De Marx a Prince, de Hernán Cortés a Leopardi y Juan Ramón Jiménez, el otoño editorial llega marcado por una avalancha de biografías y autobiografías
El materialismo de Marx.
Los fantasmas de Leopardi.
La preparación de Adolfo Suárez en caso de secuestro.
Son destellos sobre vidas ajenas que se empezarán a conocer estos
meses a través de una veintena de biografías y autobiografías que
revelarán secretos, crearán polémica e iluminarán zonas oscuras de
intelectuales, políticos y artistas que han movido o mueven el mundo. Se
trata del género literario más destacado esta temporada con miles de
páginas que crean un gran mosaico de nuevos retratos que desmitifican,
entronizan o confirman la opinión de personajes de toda estirpe.
La vena más indigenista de Hernán Cortés.
La semilla de Stanislavski y su método.
Las inseguridades de Amy Winehouse.
Vidas que son el caleidoscopio de la humanidad donde las personas
confirman que, en el fondo, no hay muchas diferencias entre ellos y los
demás. Un asomo a estos textos descubre piezas del rompecabezas para
comprender aspectos clave del personaje, ser testigos de las diferentes
corrientes del fluir de la vida y, sobre todo, confirmar que el mundo es
mundo por la caravana de historias reales como estas:
…entonces, el expresidente de gobierno español Adolfo Suárez
decidió consultar a un psicólogo para que lo preparara en caso de un
posible secuestro de ETA. Lo extraordinario es que dicho entrenamiento
iba encaminado “no para soportar un secuestro largo, sino para que lo
mataran” antes de que lo usaran como moneda de cambio. Lo desvela
Fernando Ónega, primer jefe de prensa de Suárez, en Puedo prometer y prometo. Mis años con Adolfo Suárez
(Plaza y Janés). Eso explica, según Ónega, “su arrojo en el 23-F, cómo
permaneció sentado en su escaño, cómo se enfrentó a Tejero y sus
guardias: aprendió a valorar más al Estado que a su propia vida”,
porque…
…después de su periodo de juergas como estudiante en Berlín y Bonn llegó el Marx
que apoyó las ideas capitalistas en Colonia. Eran los días
simpatizantes con un periódico liberal desde el cual se mostró
partidario de la absoluta libertad en la economía y lo que ello implica
de libre mercado y la menor intervención del gobierno. Fue un amor
peregrino, o quizá guardado en el fondo como revelan sus constantes
apuros financieros que lo llevaron a depender muchas veces de su padre e
incluso que pidiera en más de una ocasión un anticipo de la herencia
familiar, según cuenta el historiador Jonathan Sperber en Karl Marx. Una vida decimonónica (Galaxia Gutenberg), para quien Marx era también…
…ahora Hernán Cortés
resultó ser el más indigenista de todos, además de un hombre con buenas
ideas empresariales. Al parecer, el conquistador español, no quería
trasplantar a México una microsociedad castellana sino fomentar el
mestizaje. “Ajeno a todo oportunismo, es un mestizo de fe y de
convicción” que amaba a los indios a la vez que era un “empresario”
preocupado en generar riqueza en el propio lugar, escribe Christian
Duverger en Hernán Cortés. Más allá del mito (Taurus). La
ruptura de la leyenda la reafirma cuando asegura que Cortés militaba en
realidad en favor de lo criollo y que se negó a otorgar propiedades a…
…pero la primera pasión de Salvador Allende
fue pronto sustituida por otra que lo llevaría a la tragedia. Estudió
medicina influenciado por su abuelo, pero la política se impuso y dejó a
un psiquiatra “frustrado”. Antes de ese cruce de caminos surgió su leyenda como seductor de mujeres, cuando hacía vida social con los
estudiantes de Santiago e iba por los bares. Fueron los días en que
conoció a Neruda y Huidobro y trabó amistad con más personalidades. La
vida del expresidente chileno la reconstruye Mario Amorós en Allende. La biografía
(Ediciones B) que incluye un documento inédito: el discurso ante la
muerte de Stalin en 1953. Allí, además de los elogios, se refiere a la
posible colaboración entre Estados Unidos y La Unión Soviética para
trabajar por la paz, algo que se logra “por medio de la cooperación de
los pueblos”, y de…
…uno de los romances insospechados de David Foster Wallace fue el que tuvo con las telenovelas. Fue en su época universitaria cuando también le gustaban series como Canción triste de Hill Street y Hawai 5-0
y se preocupaba por la posibilidad de decepcionar a sus padres o de
estar malgastando el dinero. Amores y desvelos revelados por D. T. Max
en Las historias de amor son historias de fantasmas (Debate) quien, además, recuerda que su primera novela, La escoba del sistema, nace de un comentario casual de su novia cuando le dice que ella prefería ser un personaje de una novela antes que…
…“Amé siempre esta colina, / Y el cerco que me impide ver / Más allá del horizonte”, son algunos de los versos de Giacomo Leopardi,
a quien, además de la tuberculosis ósea lo torturaba otro sistema más
misterioso: la depresión nerviosa. Pietro Citati lo relata en Leopardi
(Acantilado) donde, entre otras cosas, recupera una carta en la que el
poeta italiano del Romanticismo escribe sobre una “obstinada, negra,
horrenda, bárbara, melancolía que me corroe y me devora”. De ese mundo
en sombras salió una de las mejores poesías de un escritor que dormía
mucho y se levantaba bien entrada la mañana, para…
…¿Cuál es su primer recuerdo? El de Juan Ramón Jiménez
es el de un niño en un espejo muy grande, “con gran marco dorado de
hojas y flores”, como el propio poeta escribió y cuyos apuntes inéditos
aparecerán en Vida (Pre-Textos): “Ese niño era yo y tenía
cuatro años y estaba metido entre dos sillones de caoba y damasco
amarillo, mirando sucesivamente un suelo esterado de junco y un cielo
raso con una gran araña tintineante y luciente. Y yo estaba escondido en
aquel salón de estrado de mi casa de Moguer, calle de la Ribera, porque
había venido una visita de confianza. Aquel estrado era mi refujio”...
