Se inaugura una exposición con fondos digitalizados de la cultura judía y documentos de Stefan Zweig, Walter Benjamin y Franz Kafka
Uno de los documentos que podrán verse en la muestra./
BNI./elmundo.es
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Un mapa de conexiones neuronales, una copia de la distribución del
conocimiento en nuestro propio cerebro. Eso es lo que ha tratado de
construir la exposición interactiva 'La Biblioteca Nacional de Israel:
depósito de memoria', inaugurada este miércoles en la Casa del Lector.
La muestra reúne cientos de documentos digitalizados sobre la historia del pueblo judío y las ramificaciones de su cultura en todo el mundo, y es posible acceder a ella a través de dispositivos móviles y tabletas.
Una serie de códigos QR situados en la Casa del Lector, el punto de
partida 'físico' del recorrido, transporta al visitante a una geografía
virtual en la que encontrarán imágenes, textos, vídeos y archivos
sonoros. Podrá circular libremente, "decidir dónde quiere empezar y
terminar, el tiempo que le va a dedicar y los diferentes niveles que
quiere explorar", ha explicado Oren Weinberg, Director de la Biblioteca
Nacional de Israel (BNI), durante la presentación. "Podrá escoger el
pasillo en el que se quiere meter y las salas en las que quiere entrar",
continuaba Milka Levy-Rubian, comisaria de la muestra y responsable de
Humanidades de la institución.
Algunos de esos 'pasillos' exploran los escritos teológicos de Isaac Newton que
están en poder del archivo israelí (incluida su previsión del fin del
mundo para el año 2060), mapas de Tierra Santa y Jerusalén, comentarios
de Maimónides sobre la Mishná (el texto canónico de la Ley Judía) y la
historia de la Torá española. También documentos de intelectuales como
Stefan Zweig (como su carta de suicidio), Walter Benjamin y
Franz Kafka, cuya huella trascendió de la cultura judía a la universal.
Dos de ellos se han digitalizado por primera vez para esta ocasión.
Cartas y voces
La primera es una carta de Zweig a su editor, Rudolf Kayser, en la
que le confiesa que planea marcharse de Salzburgo: corre el año 1933 y
el antisemitismo de la ciudad le asfixia. La segunda es un informe
judicial español sobre el 'suicidio' de Walter Benjamin en 1940. El
pensador judío había cruzado la frontera con Francia huyendo de los
nazis, y poco después murió misteriosamente en el pueblo catalán de Port
Bou. "La muestra pretende presentar la esencia de una multitud de voces
del pasado que se han reunido a lo largo de los siglos en la
biblioteca", asegura Levy-Rubian. "Tras más de 2.000 años en la
diáspora", señala el catálogo de la exposición, "tesoros procedentes de Yemen, Europa Oriental, América o Afganistán
pudieron reunirse bajo el mismo techo, el de la Biblioteca Nacional de
Israel". La institución se creó, bajo otro nombre, en 1892.
"Reivindicar la ascendencia de un pueblo", explicó Molina citando el
último libro que Amos Oz ha escritor junto a su hija, no es sólo
reivindicar "sus piedras, sus clanes y sus cromosomas", sino la relación
que tiene y ha tenido con su palabra. Esta muestra forma parte del
proyecto 'Biblioteca: historia geográfica de una idea', que persigue dos
objetivos: acercar al público español los tesoros de importantes archivos extranjeros y ver cómo se están adaptando a la revolución tecnológica en curso.
"Queremos renovar la comprensión de nuestros fondos y democratizar el
acceso físico y digital a nuestras colecciones", puso como ejemplo el
director de la BNI. "Las demandas y las oportunidades de la nueva era de
la información están cambiando la forma en la que se organizan las
bibliotecas". El momento exige más apertura y menos jerarquía.
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