La eterna compañera del premio Nobel colombiano llega a los 80 años
En sus 54 años de casados, Gabo y Mercedes han desarrollado un sentimiento cómplice con la mirada./eltiempo.com
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Hay almas que parecieran tener sus caminos predestinados, como le
ocurrió a Gabriel García Márquez con su esposa, Mercedes Barcha, quien
esta semana fue objeto de múltiples homenajes, con motivo de sus 80
años.
El escritor cataquero dice que desde que la conoció supo que ella
sería su esposa. Sin embargo, por situaciones de la vida de ambos,
tuvieron que pasar muchos años antes de que Mercedes le diera el 'sí',
el 21 de marzo de 1958, a las 11 de la mañana en la iglesia del Perpetuo
Socorro, de Barranquilla.
Para la gran mayoría de sus amigos, 'La Gaba' -como la llaman
cariñosamente- ha sido, sin duda, el polo a tierra que le permitió al
premio Nobel colombiano volar con su imaginación por universos
literarios y mágicos.
"Ella ha jugado el papel de la Beatriz de Dante, solo que Gabo logró
casarse con su Beatriz y vivir más de 50 años a su lado. Él ya era un
genio cuando se casaron, pero sin Mercedes no habría logrado hacer todo
lo que después consiguió en la literatura y en la vida", le comentó a
este diario el escritor inglés Gerald Martin, autor de la biografía
'Gabriel García Márquez: una vida'.
Para el escritor y periodista Plinio Apuleyo Mendoza, amigo cercano
de la pareja y padrino del primero de sus hijos, el cineasta Rodrigo
García Barcha, el papel de Mercedes ha sido vital: "Ella se ocupa de la
realidad que él no maneja, las finanzas, el hogar, la vida social, los
viajes".
Por eso, para el cineasta y documentalista Rodrigo Castaño, quien
prácticamente creció en los pasillos de casa de la familia García Barcha
debido a la estrecha amistad de sus padres, el periodista radial Álvaro
Castaño y la presentadora de televisión Gloria Valencia de Castaño,
"Mercedes es la gran novela de Gabo. Yo creo que ha sido completamente
incondicional, pero con los pies en la tierra, mientras que Gabo,
afortunadamente para todos, es la fantasía".
Martin recuerda que, mientras realizaba la investigación sobre la
vida del autor de 'Cien años de soledad', tuvo la oportunidad de
entrevistarse con Fidel Castro y Felipe González, entre otros. "Ambos
coincidieron en que en esa pareja no fue Mercedes la afortunada sino
Gabo, ganador de la lotería".
Un regalo de la vida que Gabo conoció en Magangué (Bolívar), a
principios de la década de 1940, cuando Mercedes era apenas una niña de 9
años, y él estaba próximo a irse a estudiar a Zipaquirá. Sus vidas han
sido un sucesión de gratas coincidencias.
Mercedes Raquel Barcha Pardo nació el 6 de noviembre de 1932 y, al
igual que Gabo -cuenta Martin en su biografía-, fue la primogénita de
los seis hijos que tuvo Raquel Pardo López, descendiente de una familia
de ganaderos, y el farmaceuta Demetrio Barcha Velilla, cuyos ancestros
fueron emigrantes que provenían de Oriente Medio.
"De allí es de suponer la 'sigilosa belleza de una serpiente del
Nilo', de Mercedes", anota Martin, al aludir a la manera como Gabo
describe a 'Mercedes, la boticaria' en 'Cien años de soledad': "la mujer
sigilosa y silenciosa, de cuello esbelto y ojos adormecidos".
El libro de Martin recrea escenas de su infancia: "En aquella época,
ayudaba ya en la farmacia de la familia, y los niños García Márquez a
menudo la veían cuando iban a hacerle recados a su padre. Todos ellos
advirtieron, entonces y más adelante, que Mercedes tenía un fuerte
concepto de sí misma y que ejercía una autoridad sosegada".
'Es muda'
De los días de su boda, Mendoza recuerda que su amigo 'Gabito' había
pedido un permiso de ocho días a la revista venezolana 'Momento', en
donde trabajaba. "Cuando apareció con ella, encontramos en el aeropuerto
a una muchacha muy delgada, tímida, morena, de ojos rasgados, que
hablaba muy poco. Tal vez quedó intimidada porque de pronto la
introdujimos en nuestra familia (almorzaba en casa de mi papá con todos
nosotros, desconocidos para ella). 'Es muda', decían mis hermanas. Pero
su timidez desapareció cuando al domingo siguiente a su llegada los
llevé, a ella y a Gabo, a un club de la playa. Almorzando, les dije:
'Espero que estén dedicados a fabricar un niño'. Ella sonrió y habló por
primera vez: 'Sí, y tú vas a ser el padrino' ".
"Yo destacaría su inteligencia, la discreción, la elegancia, la
dignidad, y -muy importante para Gabo, me imagino- ha sabido seguir
siendo la niña que él conoció cuando tenía apenas 9 años", agrega
Martin.
"Considero que 'La Gaba' ha sido la esposa ejemplar, en el sentido de
anticiparse siempre a complacer a Gabo con la palabra, con el
pensamiento, con la conducta y con el silencio, sobre todo. Es una mujer
enormemente discreta. Ha sabido desaparecer a tiempo para que Gabo se
proyecte en su verdadera dimensión. Ella mide cuidadosamente la
distancia, no ocupa posiciones que no le corresponden. Yo la he admirado
siempre por eso", comenta su amigo Álvaro Castaño Castillo.
