del encuentro.
Los medios
franceses siguen con atención las acusaciones cruzadas de este lado del
Atlántico. Ayer, el diario Le Monde le dedicó espacio a las tensiones
que se viven de este lado del Atlántico. “La selección de los autores
desató polémica por la sintomática polarización política del país,
puesto que la lista tiene fuertes partidarios del gobierno, mientras que
otros intelectuales conocidos por sus críticas a la presidenta no
fueron incluidos”, señaló en el artículo titulado “La Argentina suscita
polémica en el Salón del Libro”. El periódico, el más importante de
Francia, se hizo eco de los testimonios de Martín Caparrós y Beatriz
Sarlo, dos de las ausencias más llamativas. Para el autor de Valfierno, el criterio oficial fue la “lealtad al gobierno (de los autores) o que por lo menos fueran inocuos políticamente”.
Le Monde
calificó como “inexplicables” las ausencias de Rodrigo Fresán y
Edgardo Cozarinsky y enfatizó en las presencias de los funcionarios
oficiales y miembros de Carta Abierta, Ricardo Forster y Horacio
González y la del “teórico del populismo” Ernesto Laclau.
Luego de
recordar la tormentosa relación del primer peronismo con la
intelectualidad –como el autoexilio de Cortázar y el hostigamiento a
Borges– Le Monde rescató la inversión científica y académica
durante los gobiernos kirchneristas, aunque recordó en alusión a ellos
la cita de Borges: “Los peronistas no son ni buenos ni malos, son
incorregibles”.
En febrero, la prestigiosa revista Le Nouvel Observateur
había tomado nota de las tensiones crecientes alrededor del Salón con
un título más duro: “Los autores opositores no van a París”. Ayer, Le Figaro
–el diario más antiguo de Francia– señaló que París se prepara para su
hora argentina, “pero no por el Salón del Libro, sino porque escribirá
la saga político-financiera más desconcertante de la temporada”, señaló
en alusión a la renegociación que impulsa Cristina con el Club de París.
Controversia argentina en París
La renuncia de Ricardo Piglia a acudir al Salón del Libro y las denuncias de injerencias políticas enturbian la gran cita editorial
Hollande y la ministra francesa de Cultura inauguran el Salón de 2013. / Michel Euler./elpais.com |
La composición de la embajada argentina en el próximo Salón del Libro de París
(del 21 al 24 de marzo) ha puesto en pie toda una controversia de
ingrediente cultural y político. La ausencia en el Salón —que tendrá a
Argentina como país invitado en el año en que se conmemora el centenario
de Julio Cortázar— de escritores como Ricardo Piglia, Rodrigo Fresán, Martín Caparrós o Pola Oloixarac
por lo que algunos de ellos consideran motivos de “injerencia política”
del gobierno Kirchner chocó ayer con la airada reacción del director
del Salón, Bertrand Morisset.
Morisset negó que el gobierno argentino hubiera efectuado presión
alguna en la confección de listas y, en concreto, reaccionó con furia,
en declaraciones a EL PAÍS, al
desistimiento de Ricardo Piglia. Este anunció su renuncia a participar
en la feria literaria aduciendo “cuestiones literarias”. Piglia formaba
parte de la lista inicial de 30 autores consensuada por el ministerio de
Cultura argentino con la Feria de París, que inaugurará el próximo
jueves la presidenta Cristina Kirchner.
A través de una nota enviada al diario Clarín,
el novelista explicó así su renuncia: “Ahora viajan los escritores,
cuando son los libros los que tienen que viajar. La decisión de no
asistir al Salón del Libro de París responde a cuestiones literarias y
no tiene nada que ver con el debate argentino actual, que convierte a la
cultura en parte del enfrentamiento político (por no decir electoral)
sin tener en cuenta su particularidad”.
En conversación con este diario, Morisset explicaba ayer: “Piglia
aceptó la invitación y exigió condiciones desmesuradas para venir a
París”, y añadía: “La política de la silla vacía es una cobardía. Si el
señor Piglia quiere criticar a los Kirchner, que venga a París y lo
haga. Aquí no se censura a nadie. Había aceptado venir pero puso unas
condiciones dignas de una estrella del rock. El señor Piglia es
deshonesto, ha insultado al Salón del Libro, a sus editores de Gallimard y al público francés”.
En su declaración, Piglia contaba que comunicó su decisión a la feria
hace un mes: “Discutí mi participación con los organizadores a partir
de septiembre, sin llegar a un acuerdo, y por eso, a mediados de
febrero, informé sobre mi decisión de no viajar”.
Morisset explica que la selección de autores invitados por la feria
se elabora con “criterios objetivos basados en la calidad, las
traducciones al francés y la actualidad editorial de los autores”. El
director matiza que una comisión mixta formada por dirigentes de los
ministerios de Cultura de Argentina y Francia consensuó “una primera
lista de 50 o 60 escritores”, y que esa lista se redujo luego a 30
autores, “todos ellos publicados y traducidos en Francia o bien con obra
reciente”.
Morisset aclara que el Salón invita a esas 30 personas “pagando los
gastos al 50% con el país invitado”. Y explica que, luego, el secretario
de Estado de Cultura argentino eligió por su cuenta a 18 autores más
con criterios, sostiene, “que nosotros desconocemos por completo”.
La delegación argentina estará formada por unos 45 autores, ya que a
la baja de Piglia se suman la de Alberto Manguel, por problemas de
salud, la del filósofo y narrador José Pablo Feinmann, y la de Alain
Pauls, que según Morisset espera el inminente nacimiento de un hijo.
Otras ausencias destacables, sobre las que Morisset no quiso
pronunciarse, son las de Edgardo Cozarinsky, Rodrigo Fresán o Marcelo
Cohen. En este sentido, un portavoz de Éditions du Seuil, la editora en Francia de la obra de Fresán, declaraba recientemente al semanario francés Le Nouvel Observateur:
“Es alucinante que no hayan invitado a Rodrigo Fresán”. El escritor
Martín Caparrós también dejó ver recientemente su malestar, al asegurar
que su nombre había sido tachado de la lista “por razones políticas”,
siempre según la revista francesa.
La selección está formada por una nómina de escritores diversa: buena
parte de ellos tiene obra traducida al francés y otros son jóvenes que
intentan abrirse camino. Entre ellos están: Alicia Dujovne Ortiz, Pablo
de Santis, Martín Kohan, Tununa Mercado, Claudia Piñeiro, Quino,
Mempo Giardinelli, Luisa Futoransky, Horacio González, director de la
Biblioteca Nacional, o Ricardo Forster, presidente del colectivo Carta
Abierta, entre otros.
Algunos escritores expresaron su punto de vista en Clarín.
Dujovne Ortiz dijo: “Es inexplicable que no haya sido invitado Edgardo
Cozarinsky, uno de los escritores que más ha trabajado en Francia”. Y
para la escritora Claudia Piñeiro, que sí estará en París, “si hubo
gente censurada está muy bien que se denuncie y es lamentable que haya
sucedido”
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