Este año las grandes urbes son las protagonistas en la Séptima Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que finaliza el 22 de septiembre
La Fiesta del Libro de Medellín, una oportunidad para la cultura. / Luis Benavides./elespectador.com |
“No hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en ti siempre.
Volverás a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu
vejez; en la misma casa encanecerás. Pues la ciudad es siempre la misma.
Otra no busques —no la hay— (….)”, reza un aparte del poema La ciudad,
del poeta Constantino Cavafis.
Si fuera necesario recurrir a las
palabras de un escritor para transmitir el mensaje de “la ciudad y los
escritores”, la temática de la Fiesta del Libro de Medellín, Juan Diego
Mejía, su director, no dudaría en recitar el poema La ciudad.
Lo
haría porque, dice, ese poema resume en gran medida el interés de la
feria de este año: “Ver cómo los escritores viven las ciudades y cómo
las ciudades se ven reflejadas en los libros”. Ver, además, cómo los
escritores de alma urbana, así estén en la selva, siempre terminan
narrando la ciudad.
Con esa idea, Mejía empezó en marzo a buscar
autores con marca urbana. Apuntó a lo más alto. Invitó a los premios
Nobel Orhan Pamuk (2006) y Mario Vargas Llosa (2010). Sin embargo, sus
agendas les impidieron venir a Medellín. En todo caso, Mejía logró traer
a algunos de los autores más destacados de Latinoamérica y Europa.
Cerca de 270 escritores de 17 nacionalidades estarán en la Fiesta del
Libro, 108 invitados por los organizadores del evento.
Wendy
Guerra, Martín Caparrós, Jon Lee Anderson, Jean-François Fogel, Santiago
Roncagliolo, Juan Gabriel Vásquez, Laura Restrepo, Mario Mendoza,
Héctor Abad Faciolince, Óscar Collazos, William Ospina y Gonzalo
Mallarino serán algunos de los escritores que hablarán de la relación
que tienen sus obras con las ciudades donde viven, las que han visitado y
las que han creado en sus historias. Lo harán en los conversatorios
denominados “Charlas de la tarde”.
La primera de las 23 charlas
comienza este viernes a las 4:00 de la tarde. Gonzalo Mallarino y Darío
Ruiz hablarán sobre sus ciudades: Bogotá y Medellín. Cómo fueron, cómo
han cambiado y cómo siguen intactas en sus memorias. Además de los
conversatorios, como uno de los platos fuertes la feria, la Fiesta se
armó de diversas estrategias para atraer al público poco amigo de los
libros. Desde hace mes y medio comenzaron a visitar decenas de colegios
de Medellín y les sugirieron a profesores y alumnos adoptar un escritor.
Luego les dieron libros y llevaron promotores de lectura para que los
enamoraran de las creaciones literarias.
A comienzos de esta
semana, el escritor adoptado saltó de las páginas. El martes, por
ejemplo, el bogotano Mario Mendoza estuvo en la Institución Educativa
Normal Superior de Medellín. El escritor se mostró conmovido por la
acogida. “El verdadero salario de un escritor no es económico, no es ni
siquiera el prestigio o el reconocimiento. No son los artículos de
prensa. El verdadero salario de un escritor son sus lectores. Para mí es
estremecedor ver que mis obras han llegado a personas como ustedes
(…)”, les dijo Mendoza emocionado.
Sobre esta manera de acercar a
los autores y los libros a todo tipo de públicos, Fernando Zapata López,
director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América
Latina y el Caribe, ha dicho que “las ferias trascienden cada vez más el
hecho de ser ‘grandes librerías’ para involucrarse intensamente en
propiciar contactos entre los mismos lectores, y entre éstos y los
autores”.
A esta estrategia, que se aplica por primera vez en una
Fiesta del Libro, se suma el invitado especial: Julio Verne. Se trata de
un homenaje, por medio de exposiciones y talleres, al autor de obras
como Veinte mil leguas de viaje submarino, Alrededor de la luna y La
vuelta al mundo en 80 días. “En una carpa de 300 metros cuadrados están
los objetos, el mundo del fondo del mar, el mundo del centro de la
Tierra, el proyectil enterrado en la luna (…) es como si los visitantes
pudieran ser protagonistas de los libros de Julio Verne”, dice Mejía.
La
promoción de la lectura, la calidad de los escritores que vienen año
tras año, las 35.000 personas que acuden diariamente en promedio, entre
otras razones, han consolidado la Fiesta del Libro como la cuarta en
importancia de Latinoamérica, detrás de las ferias de Bogotá, Buenos
Aires y Guadalajara. Así lo cree Mejía, quien agrega que Medellín será
desde el año entrante la sede del Salón Latinoamericano de Literatura
Infantil y Juvenil, que se realizará cada dos años. “Esto quiere decir
que todos los negocios que se hacen alrededor del libro infantil y
juvenil se van a hacer acá”, dice.
Con esas expectativas de
crecimiento, los organizadores piensan que en los próximos años la
Fiesta debe abarcar más de los espacios culturales y recreativos que hay
en esta área baja del nororiente de Medellín. Si bien este año la
Fiesta Comercial se desarrollará especialmente en el Jardín Botánico y
la Académica —“Charlas de la tarde”— en el parque Explora, Mejía dice
que más adelante también cubrirá la Universidad de Antioquia y todas las
cajas del parque.
Por este año, la inversión llegó a los $2.300
millones, que para los organizadores garantiza que todos los eventos
sean gratuitos. “La Fiesta es para todos, para las familias y los niños,
para los jóvenes y los adultos”, dice María del Rosario Escobar Pareja,
secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín.
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