Quizás por eso, nunca ha sido amiga de las entrevistas. Son muy pocas
las que ha dado en su vida, como recuerda Martin, quien tuvo el honor
de lograr una.
"Llegué a hablar con ella en 1991. Cuando entró -como una carabela a todo vapor- a una fiesta familiar en Cartagena, su inesperada aparición me deslumbró y me aterró. Después estuve con ella en algún restaurante. Con diez o doce whiskies a bordo, me atreví a pedirle una entrevista. 'Depende de Gabo', me dijo. Dos días más tarde me informó que Gabo -desde Los Ángeles- le había respondido: 'Bueno, supongo que finalmente voy a saber lo que piensas de mí'. Así que tuve tres horas de conversación, sin su esposo, en su propio apartamento en Cartagena, con una mujer hermosa, muy sexy y muy inteligente, cuyas opiniones -fuertes y perspicaces- me impactaron mucho y me sorprendieron", comenta el biógrafo inglés.
"Llegué a hablar con ella en 1991. Cuando entró -como una carabela a todo vapor- a una fiesta familiar en Cartagena, su inesperada aparición me deslumbró y me aterró. Después estuve con ella en algún restaurante. Con diez o doce whiskies a bordo, me atreví a pedirle una entrevista. 'Depende de Gabo', me dijo. Dos días más tarde me informó que Gabo -desde Los Ángeles- le había respondido: 'Bueno, supongo que finalmente voy a saber lo que piensas de mí'. Así que tuve tres horas de conversación, sin su esposo, en su propio apartamento en Cartagena, con una mujer hermosa, muy sexy y muy inteligente, cuyas opiniones -fuertes y perspicaces- me impactaron mucho y me sorprendieron", comenta el biógrafo inglés.
Sin embargo, de puertas para adentro, en la intimidad de sus amigos y
su familia, Mercedes deja aflorar por completo esa otra faceta alegre y
rumbera de su personalidad costeña.
"Adema de discreta, Mercedes es una maravillosa madre de sus hijos,
Rodrigo y Gonzalo, y una abuela generosísima. Pero, además, es la mejor
amiga de sus amigos y la más desprendida de los objetos materiales.
Feliz regala los zapatos que solo usó dos veces, porque es, ante todo,
una recicladora de cariño", anota Rodrigo Castaño.
Entre sus gustos, se destaca el ser una gran comensal y disfrutar los
vinos finos, con su inseparable cigarrillo. Vive al tanto de todo lo
que pasa en Colombia; desde muy temprano consulta la prensa nacional y
tiene una gran red de buenos amigos que la mantienen informada de todo.
Además, ha sido siempre la primera lectora y la inspiración de Gabo,
quien encontraba en ella la consejera principal de su trabajo.
La escritora mexicana Elena Poniatowska recuerda, en la biografía de
Martin, que cuando iba a salir 'Cien años de soledad' Gabo había sido
invitado por el Ministerio de Asuntos Exteriores mexicano a dar una
charla. En lugar de eso, el escritor cataquero aprovechó para 'medirle
la temperatura' a su obra cumbre, leyendo un fragmento.
"Cuando terminé y bajé del escenario, la primera persona que me
abrazó fue Mercedes, con una cara -yo tengo la impresión de que desde
que me casé, ese es el único día en que me di cuenta de que Mercedes me
quería- porque me miró ¡con una cara!... Ella tenía por lo menos un año
de estar llevando los recursos de la casa para que yo pudiera escribir, y
el día de la lectura la expresión en su rostro me dio la gran seguridad
de que el libro iba por donde tenía que ir", le comentó Gabo a su amiga
Poniatowska.
Si hay algo que adora Mercedes es celebrar su cumpleaños. Por eso,
'Gabito', en varias oportunidades, le ha tenido de sorpresa más de una
parranda vallenata rodeada de amigos y familiares. "Son la mejor pareja
de baile", dice Rodrigo Castaño, quien se ha gozado varias de esas
veladas inolvidables.
Como ya lo sospecha Castaño, esta semana de celebraciones no es nada
para lo que seguirá: "'La Gaba' estaba feliz de celebrar sus 80 años, y
de seguro que va a ser un jubileo que va a durar todo el año.
Cien años de soledad o El Embrujo de la Palabra en la Novela Total
*85 años de Gloria. 45 años de la publicación de Cien años de soledad. 30 años del otorgamiento del Premio Nobel de Literatura. Café Literario Bibliófilos: Cien años de soledad o el Embrujo de la Palabra en La Novela Total. Sábado 17 de Noviembre: 3pm. Biblioteca Pública Virgilio Barco. BibloRed.Bogotá. Colombia
*85 años de Gloria. 45 años de la publicación de Cien años de soledad. 30 años del otorgamiento del Premio Nobel de Literatura. Café Literario Bibliófilos: Cien años de soledad o el Embrujo de la Palabra en La Novela Total. Sábado 17 de Noviembre: 3pm. Biblioteca Pública Virgilio Barco. BibloRed.Bogotá. Colombia
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