Noticias del mundo literario
Paula Broadwell, autora de una biografía sobre el general Petraeus, en una imagen promocional./elpais.com |
Todo biógrafo se enfrenta a un dilema. ¿Traicionar a la verdad o al personaje cuya vida quiere resumir en unos cientos de páginas? Todo parece indicar que Paula Broadwell optó por la segunda opción. El affaire entre el ex-director de la CIA David H. Petraeus y su biógrafa ha abierto múltiples debates, entre ellos, uno literario: ¿cómo debe comportarse un biógrafo? ¿Deben los editores vigilar de cerca sus pasos? Según The Guardian, pronto otro biógrafo se encargará de resolver algunos misterios pendientes sobre el poeta TS Eliot y, ya que hablamos del género, Daniel Handler ofrece algunos consejos sobre cómo, cuándo y dónde leer poesía. Empezamos.
El código de conducta de un general del ejército norteamericano y director de la CIA como David H. Petraeus está escrito, y claro, pero ¿y el de los biógrafos como Paula Broadwell? Según escribe Emma G. Keller en The Guardian, "los académicos se refieren a las biografías como 'el estudio del otro yo', lo cual podría explicar por qué escribirlas se parece a un affaire". Todo autor se enfrenta a un dilema cuando escribe la biografía de un escritor vivo: ¿traicionar al personaje o a la verdad? Las obras no autorizadas tienen un elemento clandestino, pero las autorizadas no, al contrario, el personaje colabora con el escritor y entre ambos suele surgir una estrecha relación. Las buenas biografías, argumenta Keller, terminan en traición; las malas, en hagiografía, y en esta esta segunda categoría es en la que parece incluirse la de Broadwell. Como los biógrafos, los editores también se enfrentan a un dilema, señala Leslie Kaufman en The New York Times: ¿es su responsabilidad vigilar a los biógrafos y preguntarse por qué algunos de ellos gozan de un acceso ilimitado a sus personajes? Quienes tuvieron en sus manos el manuscrito de Broadwell comentaron que éste contenía bastantes "señales de alarma". (vía The New York Times y The Guardian)
La novelista Louise Erdrich y la periodista Katherine Boo han sido las galarnonadas con el National Book Award en la categoría de ficción y no ficción respectivamente. (vía Los Angeles Times)
Dos semanas antes de que Philip Roth anunciase que dejaba la escritura, Julian Tepper consiguió reunir el coraje suficiente para acercarse a él y ofrecerle un ejemplar de su primera novela Balls. Roth le dio las gracias, le felicitó por el título y -esto no se lo esperaba Tepper- espetó: "Si yo fuera tú abandonaría ahora que puedes. En serio, es un terreno horroroso. Una verdadera tortura. Horrible. Escribes y escribes y tienes que tirarlo prácticamente todo porque es malo. Te diría que parases ahora. No deberías someterte a esto. Ese es mi consejo". (vía The Paris Review)
Hace unos meses un reportaje en The Wall Street Journal revelaba que Amazon, Apple y Google podían hacer un seguimiento total del comportamiento de los clientes que compraban libros electrónicos en sus plataformas: cuántas horas dedicaban a la lectura, en qué página abandonaban definitivamente el libro, qué fragmentos subrayaban, qué palabras buscaban... Y ahora esa misma tecnología la van a poner en práctica tres universidades estadounidenses para controlar las lecturas de sus alumnos. (vía Moby Lives)
MÉXICO
El sábado arranca la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que tiene a Chile como país invitado. Entre la delegación del país andino -que suma 350 personas- destacan el escritor Jorge Edwards y el poeta Raúl Zurita. (vía El Informador)
COLOMBIA
La poesía es un género difícil incluso para los lectores más voraces y, según argumenta Daniel Handler en El Malpensante, quizás no sea un mera cuestión de género sino de cómo, cuándo y dónde leer poesía. "Si usted entrara a la sala de mi casa un fin de semana por la noche, le resultaría miedoso. Aun antes de que yo me levantara y le preguntara qué está haciendo en mi casa, vería un sillón de cuero negro que, ya me han dicho, es demasiado grande para el lugar. Yo, por mi parte, estaría de traje y corbata, leyendo poesía". (vía El Malpensante)
REINO UNIDO
Valerie, la segunda mujer del poeta TS Eliot falleció el pasado martes y todo parece indicar que los secretos del autor de Cuatro cuartetos, que su viuda había salvaguardado durante 47 años, quedarán ahora al descubierto. Parece que los encargados de gestionar el legado de Eliot no tardarán en nombrar a un biógrafo que aclare misterios como, por ejemplo, el impacto que el declive mental de su primera mujer, Vivienne, tuvo sobre su obra. (vía The Guardian)
FRANCIA
Por fin, celebran en L'Express, ha terminado la dominación de Cincuenta sombras de Grey en las listas de ventas francesas. En primera posición está La vérité sur l'affaire Harry Quebert del joven Jöel Dicker, galardonado con el premio Goncourt des Lycéens —otorgado por los estudiantes de enseñanza secundaria y preuniversitaria de Francia—; y en segunda, Jérôme Ferrari con Le sermon sur la chute de Rome, ganador del otro Goncourt. (vía L'Express)
ESPAÑA
Paulo Coelho ya está en España para presentar su nuevo libro, El manuscrito encontrado en Accra (Planeta), en el que el autor brasileño retrocede en el tiempo -hasta 1099- para reflexionar sobre los dilemas del mundo de hoy. En sus palabras: "Cuando decidí escribir El manuscrito encontrado en Accra, pensé en cómo hoy en día ya nadie tiene coraje, nadie se atreve y todo el mundo se ha acomodado. No 'me trago' demasiado eso de las crisis financieras y de valores morales y éticos. Creo que la razón por la que la gente es mucho más conservadora y rígida es el miedo excesivo a atreverse, independientemente de que sean cristianas, judías o musulmanas. En el fondo, el mundo camina hacia un fundamentalismo religioso. Hay una ley judía que dice: 'No le hagas a tu vecino lo que no quieres que tu vecino te haga a ti'. Ese es el gran valor moral y ético que hay que respetar, es la regla de oro. Al usar Jerusalén como escenario del libro, quiero demostrar que es perfectamente posible convivir con tu vecino sin intentar imponer valores".
BULGARIA
La mayoría de los países de Europa central y del este han conseguido que al menos uno de sus escritores entrase en el circuito literario internacional contemporáneo -la República Checa tiene a Milan Kundera; Rusia, a Viktor Pelevin-. No es el caso de Bulgaria. Su literatura no tiene visibilidad fuera de sus fronteras y eso es lo que está intentando cambiar la escritora estadounidense Elizabeth Kostova quien, a pesar de no tener ninguna vinculación con el país, ha creado una fundación para crear una marca literaria búlgara. (vía Publishing Perspectives)
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