…desde niño Konstantín Stanislavski
tenía claro que su mundo era el teatro. Su padre, un hombre rico,
avistó ese futuro y quiso retenerlo al construirle, en una de sus
fincas, un teatro con escenario fijo y cuatro camerinos, recordado en Mi vida en el arte
(Alba). Ya joven, Konstantín dio los primeros pasos en el teatro y
decidió cambiar su verdadero apellido, Alekséiev, por el de
Stanislavski, con el fin de que no lo reconociera su padre en dichas
labores, pero este lo sorprendió un día y le aconsejó que si de verdad
quería ser actor, no lo hiciera con…
…ocurrió que un día un amigo de su padre que estaba borracho le vendió su guitarra por cinco dólares. Aunque Jimi Hendrix
era pequeño aún y no sabía mucho de guitarras pasó sus dedos por la que
acababa de comprar y se dio cuenta de que el sonido era rarísimo, la
miró, y descubrió que el amigo de su padre era zurdo y cambió las
cuerdas de orden. Pero siguió desafinada, recuerda él en Empezar de cero
(Sexto Piso). Cómo no sabía arreglarla se fue a una tienda, cogió una
guitarra y pasó los dedos por sus cuerdas. Eso le bastó para arreglar la
suya, entonces lo que hizo fue…
…cuando Amy Winehouse
se dio cuenta, estaba zigzagueando en el borde del abismo. No quería
parar pero había algo imparable en su interior que la llevaba a ese
juego, su fragilidad. Lo relata en Amy, 27 (Alianza) Howard
Sounes que recorre los principales momentos de la cantante en el
contexto del fatídico y famoso club de los 27 formado por Brian Jones,
Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain. Casi en un abrir
y cerrar de ojos, Winehouse se convirtió en prisionera de su imagen. No
quería volver a cantar nada de Back to Black. No quería ser
esa persona y se entristecía al saber que su vida privada se había hecho
más importante que su obra. Ella soñaba con…
...se sabe que Prince no ha publicado todo, y algunos privilegiados han escuchado esos trabajos. Pero más allá de eso, según Matt Horne en Prince
(Alba), está su legendario Vault (sótano) donde ha ido almacenando gran
cantidad de canciones inéditas que en el momento menos pensado...
…entre las relaciones tempestuosas las vividas por Frank Lloyd Wright resultan inolvidables, según cuenta T. C. Boyle en Las mujeres
(Impedimenta). Uno de los episodios más llamativos de la vida del
arquitecto tiene que ver con el destino funesto que parecía esperar a
parte de su familia, cuando Julian Carlton, el criado mulato, quemó su
residencia y estudio en la finca de Taliesin con nueve personas dentro,
entre ellas su amante Mamah Cheney, sus dos hijos y seis personas más
que estaban comiendo. Con la casa envuelta en llamas a quienes
intentaban escapar...
...entre las cosas que más impresionaron a Luis Buñuel
no estaba la Revolución rusa de la cual “no tenía ni idea”, sino los
escritores rusos. La Revolución solo la descubrió hasta 1928, con el
surrealismo, asegura Ian Gibson en Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal (Aguilar). En cambio, fue con los autores rusos que supo del mundo y descubrió la pobreza gracias a...
…detrás del carisma y la potencia creativa de Julio Cortázar estaban agazapados sus traumas familiares y la relación conflictiva con Argentina cuya encrucijada revela Miguel Dalmau en Cortázar (Circe). Parte de esta relación ambivalente se halla en..
…una de las mujeres por las que suspiró Miguel Ríos fue Rocío Dúrcal. Él mismo lo recuerda en Cosas que siempre quise contarte
(Planeta) donde dice que ella le gustaba “más que comer con los dedos”.
Decidió hacerle una canción con su nombre que escribieron Pablo
Herreros y José Luis Armenteros, sus antiguos compinches de Los
Relámpagos. Aunque había coincidido con ella, cada vez que la veía….
…el abandono de Picasso dejó a Dora Maar desolada.
Trataba de sobrevivir, y una manera de hacerlo y superar el fin de la
relación fue a través del catolicismo. Incluso, dice Victoria Combalía
en Dora Maar. Más allá de Picasso (Circe), intentó reconvertir al artista español a esa religión y en una carta le llegó a decir...
…uno de los amores platónicos de Hitler lo recoge José María Zavala en La pasión de Pilar Primo de Rivera (Plaza y Janés), y que el Führer llegó a...
...se sabrá la verdad de la joven paquistaní que el año pasado se
enfrentó a los talibanes y recibió varios disparos a quemarropa en Yo soy Malala (Alianza). ¿Cómo sobrevivió en realidad?...
…levantarse un día y no saber qué hace uno ahí, ni quién lo ha llevado puede inquietar a cualquiera y a Mahmud Darwix
le pasaba. Eso lo llevaba a que él mismo se preguntara si acaso no
tenía algún tipo de esquizofrenia o si su existencia física se había
disociado de su existencia psíquica. Preguntas y tropiezos con la
realidad que el poeta palestino plasma en su autobiografía La huella de la mariposa (Pre-Textos), en cuyas páginas se pregunta por qué no se acuerda y la respuesta es...
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